lunes, 31 de diciembre de 2012

2012: Nada me debes, estamos en paz

Otro año que vemos venir y pasar. Eso en sí, es un logro, ya que serán muchos los que no lo verán.

Para mí el 2012 fue un año de retos. Haberme recuperado del accidente, y haber vuelto a caminar sin andadores, muletas y bastones fue lo más gratificante que logré en todo el año. 

No tengo quejas. Fue un año productivo, y de grandes aprendizajes. Logré pequeñas metas que me hicieron feliz. 

Escribí el prólogo a un libro. Fue bonito ver mi nombre impreso en las páginas de un libro. 

Oficialmente soy candidata a doctorado, terminé todos los requisitos y he empezado a trabajar en la tesis. 

Pasé un mes en República Dominicana como hacía tiempo no pasaba. Fue un tiempo feliz junto a mi familia. 

Espero hacer del nuevo año, 365 oportunidades para vivir, crecer, ser feliz, y sacar adelante mis pequeños mis proyectos.

Mil gracias por pasar por mi planeta. ¡Feliz 2013! 


jueves, 27 de diciembre de 2012

La mujer, virtuosa y sumisa

Estoy leyendo Una modernidad periférica, y en el primer capítulo, titulado "Buenos Aires, una ciudad moderna," encontré una cita extraída de una de las famosas Aguafuertes Porteñas de Ricardo Arlt que captó mi atención. Ésta proviene de las aguafuertes sobre las relaciones entre los sexos antes del matrimonio. Ricardo Arlt fue un crítico mordaz de la sociedad bonaerense de la década del treinta.

He aquí lo que dice sobre cómo debe actuar la mujer que quiere cazar marido:
Aunque tenga cuarenta años, no debe haber amado nunca. Todos los hombres tienen que haberle sido indiferentes. El único que tiene derecho a hacerle perder el seso es él. 
Debe indignarse profundamente ante toda conversación liberal. También es conveniente que proteste o se escandalice frente a esas parejitas que prefieren la oscuridad de las calles a la luz eléctrica de las avenidas. 
No debe tener amigas, y menos que menos amigos. Si tiene amigas, serán chicas muy serias, muy rigurosas en el hablar, en el pensar, y, más aún en el obrar.
No deberá demostrar curiosidades de ninguna especie; no leerá, por que leer pervierte la imaginación; no paseará, porque paseando se incuban tentaciones. Por lo tanto, manifestará una alegría infinita en quedarse en casa, encerrada entre cuatro paredes, tejiendo un honestísimo calcetín. ("Lo que deben creer él y ella" en El Mundo, el miércoles 26 de agosto de 1931).
¡Cuánta hipocresía! Este artículo subraya las apariencias que debían guardarse para llegar al matrimonio. ¡Qué horror! ¿Se imaginan, una mujer que había tenido relaciones con otro hombre, que podía pensar por ella misma, y tenía una opinión propia? ¡Impensable!

Y a pesar de que hoy somos menos hipócritas, aún quedan resabios de estos arcaicos modos de pensar. Para algunos especímenes de nuestra sociedad la mujer no vale por lo que es como persona ni por su inteligencia, sino por lo "virtuosa y sumisa" que sea.

martes, 25 de diciembre de 2012

¡Feliz consumismo! Atentamente, la Grinch

Es martes 25 de diciembre, para mí un día más, para otros, ya saben: el día más importante del todo el año. Hace muchos años cuando era niña, el Nino Jesús me dejaba regalos. Los juguetes me hacían feliz, es cierto, ¿cómo negarlo? Sin embargo, en mi entorno jamás existió esa euforia enfermiza, que descubrí al llegar a Estados Unidos, simplemente por ser Navidad.

No recuerdo nunca haber hecho, o haber visto a un niño hacer un berrinche porque no recibió el regalo que había soñado. De hecho, nunca soñábamos con regalos, agradecidos recibíamos lo que nos dieran. Esa era la costumbre en casa y en mi entorno. Nunca recibí regalos extravagantes. Eran regalos sencillos cuyo propósito era hacernos sonreír y perpetuar una costumbre. ¡Qué felices éramos en nuestra inocencia!

Al llegar a Estados Unidos aprendí la malsana costumbre de consumir excesivamente, y de equipararla con la felicidad. Por unos años, participé de la locura comercial que es esta época del año. Sin embargo, había mucho en esto que no disfrutaba y que encontraba objetable. Así empezó mi proceso de grinchinización que ya conocen. Empecé a eliminar todo lo que me causaba un conflicto interno: la odiosa costumbre de expresar sentimientos navideños que no sentía -pues no creía en el aspecto religioso y menos en el material- el arbolito, los regalos, el estrés de los preparativos para la celebración del gran día.

Haberme despojado de todo eso tuvo un efecto verdaderamente liberador y unificador para mí. Era otra área en la que se fundían acciones y creencias. Otro tabú del que me liberaba. Poco importaba lo que todos pensaran. Yo era feliz, haciendo lo que creía, aunque eso me hiciera una radical, la oveja negra que se aparta del montón.

La cuestión no es regalar en sí, sino no participar en algo en lo que no creo. No espero regalos de nadie. Quien quiera regalarme, puede hacerlo pero no los espero, además los prefiero en cualquier otro momento en el que venga motivado por un deseo interior y no como reacción al consumismo de la época.

Tampoco tengo objeción a celebrar ni a comer. Ambas cosas me encantan, pero prefiero celebrar todo el año, o cuando me da la gana, a celebrar una costumbre puramente capitalista, disfrazada de religiosa, la cual para mí es un recordatorio de la aniquilación de miles y miles de nativos que desconocían el cristianismo.

Entiendo que todo el que lee esto pensará que yo soy una aguafiestas. La verdad está lejos de eso. Simplemente soy una mujer que quiere vivir su vida de acuerdo a su fuero interior -hoy y siempre-, y no según las manipulaciones religiosas y del sistema capitalista de la época -que para el caso son lo mismo. Para ustedes que celebran: ¡Enhorabuena!¡Y, feliz consumismo!

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¿Me he convertido en el Grinch?

