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domingo, 13 de enero de 2013

La invisibilidad de la guerra ayuda a su perpetuación

Todos los días aviones no tripulados vuelan por los cielos en busca de los enemigos del gobierno estadounidense. Este tipo de ataques coordinados por la C.I.A. se lleva a acabo en varios países, como Somalia,Yemen, Pakistán, Afganistán, Irak, y quién sabe cuántos otros más se irán añadiendo. Este programa de guerra no convencional se ha triplicado durante la presidencia de Obama. Sin embargo, el 83% de la población estadounidense lo aprueba, y no repara en los problemas éticos -adicionales a una guerra tradicional- que éstos representan.

Por lo general, jamás he aceptado la versión de Washington sobre nada que tenga que ver con la eufemísticamente llamada "política extranjera" del país. Pues, los auto-creados problemas de Estados Unidos se solucionarían en el momento que los gobernantes dejen de manufacturarlos. Por mi postura escéptica ante el gobierno, me cuento entre el 17% que se opone a estas operaciones secretas de la C.I.A. He aquí sólo algunas:
  • Estos vehículos no tripulados entran en el espacio aéreo de naciones soberanas, sin prestar la menor importancia a ello. Estoy segura que Estados Unidos jamás toleraría tales acciones en su territorio.
  • El programa es parte de una guerra no declarada, que se hace infinita, pero siempre justificada por los ataques terroristas del 11 de septiembre. 
  • Todo el que muere en estos ataques es calificado de "militante" de Al-Qaeda, de inmediato, sin importar que se trate de niños, mujeres, huéspedes de una boda o lo que sea. Todos los muertos son siempre militantes, sin que la prensa ni los ciudadanos pidan prueba de ello.
  • Los soldados que van a la guerra saben que van a matar, pero pueden ser matados también. En el caso de estos ataques a control remoto los soldados estadounidenses matan desde la comodidad de un asiento a miles de millas de sus víctimas, y por lo tanto,no incurren ningún riesgo. Sólo deben apretar un botón, y hacer añicos a su blanco -cero vísceras, cero sangre que presenciar. Es como jugar a la guerra en un videojuego, y nada más.
  • Es un asesinato a sangre fría y de forma muy cobarde, sin dar a las víctimas la oportunidad de defenderse, pues no se dan cuenta que son blanco de guerra. Además, un gran número de ellos son personas inocentes que nada tienen que ver con el terrorismo.
  • Los acusados son asesinados sin ser condenados de nada. Esto es sencillamente irónico: un presidente con formación en derecho constitucional, prefiere asesinar a sus enemigos, a llevarlos a corte aun cuando tiene la oportunidad de hacerlo -como en el caso de Osama Bin Laden. 
El país más asediado por estos ataques invisibles es Pakistán.  Según un estudio de Bureau of Investigative Journalism entre junio de 2004 y la mitad de septiembre de 2012, entre 2562 y 3325 personas fueron asesinadas en ataques con aviones no tripulados. De estos entre 474 y 881 eran civiles, entre ellos 176 niños. Sin embargo, Washington vende estos ataques a sus ciudadanos como sumamente precisos. 

Algo que a mí me molesta mucho es que cada vez que Estados Unidos mata a alguien con uno de estos sofisticados aviones, la versión oficial es que se trataba de un "militante" de Al-Qaeda. La prensa tradicional, escrita y televisiva se hace eco de esta narrativa, aceptando la versión oficial de los hechos sin mayor dificultad. Sin embargo, poco a poco empieza a emerger una contra-narrativa que da otra versión de quiénes eran los asesinados, y el impacto que estos ataques tienen en la población civil.

Creo firmemente que una de las razones por las que los estadounidenses son tan tolerantes a las guerras es que éstas siempre son peleadas en tierras extranjeras, lejos de la realidad del ciudadano promedio, y cuyas noticias le llegan filtradas por una prensa que se hace eco de la narrativa del gobierno, en vez de cuestionarla. Los ataques con aviones no tripulados han venido a aumentar la visión sesgada de los estadounidenses sobre las guerras. La invisibilidad, y la falta de víctimas nacionales seguirá contribuyendo a que éstos acepten guerras interminables más fácilmente que si fueran sus propios hijos los que cayeran abatidos.

lunes, 20 de febrero de 2012

La pequeña Shakira o las consecuencias de las guerras

En diciembre llegó a los Estados Unidos una niña pakistaní, desfigurada por uno de los ataques ordenados por Obama, ilegalmente, dentro de la nación surasiática. La niña cuyo nombre original no los sabemos, tenía un año de edad, y tras el ataque fue tirada al basurero con otros dos bebés. Ella sobrevivió al  ser rescatada por un doctor que trabajaba de voluntario en una organización caritativa del área.

Los médicos de la pequeña intentaron localizar a los padres para pedir autorización para tratarla, sin embargo,  fue imposible dar con su paradero. Tal vez hayan muerto en el ataque, pero lo que verdaderamente ocurrió ese fatídico día nunca lo sabremos. Shakira nunca sabrá quienes fueron sus padres ni por qué debe llevar las heridas de una guerra ordena por un presidente galardonado con el premio Nobel de la paz. ¡Oh, qué gran burla a las víctimas de su cruenta política extranjera!

La pequeña Shakira se someterá a una serie de operaciones para reconstruir su rostro y sus manos en un hospital de Houston. Me alegro mucho por ella, pero, no puedo evitar preguntarme: ¿cómo remediamos las heridas emocionales? ¿Cómo devolverle la inocencia robada? Siento tanto el dolor y la desgracias de esta pequeña desconocida. Hay noches en que no puedo dormir, pensando en que contribuyo a financiar el dolor de miles como ella; por ello, he contemplado no pagar la porción de mis impuestos destinados a la guerra...

A pesar de la tragedia de esta pequeña, ella es sólo una entre miles de personas asesinadas o mutiladas por las guerras imperialistas de los Estados Unidos. Y mientras el mundo sufre las consecuencias, el país se hunde en la pobreza y la falta de oportunidad para la gran mayoría, las élites se enriquecen con dinero teñido de sangre inocente. Lo peor de todo esto es que los demócratas, antiguos críticos de las políticas de Bush hoy apoyan las misma políticas continuadas, y en algunos casos endurecidas por Obama.

El movimiento antibelicista, en su gran mayoría, hoy es dominado por una minoría que no se bandera bajo los partidos demócrata ni republicano. Somos los que nos encontramos en la periferias. Es muy triste reconocer que muchos de los que decían estar en contra de las guerras y la expansión del imperio, eran sólo demócratas que preferían que las órdenes la diera uno de su equipo... Ése es el aberrante e injusto estado de las cosas en la Unión Americana.