lunes, 20 de febrero de 2012

La pequeña Shakira o las consecuencias de las guerras

En diciembre llegó a los Estados Unidos una niña pakistaní, desfigurada por uno de los ataques ordenados por Obama, ilegalmente, dentro de la nación surasiática. La niña cuyo nombre original no los sabemos, tenía un año de edad, y tras el ataque fue tirada al basurero con otros dos bebés. Ella sobrevivió al  ser rescatada por un doctor que trabajaba de voluntario en una organización caritativa del área.

Los médicos de la pequeña intentaron localizar a los padres para pedir autorización para tratarla, sin embargo,  fue imposible dar con su paradero. Tal vez hayan muerto en el ataque, pero lo que verdaderamente ocurrió ese fatídico día nunca lo sabremos. Shakira nunca sabrá quienes fueron sus padres ni por qué debe llevar las heridas de una guerra ordena por un presidente galardonado con el premio Nobel de la paz. ¡Oh, qué gran burla a las víctimas de su cruenta política extranjera!

La pequeña Shakira se someterá a una serie de operaciones para reconstruir su rostro y sus manos en un hospital de Houston. Me alegro mucho por ella, pero, no puedo evitar preguntarme: ¿cómo remediamos las heridas emocionales? ¿Cómo devolverle la inocencia robada? Siento tanto el dolor y la desgracias de esta pequeña desconocida. Hay noches en que no puedo dormir, pensando en que contribuyo a financiar el dolor de miles como ella; por ello, he contemplado no pagar la porción de mis impuestos destinados a la guerra...

A pesar de la tragedia de esta pequeña, ella es sólo una entre miles de personas asesinadas o mutiladas por las guerras imperialistas de los Estados Unidos. Y mientras el mundo sufre las consecuencias, el país se hunde en la pobreza y la falta de oportunidad para la gran mayoría, las élites se enriquecen con dinero teñido de sangre inocente. Lo peor de todo esto es que los demócratas, antiguos críticos de las políticas de Bush hoy apoyan las misma políticas continuadas, y en algunos casos endurecidas por Obama.

El movimiento antibelicista, en su gran mayoría, hoy es dominado por una minoría que no se bandera bajo los partidos demócrata ni republicano. Somos los que nos encontramos en la periferias. Es muy triste reconocer que muchos de los que decían estar en contra de las guerras y la expansión del imperio, eran sólo demócratas que preferían que las órdenes la diera uno de su equipo... Ése es el aberrante e injusto estado de las cosas en la Unión Americana.

2 comentarios:

  1. Esta historia es aterradora y no precisamente la clase de la que la mayoría nos hacemos eco. Gracias Sonia por ponerla en primer plano en tu blog... De alguna manera nos hacemos cómplices al ignorar cosas como ésta.
    ¡Pobre niña! Su carita y sus ojos son testimonio, se ve la inocencia y habrá que preguntarse qué pecados estará ella pagando. Obviamente no los de ella, sino los nuestros, los de todos los seres humanos que preferimos mirar hacia el otro lado y lo de todos los seres humanos que todavía no hemos aprendido a comportarnos como deberíamos...

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  2. Fer, gracias por leer. Es un honor tenerte por aquí y que me dejes un tan sentido comentario. Añadir algo sería redundar.

    Abrazos

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