P.D Feliz de saber que el berrinchudo del vídeo de arriba ha cambiado un poquito :P

sábado, 1 de diciembre de 2012

Túnel

¿Es noche, o día? Es lo mismo. El aire huele a hollín. Las paredes húmedas resumen abandono, olvido. Todo es penumbra. Aguijones helados penetran hasta mis huesos. Voy dando tumbos.  Me levanto. Caigo de nuevo. Me arrastro, y voy palpando, con mis manos agujereadas por el frío, cachivaches viejos, olvidados, desechados. No los veo, pero los siento. Los huelo, los toco y sus figuras se dibujan bajo mis manos. Son míos. Sí, los reconozco. Su olor anega de melancolía mi mente, mi piel, mi espíritu. Ahí están ellos, arruinados, transformados. El viento, la lluvia, y la intemperie han sido sus verdugos. O tal vez, sólo haya sido el tiempo. ¿Cómo saberlo? Aquí dentro todo es sombra, cada día es una tonelada, y mi cuerpo ya empieza a quebrarse bajo su peso.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sí al amor, y al matrimonio, tal vez

Toda sociedad tiene  modelos pre-hechos en los que pretende enfundar a sus ciudadanos. Se espera que todos nos ajustemos a estos modelos, quepamos en ellos o no. Uno de estos estuches es el matrimonio. Toda mujer normal debe casarse, parir hijos y ser una buena esposa. Por siglos, la mujer no existió como individuo sino como la reproductora de hijos que perpetuaban el orden patriarcal. A pesar de que eso ha cambiado, y hoy día el matrimonio y la maternidad no suponen una negación del ser, hay mujeres que conciben una vida al margen de esta dicotomía.

Sin embargo, una mujer que no se ha casado, o peor aún que no tiene hijos, es vista como una anomalía. Todos se sienten con el derecho de cuestionarla y hacerle ver el error en que ha caído.  Otros más osados llegan a ofrecer soluciones, sin ni siquiera pensar por un momento en que para esa mujer el no casarse es simplemente una opción. No se detienen a pensar en que el conocer a alguien y casarse es bastante sencillo, si el énfasis se pone en el trámite y no en la plenitud de la relación, el crecimiento y plan de vida de los cónyuges.   

Hay muchas razones por las que una mujer puede decidir no entrar en un contrato legal con un hombre.  Las principales podrían ser la falta de fe en la institución del matrimonio, el no haber encontrado el amor que ella anhela, o simplemente que no le da la gana de atar su vida para siempre a un hombre. En nuestra sociedad el matrimonio es parte de un to-do list que hay que cumplir ante de cierta edad, y esto lleva a muchas personas a tomar decisiones precipitadas. En muchos casos, tras una bonita y costosa boda, los esposos se enfrentan a un doloroso divorcio en un tiempo relativamente corto.

Para mí, lo importante no es el matrimonio en sí, sino el amor. Nunca he aspirado a casarme aunque he buscado el amor incesantemente, y jamás desistiré de ello. El amor es una necesidad humana. El matrimonio es una opción. Éste no es más que una institución que nos han heredado el Estado y la Iglesia en su necesidad de perpetuar el orden social. 

El matrimonio sostiene la sociedad, es lo que le da homogeneidad. No es por accidente que los guardianes de la moral demonizan a las madres solteras, a los homosexuales, y todo aquél que no se ciñe al orden establecido. Los curas y los políticos nos hablan de la importancia del matrimonio. Esto tiene sentido si pensamos en que unos y otros necesitan que el matrimonio le produzca hijos bien educados, o sea que obedezcan sin chistar, que no se desvíen, que se conformen, y, que a su vez, repitan el mismo patrón.

No ha de sorprender, entonces, que cualquiera que se sitúe en los márgenes de este entramado social sea señalado e identificado como una anomalía que hay que combatir -ya sean solteronas, madres solteras o homosexuales. Aunque cabe mencionar que cada vez más personas desafían este orden social: viven con su pareja sin casarse, y tienen o adoptan niños como padres solteros. Sin embargo, estas transgresiones no están exentas de la ojeriza y amonestación de los guardianes del bien vivir. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Dominicanos en Nueva York protestan contra el paquetazo


Un sábado típico usted me encuentra en la biblioteca trabajando en mi tesis. Hoy hice un alto en los estudios porque tenía que decir presente en la protesta dirigida por varias organizaciones en contra de la corrupción administrativa, el nuevo código penal, y el paquetazo neoliberal del gobierno de Danilo Medina. Nos congregamos ante el consulado dominicano en Nueva York, localizado en el 1501 de Broadway, entre las calles 42 y 43.

Llegué a las nueve y dieciocho de la mañana, y ya algunas personas empezaban a reunirse. En poco tiempo, el espacio se fue llenando de gente con sus respectivas pancartas, pitos y banderas. A partir de las diez aparecieron las güiras, un tambor real, y otro improvisado: una cubeta.Luego, empezaron los discursos espontáneos,  las consignas a ritmo de música. Pronto, la gente empezó a animarse y a vibrar. Se respiraba un aire de solidaridad, entusiasmo, indignación  y ansias de continuar la lucha. Esta protesta fue sólo el principio de lo que será una lucha sostenida.

A medida que la manifestación iba agrandándose, la policía nos pedía que nos fuéramos al lugar reservado para nosotros sobre la calle cuarenta y dos. Allí teníamos toda la cuadra para protestar, pero fue imposible convencer a la gente de moverse. La policía insistía que sólo podía haber una veintena de nosotros frente al consulado. Mientras tanto, la gente seguía llegando, y nadie se movía. Fue entonces cuando algunos jóvenes hablaron con la policía, y ésta al final cedió, con la condición de no bloquear el tráfico. 

La policía puso barricadas alrededor de los manifestantes. La muchedumbre estaba eléctrica, todos cantaban a coro consignas tras consignas: “E’ criminal esa reforma fiscal”, “Ese paquetazo no lo pago yo, que lo pague Leonel, que se lo robó”, “Fuera la’ botella’ de los consulados”, “Es criminal ese código penal” “Policía nacional: una banda criminal” “Danilo cobarde, el país te queda grande” , “Fuera del país el FMI,” entre otras.

