Mi vida, como la de nadie, no ha sido fácil. Los que me conocen esperan que todas las "pruebas" que he enfrentado me acerquen más a Dios, pero para su decepción, que jamás ha sido la mía, eso no ha ocurrido.
Mi principal problema con la religión y con la Biblia es que me piden que deje de pensar y cuestionar. Y, yo simplemente no puedo hacerlo, y en honor a la verdad aunque pudiera, no quiero. Valoro el conocimiento y abomino de la ignorancia. Prefiero ser excluida de un club en el que el principal requisito es suspender la inteligencia, negar la racionalidad y entregarse por completo a supersticiones, que sólo pueden ser aceptadas si suspendemos nuestro bien más preciado: el raciocinio.
No es fácil ser atea en una familia dominicana. La religión resume por todas partes, y no se mueve un dedo sin que intervenga el ser supremo que todos suponen su señor, menos yo. Mi estrategia es mantener el tema fuera del seno familiar, pero a veces, el tema llega a ellos por otros medios, como por ejemplo este blog o por mi obvia apatía ante todo rito religioso.
Frecuentemente, soy objeto de pena por parte de conocidos y desconocidos por haber elegido seguir un camino opuesto al que ellos siguen: el trazado por un ser invisible, que en sus propias palabras, es vanidoso, violento, vengativo e injusto. ¿Se han dado cuenta como Dios siempre está del lado de los poderosos y como se ensaña con los pobres, los oprimidos y los que más necesitarían de su ayuda? Para mí ese ser no es digno de ser alabado sino recriminado.
Los creyentes creen que me asustan al hablar del castigo eterno de su Dios, ¿cómo es posible que un ser de bondad pueda hablar de tremenda barbaridad? Si no me salva porque no le sigo, eso dice más de él que de mí, yo soy una simple mortal, y el un ser divino, debería actuar a su altura y dejarse de pequeñeces.
No siento que al alejarme de ese ser pierdo nada y gano mucho: la libertad para pensar, aprender, descubrir, cuestionar y simplemente ser. En este momento se me ocurre alzar la copa por Eva, esa mujer mitológica que es símbolo de todos los que tenemos la curiosidad de saber, y que preferimos el infierno tras probar del árbol del conocimiento a vivir en el paraíso, el reino de la ignorancia.
Mi principal problema con la religión y con la Biblia es que me piden que deje de pensar y cuestionar. Y, yo simplemente no puedo hacerlo, y en honor a la verdad aunque pudiera, no quiero. Valoro el conocimiento y abomino de la ignorancia. Prefiero ser excluida de un club en el que el principal requisito es suspender la inteligencia, negar la racionalidad y entregarse por completo a supersticiones, que sólo pueden ser aceptadas si suspendemos nuestro bien más preciado: el raciocinio.
No es fácil ser atea en una familia dominicana. La religión resume por todas partes, y no se mueve un dedo sin que intervenga el ser supremo que todos suponen su señor, menos yo. Mi estrategia es mantener el tema fuera del seno familiar, pero a veces, el tema llega a ellos por otros medios, como por ejemplo este blog o por mi obvia apatía ante todo rito religioso.
Frecuentemente, soy objeto de pena por parte de conocidos y desconocidos por haber elegido seguir un camino opuesto al que ellos siguen: el trazado por un ser invisible, que en sus propias palabras, es vanidoso, violento, vengativo e injusto. ¿Se han dado cuenta como Dios siempre está del lado de los poderosos y como se ensaña con los pobres, los oprimidos y los que más necesitarían de su ayuda? Para mí ese ser no es digno de ser alabado sino recriminado.
Los creyentes creen que me asustan al hablar del castigo eterno de su Dios, ¿cómo es posible que un ser de bondad pueda hablar de tremenda barbaridad? Si no me salva porque no le sigo, eso dice más de él que de mí, yo soy una simple mortal, y el un ser divino, debería actuar a su altura y dejarse de pequeñeces.
No siento que al alejarme de ese ser pierdo nada y gano mucho: la libertad para pensar, aprender, descubrir, cuestionar y simplemente ser. En este momento se me ocurre alzar la copa por Eva, esa mujer mitológica que es símbolo de todos los que tenemos la curiosidad de saber, y que preferimos el infierno tras probar del árbol del conocimiento a vivir en el paraíso, el reino de la ignorancia.
No tienes que pertener a una religión ni leer la Biblia para acercarte a Dios. Dios es amor, energía.. Dios eres tú. Saludos!
ResponderEliminarMe pongo de pié y aplaudo
ResponderEliminar¡Abrazos! =)
Debo decir que tu tésis es muy buena si la ves desde la teología occidental, que se sutenta en la ética de francia. Yo te recomiendo que busqués a Enrique Dussell, un excelente filósofo, antropólogo y teólogo que en sus libros "Para una ética de la liberación" y "El encubrimiento del otro", te dice que el proyecto de la cultura hegemónica, era precisamente lo que tu escribes acá y propone que nos encontremos en el "Otro" que es principio y fin. Muy buen tema, gracias por tanta frescura.
ResponderEliminarLa metáfora con la Eva bíblica y mitológica, porque es eso...un mito, me dibujó una sonrisa en la cara. No pensé nunca en la imagen poderosa que ella representa, como figura de la razón en medio de la ignorancia del cuento bíblico.
ResponderEliminarSabes que te entiendo y mucho. A mí se me hace difícil con mi familia, mucho. Ahora que me casé y se empiezan a aminorar la frecuencia con que me preguntan por qué no lo hice por la iglesia (Fui creyente y practicante de mi creencia católica), resurge una nueva cuestión: Tienes que bautizar a tus hijos. No sé si deseo empezar un conflicto familiar con eso, para mí bautizar es un rito sin más importancia que la social y cultural, no tiene nada transcendente. Sin embargo, pienso si debo permitir que un hijo o hija tenga una etiqueta sobre algo que tiene derecho a decidir usando sus razones: ser o o creyente.
Cuestiones que a veces se ven simples, pero hay que estar en esos zapatos.
Mi admiración.
Abrazos.
Son todos unos ateos!
ResponderEliminarY tambien hignorantes.
ResponderEliminarNo soy sabio pero creo que ese Dios del que hablas está hecho a nuestra imagen y semejanza ... Padece y está plagado de nuestros mismos defectos e imperfecciones. Con el tiempo podremos crear otro mejor. Te lo aseguro (el que tenemos -o los que tenemos,porque creo que hay varios y depende de donde hayas nacido-, es viejo, obsoleto, no lo hemos actualizado todavía).
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