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jueves, 20 de noviembre de 2014

En inmigración, Obama ofrece un paliativo, no una solución

Obama anunció esta anoche una acción ejecutiva orientada a mejorar la crisis migratoria que vive el país. Es importante entender qué garantiza la orden y a quiénes beneficia, antes de poner al señor presidente en un pedestal.

Ésta garantiza permiso de trabajo, y la tranquilidad de saber que no se será deportado por un período de tres años. La orden no garantiza la legalización y menos la ciudadanía. Los beneficiados serán unos cinco millones de personas.

Para ser elegibles, los inmigrantes deben haber residido en el país por cinco años, tener niños, sean ciudadanos estadounidenses o residentes legales, y, por supuesto, no haber delinquido.

Con esta orden ejecutiva, el presidente ha creado, por lo menos, dos grupos de inmigrantes indocumentados: los que él decidió amparar temporalmente, y los que dejó a merced del Servicio de Inmigración. Ha aliviado el sufrimiento de un grupo de inmigrantes, pero no ha hecho nada por la mayoría.

Escuché el discurso con atención, analicé cada palabra que dijo el presidente Obama. No me gustó su tono denigrante, aunque iba disfrazado de buenas intenciones. La retórica religiosa suena siempre tan falsa en boca de los políticos; y la criminalización de los inmigrantes es simplemente intolerable y demagógica. Recalcó ad nauseam que haber entrado al país sin documentos es un acto criminal.

Obama habló incesantemente de que los EE. UU. es una nación de leyes, y de que los inmigrantes por haber cometido "el crimen" de entrar al país sin documentos ni autorización, deben expurgar su culpa. No sé exactamente cual será la penalidad.

Lo que sí sé es que la ley es aplicada a hombres y mujeres indefensos, que todos los días trabajan como burros para cultivar la comida que nos llevamos a la boca, limpiar nuestras casas y cuidar de nuestros niños. Sin embargo, es inexistente para los torturadores,  criminales de guerra y los desfalcadores que hundieron el país en una de las peores crisis económicas.

Me alegro de que algunos puedan salir de las sombras, aunque sea por tres años. Sé que hay mucha gente que hoy se siente un poco más libre. ¡Qué bueno por ellos! Sin embargo, creo que lo justo hubiera sido no crear dos clases de inmigrantes indocumentados. De igual modo, me pregunto qué ocurrirá con esta medida temporal, si nuestro bueno para nada congreso no pasa una reforma de inmigración dentro del período de prórroga.

La orden ejecutiva de Obama no es una solución, sino una medida paliativa.Estas personas seguirán siendo indocumentadas, la diferencia es que tendrán permiso de trabajo, y podrán respirar aliviadas aunque sea por tres años. Y ésos son los amparados, los otro seis millones de indocumentados siguen en el limbo migratorio indefinidamente, sin que al presidente ni al Congreso parezca preocuparle.

lunes, 30 de septiembre de 2013

El factor demográfico en el conflicto por la nacionalidad dominicana

El fallo del Tribunal Constitucional dominicano sobre la nacionalidad dominicana ha desbordado los ánimos a ambos lados del debate. Por un lado están los nacionalistas de siempre, reaccionarios, delirantes,  que hablan de una abrumadora invasión de inmigrantes haitianos, que vienen a destruir la santa cultura dominicana.  Y por otro, están los que creen que se ha violado la constitución al negarles la nacionalidad de forma retroactiva a personas nacidas en el territorio nacional, por ser hijos de inmigrantes indocumentados.

Al leer la sentencia se hace evidente que ésta tiene un sentido preventivo, un deseo de evitar o diezmar la inmigración haitiana. La nulidad de la nacionalidad a dominicanos de ascendencia haitiana es un escarmiento, un mandar un mensaje a futuros “infractores”. A pesar de que hay otros inmigrantes en el país, la sentencia se centra exclusivamente en el impacto de la inmigración haitiana. Es cierto que la reclamante al centro de la sentencia es de origen haitiano, y que éstos son la mayoría de inmigrantes, pero ¿no debería ser ésta una decisión razonada en terminos universales, y no sólo para señalar a los migrantes haitianos? El señalar exclusivamente a los haitianos hace del dictamen discriminatorio en  base a nacionalidad y raza -lo que prohibe la constitución dominicana.