A pesar de que se protestó contra todo, había cierta resistencia por el grupito que llevaba la voz cantante a lanzar consignas en contra de la policía nacional y del código penal. Sin embargo, algunos de nosotros entendíamos que la protesta no debía estar basada en Leonel Fernández, exclusivamente. Por lo tanto, dos hombres, una muchacha y yo intentamos en varias ocasiones de desviar la atención hacia el código penal y la reforma de la policía nacional -pensamos en todos sus muertos, y especialmente en Willy Florián. En dos ocasiones logramos vociferar las consignas "Policía nacional: una banda criminal" y "Es criminal ese código penal" y arrastrar el coro de una parte de los manifestantes con nosotros.

Tiempo seguido, se oyó el reclamó de las mujeres de voz de la  muchacha mencionada en el párrafo anterior, quien empezó a vociferar lo que significará el nuevo código penal para la mujer dominicana.  Acto seguido le fue cedido el alto-parlante y la muchedumbre empezó a vociferar "Mujeres unidas, jamás serán vencidas."

Debo decir que nuestras consignas contra la violencia policial y al nuevo código penal fueron ahogadas rápidamente por el clamor "Leonel: ladrón" que volvía a centrar la atención de la protesta sobre el ex-presidente.  Me parece que los organizadores deberían cuidarse un poquito más de no enfocar toda la indignación sobre el ex-presidente Fernández. Entiendo que hay razones de sobra para hacerlo, pero creo que la lucha debe aspirar a ir más lejos.

Es bueno recordar que de la condición actual son responsables todos los gobiernos dominicanos. El PLD nos ha arruinado, pero el primero en traicionar el pueblo al entregarle el país al Fondo Monetario Internacional fue el PRD. Además su último período de gobierno se caracterizó por la corrupción administrativa también.

Ojalá que estas protestas construyan un movimiento de concientización ciudadana que entierre para SIEMPRE la cancerosa partidocracia del PLRD. Espero que una de las cosechas de este movimiento sea el surgimiento de una verdadera opción política para los dominicanos. ¡Basta ya del PLRD, la República Dominicana precisa de sangre nueva! 

lunes, 29 de octubre de 2012

Momentos felices


¡Qué majestuoso atardeced en medio del Atlántico! Fue un momento de perfección en el que la belleza exterior impregnaba de dicha mi mundo interior. Es siempre maravilloso volver a embriagarnos de esas pequeñas cosas que disfrutamos, al tacto de los dedos, con la caricia de una mirada, o por la entrega de un sonido.

Son momentos de profunda amonía, cuya magia radica en su permanencia y su autonomía de terceros. Fui sumamente dichosa observando ese atardecer, perdida en medio del océano. Sí, feliz, porque la felicidad no es ese estado escurridizo que nos han enseñado a perseguir, sino la magia del instante fugaz, vivido a plenitud.

domingo, 28 de octubre de 2012

Los ríos profundos encuentran sus cauces

Tras el desborde de los ríos profundos, las aguas vuelven a su cause. Imagino que esas sacudidas son inevitables, y tal vez, hasta necesarias. Uno se retuerce, patalea, y luego viene el auto-análisis, y la energía para empezar de nuevo.

Fueron tres días de angustia, pero ya estoy bien, y viendo las cosas con mucho más claridad. Todo ha sido puesto en su lugar, porque el dolor a veces distorsiona la magnitud de las cosas.

Mi mejor cualidad, tal vez sea, mi espíritu de guerrera incansable. No ha nacido el hijo de puta que pueda cambiar ese espíritu combativo ante la adversidad, y subyugue mi fortaleza espiritual y autonomía. Sin embargo, los ha habido cuya ausencia me ha mantenido inerte por algún tiempo, pero eso ya se acabo: para quien salga de mi vida, no hay espacio ni siquiera para su recuerdo.

El jueves cuando mi amigo me informó, cobardemente vía email,  que había alguien más y que se decidía por ella, me sorprendió mucho la noticia. Este hecho me removió otras heridas, y me llevó a un estado de angustia insospechado. Sin embargo, lo que me dolió no fue tanto perderlo a él, sino el revivir otros fracasos amorosos. El canadiense yo a penas empezábamos a conocernos, pero sí había contemplado la posibilidad de que pudiera resultar una relación de esta amistad, pues todo, marchaba muy bien desde hacía unos meses.

En la vida hay cosas que se aprenden a rebencazos emocionales, y a mí me llevó más de 20 años aprender que cuando alguien te deja, especialmente si no te lo veías venir, y te lo informan de una forma tan cobarde, lo mejor es dejar el dolor bullir y desbordarse unos días, luego limpiarse las lágrimas y empezar a buscar el sustituto sin demora. El quedarse en casa lamentando lo que pudo haber sido, presos de la auto-compasión sólo sirve para prolongar el dolor innecesariamente. Por eso, esta mañana me maquillé, me vestí y salí a besar la mañana con una sonrisa en los labios.

jueves, 25 de octubre de 2012

Corrientes subterráneas

Uno se levanta todas las mañanas, se pone su máscara de persona normal, y sale a la calle a hacer lo que tenemos que hacer. Nadie imagina que debajo de ella corren torrentes de penurias y penas, que subyugamos, simplemente para dar nuestra función y recibir la recompensa de la audiencia, ya sea un aplauso, una sonrisa, o un cheque al final de la quincena.

Y así lo hacemos siempre, tan bien, que podemos pasar desapercibidos entre la multitud de payasos, que al igual que nosotros, hace su función lo mejor que puede. Es tan patético el asunto, que después de un tiempo, uno llega a dominar tan bien la dualidad que careta y ser se funden; y mientras la función se desarrolla, parecemos uno más del montón: felices, plenos, y en total control de nuestras vidas…


Sin embargo, un buen día, de repente, un evento imprevisto nos toma por sorpresa, nos asalta justo antes de entrar en personaje; y entonces, ya no hay forma de su subyugar los torrentes, que a fuerzas de máscaras y diques mantenemos corriendo en lo profundo del ser como ríos que serpentean por el subsuelo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

De cómo descubrí al escritor Juan Filloy

El día que me regalaron Así se escribe un cuento, no imaginaba que ese libro iba a darme la llave hacia el escritor que se convertiría en sujeto de estudio de mi tesis. Me gustó mucho el libro, y me causaba mucha ternura porque al leerlo se me iba deshojando en la mano. Sus páginas amarillas y frágiles, requerían de mis cuidados para permanecer en su lugar. 

