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La reunión duró más de cinco horas, durante las cuales las partes interesadas presentaron sus argumentos ante el panel. Después de mucho debatir, se llegó a un acuerdo: se restaurarían todos los delegados de ambos estados. La penalidad sería en el valor del voto de cada delegado: éste sólo valdría medio voto. Los representantes de los candidatos se pusieron de acuerdo, pero no antes de que la campaña de Hillary Clinton dejara abierta la posibilidad de una apelación durante la Convención en Denver. A mí me sorprendería muchísimo si no lo hiciera, aunque yo espero que la razón gane, y se deje de batallar con un obstáculo insalvable.
Creo que el acuerdo fue justo: la senadora Clinton obtuvo nuevos delegados acortando la ventaja de Barack Obama. Sin embargo, pasó lo que todos sabíamos iba a pasar: Obama sigue llevando la delantera. Es importante recordar que aún si se les hubiera otorgado el valor total al voto de los delegados, el resultado hubiera sido el mismo. Es decir que lo único que se logró hoy fue que se contaran los votos de los que participaron en las elecciones, y que los votantes sintieran que su voto no fue en vano.
En fin, creo que es importante que todos los votos hayan sido contados, porque los votantes no debían ser penalizados por una decisión administrativa y técnica; pero, también hay que decir que toda contienda tiene reglas, y Michigan y Florida decidieron violarlas, y por lo tanto debían recibir cierta penalidad, y ser tratados como un caso extraordinario.
Foto vía de Democratic Underground