Hará unos dos años que levanté mi voz de alarma ante la propuesta de Bloomberg de extender el período de gestión del alcalde de dos a tres términos.
La que fuera en aquel entonces, sólo una propuesta, hoy es la ley. En aquellos tiempos de campaña electoral se hizo evidente que Bloomberg se creía un "Superman" cuya misión era salvar la gran metrópoli de un mayor descalabro económico. El Súper Bloomberg no vaciló en desplegar todos sus súper poderes en "el rescate" de la ciudad y su empeño por convertirse en alcalde por un tercer término.
Tras haber mancillado la voluntad de los votantes con su firma autoritaria, Bloomberg propone ahora llevar la duración del término de gestión del alcalde a las urnas para que sean los votantes los que decidan. ¡Qué cojones tiene Súper Bloomberg! ¿Es que se le olvidó que los votantes ya habían expresado su opinión al respecto en los años noventa? Los votantes decidieron que dos términos eran suficiente, aun para la más ambiciosa de las plataformas políticas pero eso no protegió de un tercer mandato de nuestro Bloomberg.
Se me hace increible cómo manipuló el sistema para saciar sus ansias de poder, aunque fuera necesario anular la decisión del electorado, y ahora quiere con su carita bien lavada, decide que la cuestión debe volver a votación. ¡Hábrase visto! Los votantes han de estar preguntándose, si su voto significaría algo, ya que tenemos el precedente de Bloomberg; no hay nada que evite que otro político ávaro pueda descartar el voto de miles tan sólo con firma.
Súper Bloomberg se prepara para dejar el ayuntamiento en unos dos años. Me imagino que se va complacido por habernos salvado de lo peor de la crisis con su intervención casi mesiánica -claro según él. No cabe duda de que ésta es una digna salida para nuestro Súper Bloomberg!
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