En el libro, Mempo Giardinelli incluye una serie de entrevistas a escritores, entre las cuales descubrí un nombre que jamás había escuchado: Juan Filloy. Al leer su entrevista me pareció un tipo inteligente, controversial, con mucho que decir, y digno de que se le leyera. Hice una marca sobre su nombre y coloqué en mi escritorio un post-it con el nombre de la novela que me compraría: Caterva. 

En aquel momento estaba en proceso de delinear un tema y escribir mi propuesta de tesis sobre la obra de Juan Bosch... Llevaba un semestre estudiando su obra, pero entonces, recibí la noticia que lo cambiaría todo: mi tema había sido estudiado ya. Le explique a una antigua profesora lo que había hecho hasta entonces, y ella con todo el cariño del mundo me explicó que lo que quería hacer no sería una investigación original como debe ser una tesis doctoral.

Esas palabras retumbaron en mí con la intensidad de un trueno. Sentí que el corazón y los pies se aunaban. Sus palabras suponía abandonar todo un semestre de trabajo, todo cuánto había avanzado, ahora debía retrocederlo. Me sentí perdida, y entendí que esas palabras me debieron haber sido dicha el semestre anterior....¿Por qué las escuchaba ahora por primera vez?

 Me dio mucha rabia, lloré, llamé a mi ejército de amigos cómplices y me quejé, y pataleé, pero en el fondo estaba sumamente agradecida con la profesora que me hizo ver lo que otros habían callado, por razones que  desconozco. Me sumí en un silencio reflexivo que duró varios días, me llené de dudas, y ansiedad... Una semana después, recordé a mi nuevo amigo Filloy, quien ya me esperaba en mi escritorio, con la seguridad de quien se da cuenta que se ha hecho necesario.

Me dediqué a indagar sobre su obra, y con cada página que leía me iba llenando de ilusión por estudiarlo a fondo. Así llegó el día de hablar con mi nueva asesora de tesis sobre Filloy. A ésta le encantó mi nueva elección, porque a pesar de que Filloy es un gran escritor, la crítica no se ha ocupado de su obra. Ni siquiera ella, quien se ha dedicado a estudiar la narrativa latinoamericana ha hecho nada formal con su obra.

Y así, se inició mi aventura con Juan Filloy, un hombre que vivió en tres siglos, creador de una obra de gran vitalidad, aunque ignorada por la crítica y desconocida por los lectores. A pesar de que me atrasé un semestre, estoy entusiasmada con este nuevo proyecto. De hecho, ya he empezado a acariciar la idea de pasarme el próximo verano desempolvando archivos en la Universidad Nacional  de Córdoba, y transitando por las calles de aquella ciudad que lo vio nacer.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿Cuánto tiempo es suficiente para vivir?

Mi abuelo murió en mayo del año pasado, tenía 93 años. Vivió una larga y plena vida. Vivió y murió rodeado de hijos, nietos, bisnietos, y hasta tataranietos. Hizo siempre lo que amaba. Sacaba tiempo para la diversión, de la manera que él la entendía. Sirvió a su comunidad, obtuvo el respeto de familiares y amigos. Mi abuelo fue feliz a su modo, vivió bien, y murió sin sufrir demasiado -tres meses de achaques antes de la estocada final. ¿Qué más se podía pedir? ¿La eternidad?

¿Son suficientes 93 años para vivir? No lo sé, pero creo que vivir nueve décadas es sacarle mucha ventaja a la parca. De hecho, vivir más de noventa años en sí, es una hazaña en el convulsionado mundo en que vivimos. Mi abuelo tuvo una vida plena y feliz, y yo tuve la maravillosa oportunidad de que él me acompañara durante toda mi vida.

Por eso, mientras todos lloraban desconsolados, yo estaba ante su ataúd, agradecida, recordando todos los mementos que viví con él. Quería recordarlo todo, quería impregnarme de su esencia por última vez. Allí en silencio, ante su ataúd hice un homenaje: una rememoración  de su vida, la cual tristemente había llegado a su final. No tenía tiempo para desperdiciarlo en lamentos inútiles los últimos momentos que nos quedaban.

Cuando una persona mayor muere, quien ha vivido plenamente, no suelo sentir desesperación, sino regocijo. Regocijo no porque haya muerto, sino porque vivió. He entendido desde muy jovencita que la vida es un visaje, un tiempo robado a la nada, un viaje unidireccional que nos conduce a la muerte. Asumir esta realidad me ayuda a vivir más plenamente y aceptar la muerte como parte integral de la vida.

Imagino que al final de la vida sólo importa la satisfacción de haber vivido, en todo el sentido de la palabra. Estoy convencida de que en esa hora de pasar balance, el haber simplemente EXISTIDO no es un buen sustituto. Por lo tanto, tal vez, lo que importe no sean los años que estemos aquí, sino la intensidad con que los disfrutemos.

domingo, 5 de agosto de 2012

Crónica de un rechazo

Nuestra  esporádica e inexistente relación estaba condenada a la contemplación platónica. Se sedimentaba en los diálogos de temas  inagotables y cíclicos, que giraban sobre sus ejes cuando, por casualidad o causalidad coincidíamos en las mismas coordenadas.

Alguna vez, cruzó por mi mente traspasar la puerta de nuestra relación platónica, y abrir la del túnel que conduce del platonismo contemplativo al desencanto de lo vivido. Incluso, llegué a asomarme a la línea divisoria entre ambos, pero en vez del desencanto, la exploración reafirmó lo estrictamente cerebral, y fracasó en lo sensorial.