Lo que encuentro en el subtexto de la sentencia es un miedo al factor demográfico, a que los extranjeros, especifícamente los haitianos, sean una mayoría abrumadora. Esa "amenaza" demográfica, que tanto preocupa a la ultra derecha de países como Israel, con los árabes, y Estados Unidos con los latinos, es una idea racista, divorciada de la realidad. Es un miedo irracional que busca preservar la “pureza” cultural o racial –en algunos casos-, la supuesta superioridad de la cultura y sociedad local, ante  la del señalado invasor, que se considera inferior. Para los nacionalistas "salvar" el país de estas "escorias" es la prioridad, y si hay que violar la constitucion, desnacionalizar a miles de dominicanos de ascencia haitiana, no pasa nada, es sólo daño colateral.

Al conversar con dominicanos nacionalistas que favorecen la extirpación de la nacionalidad a ciudadanos de ascendencia haitiana, sale a relucir un miedo bastante irracional de amanecer un día en un país cuya cultura dominante sea la haitiana. Esto es un miedo infundado, sustentado por la supuesta creencia de que para los haitianos la isla es "una e indivisible", y, por lo tanto, estos buscan la oportunidad de volver a dominar el país. Muchos hablan de la invasión de haitianos, de que hay millones de ellos en la isla, sin embargo, los datos aportados por el estudio, que reproduce la misma sentencia del Tribunal Constitucional, demuestran que estas cifras son exageradas. 

El porcentaje total de inmigrantes en el país, en relación a la población nacional, es de 5,4% (página 23). Es rídiculo pensar que esta cifra pueda poner en peligro la hegemonía nacional. Supongamos, por un instante, el improbable escenario de que se fusionaran las dos naciones, que no es el caso en absoluto, los dominicanos y los haitianos seguirían respectivamente practicando su cultura. La cultura es algo que se arraiga profundamente, y no se pierde nunca sin el consentimiento propio. La cultura, como todo organismo vivo, se transforma, adopta nuevas tendencias, pero no se pierde.  

Es imposible obligar a la gente a adoptar una cultura ajena a la suya, por eso vemos que en todas partes donde hay inmigrantes éstos mantienen pequeños núcleos donde practican su cultura, y dan rienda suelta a la nostalgia por el país que han dejado atrás. La adopción de la cultura dominante por parte de los inmigrantes sólo ocurre en generaciones posteriores. Son los hijos y los nietos de éstos lo que empiezan a perder la cultura, no por obligación, sino por decisión propia, y porque se sienten más cerca de la nación que los vio nacer que de la que dejaron atrás sus progenitores.

La decisión del Tribunal Constitucional de desnacionalizar a miles de dominicanos de ascendencia haitiana es una aberración en sí misma, y viola los derechos de miles de hombres y mujeres que llevan décadas en el país. Sí éstos siguen siendo indocumentados, es un fallo del estado dominicano y sus ineptas leyes migratorias. Esa es una carga que no deben cargar los hijos de estos inmigrantes. Las leyes internacionales, de las que participa la República Dominicana, estipulan que la condición de los padres no es hereditaria. En esta sentencia hay una simbiosis entre el miedo al crecimiento de la población dominicana de ascendencia haitiana ("amenaza demográfica"), y el antihaitianismo proverbial que llevan décadas fomentando sectores conservadores de la Republica Dominicana. Es una verdadera lástima que ambos hayan unido fuerzas para vulnerar a los más indefensos de la sociedad. 

martes, 3 de agosto de 2010

Viajeros

Viajé 458 millas por carretera para conocer a esta personita. Ella es Hannah. Pasé unos días muy contenta. Disfrutaba verla aclimatándose a su nuevo universo, e ir aprendiendo a sobrevivir su primer exilio.

Al observar a Hannah se me ocurrió que el nacimiento es un proceso de emigración e inmigración. Dejamos  un mundo conocido, en el que nos sentimos seguros, por otro desconocido. Pareciera que al nacer pasamos por todos los procesos traumatizantes que atraviesa un inmigrante en el proceso de ser trasplantado a una nueva tierra: viaje, choques, procesos de rechazo, posterior adaptación e integración al nuevo entorno.

