Nadie quiere morirse ni perder, la naturaleza humana nos empuja a luchar hasta el último minuto por salvarnos, o vencer. Cuando un individuo cae en coma, la familia decide que hacer él. Nos enfrentamos a preguntas difíciles de contestar, por ejemplo, ¿cuándo desconectarlo de la máquina que lo mantiene artificialmente con vida? Hay personas valientes y pragmáticas que optan por dejar sus deseos por escritos para evitarle a la familia tan difícil tarea; de cualquier modo, en ambos casos, siempre se toma en cuenta la opinión especializada de los médicos.
En una campaña política sucede algo similar -por lo menos en los Estados Unidos- los candidatos se retiran por la puerta ancha cuando el diagnóstico no es promisorio. Sin embargo, en esta contienda hemos visto a la senadora Hillary Clinton dilatar una inevitable derrota. Anoche prometió seguir batallando por una nominación que ha estado clínicamente muerta desde marzo. Es cierto que en abril, ésta dio señales, aunque muy mínimas, de que tal vez pudiera salir del coma. Pero, desafortunamente para la campaña en cuestión, todas las partes competentes, votantes y analistas, coinciden con el diagnósticos es irreversible: el paciente sólo vive porque por estar conectado a la máquina (¿o, debería decir maquinaria?), que le da la ilusión de seguir viva; en su estado delirante, no se da cuenta de que esta situación sólo extien su agonía y evita la cura emocional del partido. Cada día se nota más que no hay nada que hacer, por la vía ética y legítima, para mantener el paciente vivo sin destruir a toda la familia, ¿a caso vale la pena? No lo creo, las elecciones no deben ser acerca de un determinado individuo, sino de una entidad mayor: los votantes, y estos ya eligieron. Me pregunto, quién va a desconectar el cable que mantiene esta campaña artificialmente viva. Es obvio que el paciente es incapaz de entender el fatídico diagnóstico.
Hillary ha tenido que prestarse ella misma muchos millones para seguir haciendo campaña, si sigue así va a caer en un hoyo financiero. Debería dejar de ser cabeza dura y cederle el paso a Obama.
ResponderEliminarSaludos
Esa señora va a terminar mal con tanta arrogancia y prepotencia.
ResponderEliminarHace unos días vi una parodia de ella en SNL y no pudieron reflejarla mejor, hablando de cuando les dará paso en el 2016.
Increíble.
Y lo peor del caso, tal como tu apuntas, es que con su soberbia se está llevando su partido entre los pies. Porque es inegable que esta lucha ficticia está desgastando a el Partido Demócrata, o al menos es la sensación que me da.
ResponderEliminarLa lucha por el poder...
por qué odias a Hillary? Acaso no tiene ella el derecho y el deber de postularse. Es una mujer y por cuestión de género, debieras de apoyarla.
ResponderEliminarBaakanit, ya todo ha terminado, me imagino que tiene que procesar la cuestión mentalmente. Es delirante que se siga prestando dinero :(.
ResponderEliminarGinnette, las parodias están a la orden del día. Ya falta poco, el ego es algo que hay que saber trabajar, jajajaja. Eso es lo que ella hace ahora, llegar a un acuerdo con su ego :(. Después de que gane Kentucky y Virginia se retirara. Demósle el tiempo necesario pero que lo coja suave, que deje de atacar y se ponga a curar las heridas :).
Argénida, la verdad creo que al final el partido estará unido y para finales de junio o principios de julio, veras a Hillary alabando a Obama :).
Dirat, Odiar? Eso es una palabra fuerte. Al contrario, he votado por ella dos veces, pero ahora se pasó. Yo prefiero a Obama, y creo que es hora de que se entere que perdió la nominación. De ahí odiarla hay un gran trecho.
Chicos y Chigas besos y abrazos!