La última vez que lo vi, pasamos la tarde frente al mar como dos adolescentes treintañeros, felices de poder disfrutar de nuestra presencia,  de conversar libremente de esos temas que nos gustan, de acariciarnos el cabello, de posar leves besos en los labios y enredarnos los brazos entorno a la cintura.

Nos quedamos en la playa hasta que nos envolvió el opaco velo de la noche... Nos despedimos con un beso en la mejilla, y un envolvente abrazo mudo. Sin pensarlo, rompí el silencio al dejar escapar un "no te vayas, quédate conmigo." Cual si no me hubiera escuchado, se marchó, y desapareció en la oscuridad, ajeno de sí mismo.

Tragué un amargo nudo de saliva, que me supo a rechazo que no había sido, ni sería jamás. Me di la vuelta, y me encaminé a la solitaria habitación que me aguardaba. Por horas, la imagen de aquél hombre taciturno, hundiéndose en la oscuridad, revoloteó errática por mi pensamiento, hasta que un plácido sueño vino a calmar el ardor de mi ego herido.

Unos días después me escribió que era lo más hermoso que le había pasado y prefería no contaminarlo con la realidad. Decía que algún día le contaría nuestra historia a sus nietos. Suspiré confundida. Mi amigo no tiene ni siquiera hijos.

Aquella tarde de playa, puse punto final a aquel conato de relación.

La foto fue tomada de aquí

sábado, 4 de agosto de 2012

El llamado de la tierra

La nacionalidad es circunstancial, algo que no decidimos nosotros en sí. El nacionalismo es un concepto burgués que surge a finales del siglo XVIII con la aparición de los conceptos "estado moderno" y  soberanía popular.  En los siglos anteriores la gente se identificaba con su ciudad o con u líder, ya que el concepto de nación aún no existía.

No soy nacionalista. Es más detesto el nacionalismo. Sin embargo, existe un nexo innegable con el lugar donde se nace, no necesariamente por haber nacido allí, sino por los momentos que construimos, por los recuerdos que nos acompañarán siempre, por haber adquirido la consciencia en una determinada nación.

Debo confesar que por primera vez en mi vida, me emocioné hasta las lágrimas al tocar tierra dominicana. No me queda claro qué me ocurrió. Se me ocurre pensar que tal vez, en ello haya influido, la vulnerabilidad de la vida, el haber estado muy cerca de no volver jamás, o tal vez,  fue algo mucho más sencillo: andaba con las hormonas alborotada por estar dentro del ciclo menstrual.

martes, 5 de junio de 2012

Llama

Se me extinguió la llama que me impulsaba por la vida.  Sin el fuego la vida se hace larga y tediosa, y los proyectos nos parecen inabordables, innecesarios. ¿Es posible avivar una llama extinta?

domingo, 27 de mayo de 2012

Angustia

La vida es un proceso de descomposición. Todos los días estamos un poquito más oxidados, y el alma se nos va llenando de hollín... Cada sol nos cerca un paso más al abismo... Y, entonces, todo volverá a ser nada, como en un principio. 

jueves, 24 de mayo de 2012

Amnesty in the twilight of human rights and imperialism

I have been a supporter of Amnesty International for years, because I care deeply about the causes it promotes. However, I find myself at odds supporting an organization that condones military intervention as a mean of advancing human rights. I am unequivocally opposed to all wars, because there are no good wars. I reject all forms of imperialism, colonization and oppression of foreign nations.

This past week, Amnesty came under fire for a poster it displayed, urging NATO to safeguard women's rights in Afghanistan.The poster reads, NATO: Keep the Progress Going. I saw the poster and my blood started to boil, because NATO and progress should not be in the same sentence.

It's an insult that Amnesty is asking NATO to safeguard the progress made on women’s rights in Afghanistan, when NATO has been assassinating their children, fathers and brothers for the past ten years. Is that the progress Amnesty wants NATO to preserve? I think that Afghan women deserve better.

I tweeted about my outrage over the poster, and Amnesty replied to my tweets, but I wasn't convinced by its arguments. Furthermore, the poster crystallized what I've been already suspecting: Amnesty seems to believe that the end justifies the means, and that military intervention is acceptable under some circumstances. I disagree with that notion.

To add to my discontent with Amnesty, I just read the entry it published yesterday: “Failure Is Not an Option." In this entry Amnesty laments the lack of action by the United Nation Security Council:
Even the United Nations Security Council, which is supposed to be the bulwark of global peace and security, has failed in its response to these popular uprisings, especially in the Middle East and North Africa. The Security Council’s ramparts have been thinly manned, its response to cries for help too often feeble. Inaction over Syria has left the Council seeming woefully unfit for its primary purpose: maintaining international peace
When I read those statements, I am forced to conclude that Amnesty supports an UNSC resolution to answer “the cries for help” coming out from various nations, especially from Syria. The problem is that Amnesty seems to forget that every time the UNSC passes a resolution "to help", it results in the bombing of that nation. The latest example of such help is Libya. Thousands of people were killed in that humanitarian and merciful bombing at the hands of NATO and the US.

If it were up to Amnesty, Syria would have been yet another country destroyed by the military power of the United States and NATO. Fortunately, China and Russia vetoed the resolution that would have opened the doors to another war. I am not naive, and therefore, I know that both countries had their hidden agendas in vetoing the resolution, but at least, as of today there are no NATO’s bombs falling on children from the sky. That's how I see it, but here is what Amnesty has to say about the veto:
In the case of Syria, Russian and Chinese intransigence has put the credibility of the Council at risk; undermining its core function as a guardian of human rights, and rendering accountability for crimes against humanity elusive.
China, resolutely opposed to intervention in the internal affairs of other states, except when it suits Beijing, has not exactly been a profile in courage. China appears stubbornly committed to preventing the Council from acting decisively to quell the violence.
The Council is not the “guardian of human rights” but rather a tool at the disposal of imperialists, to legitimize their invasion of nations for economic or geopolitics maneuvering. That's what the UNSC does. I applaud China and Russia for standing up to the US and its European allies, and for having avoided yet another war. I do recognize, however, that none of the two nations vetoed the resolution out of kindness. I know they have their own economic interests to preserve, but at least, they prevented shedding more innocent blood at the hand of imperialists whose thirst for power will never be satisfied.

domingo, 20 de mayo de 2012

De propaganda política y libertad de expresión

Los dominicanos elegirán hoy un "nuevo" presidente. Han sido largos meses de discusión política -aunque mejor sería decir, partidaria, ya que se habla más de los partidos que de "propuestas políticas." En República Dominicana las afiliaciones políticas son hereditarias, lo que lleva a que éstas sean apasionadas, y muy poco reflexivas. Afortunadamente, todo el circo político ha terminado; de hecho debió haber terminado el viernes, pues existe una ley electoral que prohíbe la propaganda política 48 horas antes de las elecciones.