Los primeros días son los más difíciles de sobrellevar. Al pasar el tiempo, tanto el recién nacido como el trasplantado se van abriendo camino hasta acostumbrarse.  Los traumas del viaje, ya sean,  físicos o  espirituales, muchas veces nos marcan. En lo personal aún batallo con los traumas de la inmigración. Y, la pequeña Hannah todavía no se recupera de un cefalohematoma  que sufrió a consecuencia de la suya.

Hannah día tras día va extrañando menos su antiguo escondite, y yo a penas recuerdo el mío. El nuevo es aplastante, y se impone con bríos. El anterior se va desfigurando tras una cortina de olvido.

sábado, 24 de abril de 2010

La nueva ley de Arizona y los derechos de todos

 "First they came for the Jews and I did not speak out - because I was not a Jew. Then they came for the communist and I did not speak out - because I was not a communist. Then they came for the trade unionists and I did not speak out - because I was not a trade unionists. Then they came for me - and there was no one left to speak out for me." -Pastor Niemoeler 
 
La dignidad de una nación se mide por el tratamiento que da a los individuos que se encuentran en sus márgenes. No puedo entender cómo es posible que los legisladores de Arizona puedan promulgar una ley, que tiene todas las marcas de inconstitucional. La policía no tiene ningún derecho a cuestionar el estado legal de un individuo. Mucho menos a  usar raza o etnia como posible razón para cuestionar su estatus legal.

La justificación que dieron los legisladores para tan aberrante medida es que el gobierno federal no está haciendo nada para ayudarlos con el problema de la inmigración indocumentada -y en eso tienen razón; sin embargo, por qué no implementar un sistema amparado por la ley que regule la inmigración en vez de criminalizarla. ¿A caso no se trata de resolver un problema? ¿Por qué recurrir una medida que no resuelve nada, excepto denigrar y marginar aún más a los más vulnerables de la sociedad?

El aplicar la nueva ley tendrá un impacto humano incalculable, viola la constitución de los Estados Unidas, afectará negativamente la economía local, y resultará en un mayor desperdicio de los impuestos de los ciudadanos en procesos "legales." Y al final, todo seguirá igual, la inmigración indocumentada seguirá siendo el mismo problema de siempre, excepto que ahora el gobierno de Arizona le ha dado las herramientas necesarias a la policía para detener y cuestionar a quienes sospechen son instrumentados, basándose, entre otras cosas, en su apariencia física.

Espero que el Tribunal Supremo de la nación decrete esa ley inconstitucional. Sin embargo, no me hago ilusiones ya que he perdido confianza la corte de Roberts,  después de una serie de decisiones bastantes cuestionables. La más notaria de las metidas de pata de la corte de Roberts ha sido, recientemente, equiparar las corporaciones a los seres humanos al concluir que ambos tenían el mismo derecho de expresión, y por lo tanto, las corporaciones podía contribuir sin límites a las campañas políticas. ¿Qué se puede esperar de una corte capaz de llegar a tan disparatada conclusión?

miércoles, 22 de abril de 2009

Pasaje de ida, ¿una medida económica o reaccionaria?

El gobierno de Japón ha implementado un programa de "repatriación voluntaria" para los trabajadores latinoamericanos que han quedado desempleados a causa de la actual recesión.

La iniciativa ofrece unos tres mil dólares para costos de viaje y dos mil por cada miembros de la familia.

Para participar en este programa los inmigrantes deben cumplir tres requisitos: ser descendiente de los japoneses que hace un siglo emigraron a Brasil -y otros países suramericanos, estar desempleado, y renunciar de forma definitiva a la posibilidad de volver a trabajar en Japón.

La mayoría de estos trabajadores, que hoy son desechables, fueron reclutados por Japón en los años noventa en pleno apogeo del sector exportador. Pero, en el momento actual, debido al descalabro de la economía, un gran número de fábricas han cerrado, dejando a estos trabajadores en un limbo económico.

