sábado, 12 de junio de 2010

La voz de mi papá

Entró una llamada de un número anónimo y sin pensarlo contesté. Era mi papá. Escuché su voz por primera vez en dos meses, y sentí que el piso se movía bajo mis pies.

La llamada fue breve, pero fue suficiente para recordarme lo importante que es mi padre para mí. Casi no nos dijimos nada. Me preguntó cómo estaba, le dije que bien. Rápidamente, pasamos al tema por el cual me había llamado: el viaje de una tía a quien debía recoger en el aeropuerto. No disponía de la información que él necesitaba así que quedé de llamarlo más tarde.

No hablamos de los acontecimientos de los últimos meses por los que yo he estado distante con él. Es muy probable que nunca lo hagamos. Así es mi padre...

9 comentarios:

  1. Sonia pienso que no deberias reclamarle nada a tu papi por su metida de pata. Quizás más adelante, pero ahora mismo está muy fresco en tu mente.

    Como te comenté la vez anterior, nosotros a veces hacemos tonteras que luego nos pesan.
    Recuerdate que los padres se van, no están siempre con nosotros.

    A pesar de lo que hizo, él fue un buen padre. Siempre estuvo ahí con ustedes. Hazte tu misma un favor:perdónalo.

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  2. Hola Majarete, yo no nunca le he reclamado ni lo haré, aunque no te niego que me gustaría que habláramos sobre ello, pero no es a mí a quien corresponde mencionarlo... Y te juro que no lo haré, pero tampoco puedo pretender que no me ha afectado su engaño de diez años.

    Una metida de pata es momentánea, cualquiera de nosotros puede equivocarse, pero diez años es bastante tiempo para tratar de enmendarla. En fin, no por ello, ha dejado de ser mi padre ni ha cambiado mi amor por él pero si estoy dolida, eso es innegable. No se cuanto tiempo llevará que se sane esa herida.

    Nunca he dicho que haya sido mal padre, por ello es que me duele... Nadie está aquí para siempre, a él le he dado lo mejor de mi a lo largo de mi vida, no tengo nada de que arrepentirme, si me voy o se va, no tengo un cargo de consciencia... tú no me conoces a un nivel personal, pero él y yo, y los que me conocen saben que le he dado a mi padre todo... yo adoro a mi papá y nada va a cambiar eso, pero, no puedo ser hipócrita, tengo que decir lo que siento.

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  3. Sonia, perdóname, no me percaté que el engaño duró diez años.
    Creeme no te estoy juzgando. Solo queria que no le guardaras rencor. Pero ya entiendo tu explicacion y sentimientos.

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  4. No te preocupes Majarete, no pasa nada. No tengo nada que perdonarte. Es sólo que lo sentimientos son eso, sentimientos y hay que dejarlos seguir su curso, probablemente en algún tiempo lo pueda superar, pero por ahora, me duele, que mi papá haya tenido una aventura hace diez años, de la que nació un niño al que el dejó olvidado como si fuera una cosa... y nunca dijo nada a nadie y mientras ese niño crecía en la miseria... En diez anos no tuvo el valor para admitir su error, por el contrario no hizo nada por enmendarlo... nosotros nos enteramos por un tercero y por circunstancias, de lo contrario aún no supiéramos nada :(. Eso le duele a cualquiera, y más a mí para quien mi padre ha sido la luz de mis ojos.

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  5. y cómo estará elalma de ese padre: complicada, asustada, avegonzada?

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  6. Hola Gonzalo, me imagino que no ha de estar pasándolo bien :(. Lo siento mucho por él, y por todos los implicados en el asunto. Pero no podemos evadir la vida para siempre... Ojalá que encuentre la paz que necesita y el coraje para afrontar su realidad.

    Yo estoy aquí dispuesta a escucharlo cuando él quiera hablar...

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  7. ¡Oh Sonia! Si pudiéramos deshacernos de esas cosas que nos duelen o nos mortifican, con tan sólo desearlo y así tan fácil como es el cambiarnos de ropa o al tronar de los dedos como hacen los magos...

    Quién pudiera, lo haría, ¿no?, sacarnos todas esas espinitas que tenemos clavadas en el cuerpo, en el alma, en el corazón...

    Un abrazo, preciosa :))

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  8. Hola Fer, eso sería genial :). Pero nada, así no va la cosa, así que ni modo, hay que hacer lo mejor que se pueda con lo que nos toque vivir :).

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  9. Es difícil. Como dice Fernando, desearíamos que...pero las cosas son y nos queda vivirlas.

    Tu situación me recuerda la mía propia con mi padre. Ha sido díficil, pero cosas van y se quedan y lo importante, como lo que señalas en tu caso, permanecen.

    Abrazos

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