Esta ley electoral prohíbe la propaganda política formal: caravanas, anuncios, y toda acción proselitista por parte de los partidos. No estoy en desacuerdo con que cesen las actividades propagandísticas formales dos días antes de la contienda electoral. Sin embargo, me parece absurdo que muchos hayan extrapolado esa ley a las redes sociales, y hayan exigido a los usuarios que se abstengan de hablar de su predilección por un candidato.

En Twitter y Facebook muchos han amonestado a sus contactos/seguidores por hacer campaña por un candidato. ¿A caso no tienen derecho a expresar su predilección política en las redes sociales? Para mí, las redes sociales son precisamente para la gente decir lo que piensa, aunque sus opiniones nos parezcan estupideces garrafales o no las compartamos.

Otro aspecto que me molesta sobremanera es el que se le pida a quien quiera hablar que no lo haga porque  "la gente debe reflexionar." ¡Qué poca fe se tiene en los ciudadanos! El que vaya a reflexionar lo hará por sí solo, no necesita la "providencial" intervención de unos auto-designados agentes de la ley para que hablen por ellos.

Para mí, ha sido difícil soportar tanta basura que se dice en Twitter sobre los partidos tradicionales. Uno ve a gente que considera inteligente haciendo campaña por charlatanes comprobados, y no se puede evitar sentir decepción. Sin embargo, esa es mi opinión, y no me ha sido dado el derecho de coartarles la libertad que tienen de decir lo que piensan y hacer lo que quieran con sus cuentas en las redes sociales.

El asunto es es bastante sencillo: si no te gusta lo que dicen deja de seguirlos, en silencio, y sin espectáculo. No hay que tomar poses de dictador, amenazando a quien se salga del demarcado redil. Todos tenemos derechos a decir lo que pensamos, aunque a quien lo escuche le revuelva el estómago y le bulla la sangre. A mí me pasa constantemente, pero defiendo el derecho de todo ser humano a expresar lo que piensa siempre, libremente y por el medio que sea, aunque me parezca una gran estupidez.

sábado, 28 de abril de 2012

¿Miopía o prejuicio racial?

Anoche leía yo Un hombre llamado Juan Bosch de Antonio Ocaña cuando los ojos se me quedaron fijos sobre un párrafo. El señor Ocaña subrayaba, en esta sección del libro, algunas anécdotas de la vida de Bosch que demostraban su calidad humana. Una de ellas fue la adopción de un niño que abandonaron en las calles de Santo Domingo. Una acción noble sin lugar a duda. Sin embargo, el señor Ocaña comete un inexcusable acto de prejuicio racial al denunciar la desalmada madre que abandonó al hijo:
"... Entre otras cosas, aquellos doctores determinaron que el niño debía tener unos seis meses de edad. En los rasgos somáticos, de aquel niño, se advierte el origen haitiano de su raza; sin duda a alguna, por lo menos su madre tiene que ser haitiana, pues es ocasionalmente frecuente, en las mujeres de esa raza, el abandono de los hijos, algo que ni siquiera puede concebir la mente de la mujer dominicana" (El subrayado es mío).
¿Cómo leer este párrafo y no sentir indignación? Me molesta que el señor Ocaña parece desconocer, convenientemente para su argumento, que en la República  Dominicana existe una gran población netamente negra; y me enfurece aún más su generalización sobre la mujer haitiana y la dominicana. No es cierto que todas las haitianas abandonen a sus hijos ni que todas las dominicanas sean incapaces de hacerlo. Su declaración es un disparate de primera ya que las razones que llevan a una mujer a abandonar a su criatura poco tienen que ver con su nacionalidad o el color de su piel.

Este párrafo, con su miopía real o fingida, se inserta en el discurso de ciertos 'intelectuales' dominicanos que demonizan la cultura haitiana, amparados solamente en sus propios perjuicios, los cuales nos comunican en sus libros como si fueran hechos estudiados y comprobados.

sábado, 14 de abril de 2012

El prejuicio racial y la pena de muerte en EE.UU.

La pena de muerte es la mayor violación a los derechos humanos de un individuo. Añadamos a ello el hecho de que el castigo es aplicado mayormente a reos pertenecientes a minorías étnicas o raciales, cuyas víctima son de la raza blanca. Es aún evidente que el sistema judicial de EE.UU. aún perpetúa el racismo institucionalizado durante años de esclavitud negra y que privilegia a los blancos. ¿Cómo puede aplicarse un castigo irreversible en estas condiciones? ¿Cuántas personas inocentes han sido ejecutadas por el estado siendo inocentes?

Según las estadísticas, desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976, los acusados de asesinato han sido condenados a muerte en un 77% de los casos en los que las víctimas eran de raza blanca, 15% si eran negras, 6% si eran latinas, y  3% si eran de cualquier otra etnia. El 82% de los estudios muestran que la raza de la víctima influye en la posibilidad de que un reo sea condenado a muerte. Es decir, si la víctima es de raza blanca la posibilidad de ser condenado es mucho mayor que si ésta es negra o de cualquier otra minoría.

El año pasado se ejecutaron 43 personas en el país. El caso de mayor notoriedad, nacional e internacional, fue el de Troy Davis. Un caso plagado de irregularidades. Un hombre negro, acusado de asesinar a un policía blanco. La ejecución se fundamentó en la declaración de nueve "testigos", de los cuales siete cambiaron su declaración inicial. Sin embargo, el Estado se negó a considerar la nueva evidencia que, tal vez, pudo haber exonerado a Troy Davis.