No puedo evitar el paralelismo con con otras crisis económicas y la tensiones sociales a través de la historia reciente. Éstas siempre han creado “la oportunidad perfecta” para que distintos gobiernos se deshagan de segmentos no deseados de la sociedad. Así lo corrobora el holocausto, el encierro de los japoneses americanos en los años cuarenta, la deportación de inmigrantes después del 11 de septiembre, y la campaña anti-inmigrante que se ha apoderado de gran parte de los Estados Unidos y del mundo en general.

No es muy descabellada mi conclusión si observamos las declaraciones del señor Kawasaki, un antiguo ministro de Salud Pública. Kawasaki le ha dicho a The New York Times que la crisis económica presenta una gran oportunidad para frenar las políticas migratorias del país (“… the economic slump was a good opportunity to overhaul Japan’s immigration policy as a whole”).

El Sr. Kawasaki, considera que Japón debe detener el flujo de trabajadores de escasas destrezas laborales; del mismo modo, asegura que aun los trabajos difíciles, sucios y peligrosos deben ser bien pagados y desempeñados por japoneses (“We should stop letting unskilled laborers into Japan. We should make sure that even the three-K jobs are paid well, and that they are filled by Japanese”).

Para concluir, advierte que Japón no debe convertirse en ‘una sociedad multiétnica’ al igual que los Estados Unidos -ya que ha sido un fracaso en cuanto a inmigración. El fracaso lo demuestran la extrema desigualdad entre los americanos ricos y los inmigrante pobres (“I do not think that Japan should ever become a multi-ethnic society” like the United States, which “has been a failure on the immigration front,” Mr. Kawasaki added. That failure, he said, was demonstrated by extreme income inequalities between rich Americans and poor immigrants”).

Considero que Japón comete un grave error al cerrar sus puertas permanentemente a estos inmigrantes. La economía volverá a surgir, y entonces necesitarán la mano de obra que hoy desechan; además, hoy, de por sí, ya existe un gran déficit de trabajadores en el sector de servicio a los envejecientes, y la agricultura. Y, si a esto añadimos que la población es bastante mayor, que la gente hoy vive más, y que la tasa de natalidad está en descenso desde el 2005, se me hace muy difícil aceptar la medida como solución "económica'.

Fuente: Japan Pays Foreign Workers to Go Home, Forever

miércoles, 6 de febrero de 2008

Gingrich tenía razón:somos una amenaza

Corría el año de 1996, y Gingrich y su clan se habían dado cuenta que la creciente población hispana de Estados Unidos representaba una amenaza para la hegemonía de la nación. Se impusieron todos tipos de medidas: se cortaron programas de ayuda federal, se pusieron todas las trabas posibles para hacer más difícil el proceso de ciudadanía, y se trató de restringir la inmigración.

Desafortunadamente muchas de las reformas de Gingrich detuvieron el tren del progreso en el área de los derechos humanos de los inmigrantes. Lo que no se esperaba era que esa misma fuerza desencadenaría el interés de los residentes legales por convertirse en ciudadanos; muchos de esos residentes habían vivido en el país por años y nunca habían considerado naturalizarse ciudadanos americanos.

Las reformas de la Era Gringich se despertaron un león que dormía. Los residentes legales, especialmente los hispanos, empezaron a hacerse ciudadanos en masa. Esos nuevos ciudadanos tienden alinearse -no con el partido de Gingrich- sino con el partido demócrata. Un 57% de los hispanos registrados para votar suelen votar demócrata. Es por ello que somos una amenaza para las ideas de Gingrich, y de todos su partido. Este bloque de votantes está dispuesto a desafiar el statuo quo, y a mandar a la casa blanca a una mujer o a un afroamericano, y eso le hace mella a los valores que a Gingrich y a los republicanos les gustaría perpetuar. Por esta razón, hoy tengo que darle la razón al señor Gingrich en que sí somos una amenaza. Por ejemplo, anoche el voto hispano fue determinante en la victoria de Hillary en California y otros estados.

jueves, 14 de junio de 2007

La campaña ¡Ya es hora! de univision y la ética periodística

El New York Times publico hoy un articulo sobre los efectos que ha tenido la campaña ¡Ya es hora¡ de Univisión en los televidentes. Esta campaña promueve la ciudadanía americana entre los residentes que son elegibles. Según el artículo, la cantidad de postulantes para la ciudadanía se ha aumentado desde que Univisión inició dicha campaña. Así lo confirman datos del Servicio de Naturalización, el cual recibió 404,448 solicitudes entre enero y abril, y sólo 251,428 durante la misma época el año anterior.

