Se suponía que yo tomara un examen el 22 de agosto, pero por causa de mi accidente no pude hacerlo. Aunque no me presenté, éste estaba muy presente en mi mente, y me sentía un poco desilusionada por no cumplir con lo que me había propuesto. No había manera de no pensar en ello. Tal vez, por eso, la noche del 21 tuve un vívido sueño: al observar el examen, mis ojos se detuvieron en una pregunta sobre la novela Misericordia de Benito Pérez Galdós. ¡Qué gran problema! No me había leído el libro, y por consiguiente, no podría contestarla.
Me desperté agitada, sudorosa, e inmóvil. Llamé a mi mamá para que me alcanzara la libreta de apuntes que estaba sobre la mesita de noche. Era importante que no me olvidara del presagioso sueño. Escribí: Leer Misericordia. Me sorprendió mi conducta pues no suelo ponerle mucha atención a los sueños. En fin, lo anoté y me volví a dormir esperando que por la Misericordia no tuviera más pesadillas.
No tenía yo muchas ganas de hacer nada en ese tiempo. Y entre dolores, y narcóticos me olvidé del sueño, y de leer el libro. Finalmente, lo empecé, ya me he leído 36 capítulos. Una de estas noches recordé que un profesor muy querido había dictado un curso sobre Galdós, no hace mucho tiempo. Llamé a una compañera de la universidad para pedirle el programa de curso y ver lo que había asignado el profesor.
Me atreví a hacer el ridículo, y le conté a mi compañera mi sueño galdosiano, y que esa era la razón por la que finalmente estaba leyendo Misericordia. La escuché decir "Es que no lo vas a creer. En realidad, cayó una pregunta de Misericordia en agosto." Me quedé boquiabierta, me lamenté de que no tuviera sueños tan lúcidos con los números de la lotería. ¡Qué suerte que no tomé el examen porque mi pesadilla se habría hecho realidad!
Pues ya ven que mi sueño misericordioso, al final, no me sirvió de mucho, porque dudo muchísimo que vuelvan a poner el mismo libro. Todo parece indicar que tendré que volver a soñar con otro libro que no me haya leído, y ojalá que, la próxima vez, no sea la noche antes del examen para tener tiempo de leérmelo.