El sistema se ensañó contra Troy Davis, y éste fue linchado por el Estado de Georgia, con la complicidad de la Corte Suprema. El caso de Troy Davis me tocó sobremanera porque lo seguí por muchos años, y albergaba la esperanza de que le conmutaran la sentencia, ya que no había pruebas físicas que lo incriminaran. Además, siete testigos se retractaron de su declaración inicial, y existe la declaración de un nuevo testigo que incrimina a OTRA persona.

La corte se negó a considerar la nueva evidencia en el caso de Troy Davis. Si Troy era inocente o no, nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que el Estado le negó la oportunidad de demostrar su inocencia en corte, al no examinar la evidencia que podría haberlo exonerado. Cabe la posibilidad de que Georgia haya matado a un hombre inocente mientras el verdadero asesino esté libre. ¿Habría ocurrido lo mismo si Troy hubieras sido blanco o si la víctima hubiera sido negra? Estoy casi segura que el desenlace habría sido otro.

El caso de Troy Davis puso en la palestra, una vez más, la desigualdad que aún prevalece en sistema judicial estadounidense, y como resultado ha energizado el movimiento abolicionista que se viene gestando en el país por años. Ya son diecisiete los estados que han abolido la pena capital. No es coincidencia que en los últimos cinco años, CINCO estados hayan optado por eliminarla de su código penal -New York ('07), New Jersey ('07), New Mexico ('09), Illinois ('11) y Connecticut ('12). Aunque el número es aún pequeño, es un cambio sumamente significativo ya que hace unos años el apoyo a la pena de muerte era bastante generalizado.

Espero ver el día en que la pena de muerte sea abolida en TODO el territorio nacional, y más que nada quisiera ver un sistema judicial saneado totalmente de las predisposiciones raciales del pasado. 

miércoles, 11 de abril de 2012

Abulia

Son las once de la mañana, y mi mundo cruje bajo los pies.  Sobre el escritorio un té verde, junto a un cóctel de tabletas naturales que prometen hacerme bien. Navego por unas enredaderas que me dificultan el paso. Me detengo, de vez en cuando, y aspiro el aire -hoy la respiración procede de las plantas de los pies. Sigo adelante aunque sin saber muy bien adónde voy...

¿Qué hacer? ¿Adónde ir? Es un día de esos en que falta voluntad. No se me antoja nada. Hace medio día que barajo irme al gimnasio, o al súper, o a cualquier lugar. La solución sería romper con esta maldita abulia que se ha apoderado de mí, pero cuando nos falta la voluntad nos quedamos desarmados ante la vida. ¿No es una catástrofe personal el quedarse sin voluntad?

El único consuelo es que esta abrumadora sensación sólo dura unos cuantos días, sólo unos cuántos... Y entonces, empieza el ciclo de nuevo que me traerá devuelta a este abúlico estado, justo en un mes.

sábado, 25 de febrero de 2012

Eva, la primera rebelde

Mi vida, como la de nadie, no ha sido fácil. Los que me conocen esperan que todas las "pruebas" que he enfrentado me acerquen más a Dios, pero para su decepción, que jamás ha sido la mía, eso no ha ocurrido.

Mi principal problema con la religión y con la Biblia es que me piden que deje de pensar y cuestionar. Y, yo simplemente no puedo hacerlo, y en honor a la verdad aunque pudiera, no quiero. Valoro el conocimiento y abomino de la ignorancia. Prefiero ser excluida de un club en el que el principal requisito es suspender la inteligencia, negar la racionalidad y entregarse por completo a supersticiones, que sólo pueden ser aceptadas si suspendemos nuestro bien más preciado: el raciocinio.

No es fácil ser atea en una familia dominicana. La religión resume por todas partes, y no se mueve un dedo sin que intervenga el ser supremo que todos suponen su señor, menos yo. Mi estrategia es mantener el tema fuera del seno familiar, pero a veces, el tema llega a ellos por otros medios, como por ejemplo este blog o por mi obvia apatía ante todo rito religioso.

Frecuentemente, soy objeto de pena por parte de conocidos y desconocidos por haber elegido seguir un camino opuesto al que ellos siguen: el trazado por un ser invisible, que en sus propias palabras, es vanidoso, violento, vengativo e injusto. ¿Se han dado cuenta como Dios siempre está del lado de los poderosos y como se ensaña con los pobres, los oprimidos y los que más necesitarían de su ayuda? Para mí ese ser no es digno de ser alabado sino recriminado.

Los creyentes creen que me asustan al hablar del castigo eterno de su Dios, ¿cómo es posible que un ser de bondad pueda hablar de tremenda barbaridad? Si no me salva porque no le sigo, eso dice más de él que de mí, yo soy una simple mortal, y el un ser divino, debería actuar a su altura y dejarse de pequeñeces.

No siento que al alejarme de ese ser pierdo nada y gano mucho: la libertad para pensar, aprender, descubrir, cuestionar y simplemente ser. En este momento se me ocurre alzar la copa por Eva, esa mujer mitológica que es símbolo de todos los que tenemos la curiosidad de saber, y que preferimos el infierno tras probar del árbol del conocimiento a vivir en el paraíso, el reino de la ignorancia. 

lunes, 20 de febrero de 2012

La pequeña Shakira o las consecuencias de las guerras

En diciembre llegó a los Estados Unidos una niña pakistaní, desfigurada por uno de los ataques ordenados por Obama, ilegalmente, dentro de la nación surasiática. La niña cuyo nombre original no los sabemos, tenía un año de edad, y tras el ataque fue tirada al basurero con otros dos bebés. Ella sobrevivió al  ser rescatada por un doctor que trabajaba de voluntario en una organización caritativa del área.

Los médicos de la pequeña intentaron localizar a los padres para pedir autorización para tratarla, sin embargo,  fue imposible dar con su paradero. Tal vez hayan muerto en el ataque, pero lo que verdaderamente ocurrió ese fatídico día nunca lo sabremos. Shakira nunca sabrá quienes fueron sus padres ni por qué debe llevar las heridas de una guerra ordena por un presidente galardonado con el premio Nobel de la paz. ¡Oh, qué gran burla a las víctimas de su cruenta política extranjera!