El artículo aborda la cuestión de la ética en el periodismo. Según Dante Chini, un prominente investigador de Project for Execellence in Journalism, Unisvision hace algo que los demás canales no hacen: inmiscuirse en los asuntos de la comunidad. Chini afirmó que la comunidad hispana espera que sus canales sean activistas en pro de sus causas, y que Univision usa la campaña como tactica para atraer televidentes. Del mismo modo, indicó que en las transmisiones de Univsion persiste la practica de adoptar un tono de "nosotros contra ellos."

Por su parte Ray Rodríguez -presidente de Univisión- dijo que el activismo del canal es completamente ético ya que no hay nada de malo en ayudar a la gente que debería estar votando.

Estoy de acuerdo en que el periodismo debe permanecer al margen de los intereses individuales; sin embargo, en este caso me parece que el señor Chinni exagera bastante la situación y está mezclando la gimnasia con la magnesia. No sé como él sabe -ya que no aportó pruebas de ello- que el móvil de Univisión es aumentar su audiencia. La verdad es que Univisión es uno de los canales más visto en las áreas urbanas de los Estados Unidos, y por lo tanto no creo que necesite esa publicidad barata. Por mi parte, no soy fanática de Univisión, sin embargo, en esta ocasión creo que deben ser elogiados y no criticados. En lo que he podido observar la campaña trata de informar a inmigrantes que podrían convertirse en ciudadanos, y por falta de información no lo hacen; así como de concientizar a un sector de la población hispana que se ha resistido a nacionalizarse por sus fuertes nexos con sus países de origen.

En este momento hay en los Estados Unidos 8 millones de residentes legales aptos para solicitar la ciudadanía, y la gran mayoría de ellos son hispanos -entre ellos algunos de mis familiares que tienen mas de tres décadas en el país.

sábado, 26 de mayo de 2007

¡Le aseguro que ellos tambien Sr. Presidente!

Esta semana el inteligentísimo señor presidente George w. Bush hizo un comentario digno de ser comentado. El momento de la bushada, se dio mientras trataba de explicar su postura ante la nueva reforma de inmigración que se discute en el Congreso. Me quedé boquiabierta al escucharlo decir que él ¨prefería que los inmigrantes cruzaran la frontera con sus documentos en regla en vez de amontonados en un camión.¨ Es que Bush no ha encontrado a nadie que le diga, Señor presidente, le aseguro que ellos también vendrían a este país legalmente, si les dieran la opción.

Este comentario me demuestra una vez más que tan fuera de la realidad está el distinguido presidente, y de igual manera un gran sector de sus ciudadanos. Creen que los inmigrantes prefieren arriesgar su vida en busca de mejores condiciones de vida a emigrar legalmente. En el comentario de Bush subyace la creencia de muchos de que los inmigrantes eligen cruzar la frontera entre un sinnúmero de posibilidades que tienen a su disposición, estando entre ellas la opción de entrar legalmente a los Estados Unidos -que los espera con los brazos abiertos para ofrecerles una visa. Bajo estas falsas premisas, se hace lógico que estos ciudadanos,
amantes de las leyes piensan que los inmigrantes deben ser castigados, única y exclusivamente por haber violado las leyes al entrar al país ilegalmente.

No me sorprende en lo absoluto que éstos sean los mismos ilusos que siguen creyendo la propaganda barata de que la razón por la cual los Estados Unidos es tan odiado alrededor del mundo es por
su amor a la libertad. ¡Que pueden entender de lo que ocurre en el mundo, si ni siquiera tienen idea de lo que sucede en su patio! Por lo tanto, no me sorprende que estos ciudadanos hayan elegido a un presidente cuyo coeficiente intelectual raya en lo vergonzoso. A uno no le cabe más que proclamar que definitivamente se merecen el presidente que tienen. Electores y elegido son el dúo perfecto.