La pequeña Shakira se someterá a una serie de operaciones para reconstruir su rostro y sus manos en un hospital de Houston. Me alegro mucho por ella, pero, no puedo evitar preguntarme: ¿cómo remediamos las heridas emocionales? ¿Cómo devolverle la inocencia robada? Siento tanto el dolor y la desgracias de esta pequeña desconocida. Hay noches en que no puedo dormir, pensando en que contribuyo a financiar el dolor de miles como ella; por ello, he contemplado no pagar la porción de mis impuestos destinados a la guerra...

A pesar de la tragedia de esta pequeña, ella es sólo una entre miles de personas asesinadas o mutiladas por las guerras imperialistas de los Estados Unidos. Y mientras el mundo sufre las consecuencias, el país se hunde en la pobreza y la falta de oportunidad para la gran mayoría, las élites se enriquecen con dinero teñido de sangre inocente. Lo peor de todo esto es que los demócratas, antiguos críticos de las políticas de Bush hoy apoyan las misma políticas continuadas, y en algunos casos endurecidas por Obama.

El movimiento antibelicista, en su gran mayoría, hoy es dominado por una minoría que no se bandera bajo los partidos demócrata ni republicano. Somos los que nos encontramos en la periferias. Es muy triste reconocer que muchos de los que decían estar en contra de las guerras y la expansión del imperio, eran sólo demócratas que preferían que las órdenes la diera uno de su equipo... Ése es el aberrante e injusto estado de las cosas en la Unión Americana.

sábado, 18 de febrero de 2012

De un idilio virtual a una real pesadilla

Soy una mujer intensa, y ésa es la única forma de la que quiero vivir. Me desagradan los muertos en vida, esa gente sin pasión por nada, que le asustan los cambios y es incapaz de hacer lo necesario en el momento preciso. Sin embargo, debo decir que vivir intensamente tiene su precio, y, a veces, bastante alto.

La última vez que me pasé de intensa hace ya casi tres años: me fui a conocer a un hombre a quien sólo había tratado por unos meses, a través de emails y unas cuantas conversaciones telefónicas. Se trataba de un lector de este blog que vive a más de siete horas de vuelo de Nueva York. Imagínense la reacción de mi madre al contarle de mis planes... y todo lo absurdo de la relación entre la conexión española y yo.

La pobre mujer puso el grito en el cielo, y me obligó a darle la dirección del lugar donde me quedaría... Pero, yo no lo pensé dos veces, era lo que quería y necesitaba hacer en ese momento, y sólo un "no vengas," me habría detenido. Mis  sentimientos potenciaron mi intensidad y me impulsaron a aceptar viajar a conocer al hombre que me había puesto el mundo al revés. 

No tuve miedo de aventurarme a encontrarme con un desconocido en una lejana ciudad. Por el contrario, fue una experiencia que disfruté mucho, por el tiempo que duró, y por la que luego la vida me pasó factura, bastante alta por cierto. Sin embargo, no me arrepiento de nada, si no lo hubiera hecho, me habría quedado con la incógnita, y la conexión española habría vivido en mi mente con un aire de idealidad nada saludable. Tras el encuentro, él  pasó de galán a patán en muy poco tiempo. Si no habría ido, habría seguido alimentando un sentimiento que, al final, me habría hecho mucho más daño. 

Estoy convencida de que el haber estado dispuesta a tomar un vuelo de más de siete horas y el hecho de que no vacilé un instante, sacudió de pie a cabeza a mi conexión española. Imagino que mi arrojo lo asustó, y le hizo comprender que yo era una mujer de armas a tomar.... Y más valía, para alguien con sus intenciones alejarse de una mujer tan intensa... Eso lo entiendo, de veras, lo que jamás entendí fue el no habérmelo dicho de frente. El silencio es un muy mal mensajero ya que nos permite interpretarlo de mil maneras.

jueves, 9 de febrero de 2012

Sigo viva y avanzando

¡Cuánto tiempo! No han sido las ganas las que me han faltado, sino el tiempo. Me parece mentira que éste sea mi primer post del 2012. Aunque no escribí ninguno aquí, durante esta ausencia llegaron varios posts a mi mente, y simplemente tuve que dejarlos ir, y zambullirse en el río de lo que nunca será.

Imagino que pensarán, ¿cómo es que una mujer que está de baja del trabajo no tiene tiempo? Es simple. Me volqué de lleno en los estudios. Leí y releí muchísimo en preparación para el último examen del doctorado. No fue fácil estudiar en las condiciones en que me encontraba, pero quise esforzarme en invertir el tiempo en algo útil -quería sacar algo más que dolor de esta terrible experiencia.

Presenté el examen en enero. Fueron doce largas horas de intensa presión y cansancio, pero lo logré. Anteayer recibí la noticia de que lo aprobé. Estoy muy contenta, y sobre todo orgullosa de mi tenacidad, de mis garras de guerrera invencible. En estos meses tan oscuros jamás me lamenté de nada, usé el tiempo para sanar, reflexionar, leer, estudiar, iniciar nuevos proyectos y pasar tiempo con las personas que importan.

Regresé al trabajo el 30 de enero. Ha sido maravilloso volver a mis chiquitines -y este año si que son chiquitines, enseño noveno grado por primera vez en mucho tiempo. Ha sido verdaderamente gratificante experimentar el cariño de mis estudiantes y de mis compañeros de trabajo. Nunca imaginé que pudiera ser objecto de tanto cariño y apoyo.

Me siento sumamente agradecida por todo el apoyo y el amor que he recibido en estos meses. En momentos como estos, imagino, es cuando se cosecha lo que se ha sembrado en este planeta azul. Si hubiera muerto en el accidente, me habría perdido el placer de saber lo que significaba para muchas personas a quienes no sabía les  importaba... Creo que esa ha sido la mayor lección de estos meses. A pesar del dolor, de las frustraciones, de las limitaciones estos meses han sido de gran crecimiento y afirmación.