"You are not only responsible for what you say, but also for what you do not say." Marin Luther King, Jr.
El escuchar a Obama quedarse corto en denunciar el acto de guerra perpetrado por Israel en contra de civiles ayer, me embarga de un sentimiento de impotencia y de culpabilidad. Son armas estadounidenses las que segaron la vida de esos activistas, armas hechas por estadounidenses y financiadas por nuestros impuestos.
Para nadie es un secreto que Israel ha recibido millones de dólares en ayuda de los Estados Unidos desde su fundación en 1948. La cifra es astrónomica y la mayoría de estadounidense no se dan por enterados, y otros piensan que es la obligación de los Estados Unidos proteger a Israel. ¿Será suficiente algún día? ¿Llegará el día en que cuestionemos el papel que juegan nuestros impuestos en esta guerra absurda y perpetua?
El presidente Obama se lava las manos diciendo que no puede condenar las acciones de Israel sin evaluar todos los hechos. ¿Cuáles hechos? Nada justifica el ataque de Israel en aguas internacionales a una flotilla de activistas. Esas es la verdad, pero Washington jamás lo dirá con esas palabras, porque hay demasiado en juego. No es políticamente beneficioso que Obama cuestione las acciones de su gran aliado en el oriente medio. ¡Qué maldita farsa es todo esto! Nuestra sociedad está orientada por lo políticamente correcto, y en el proceso hemos perdido el sentido del bien y el mal. ¿Cómo hemos llegado al punto de justificar la matanza de civiles?
Estoy de acuerdo en que Israel tiene derecho a existir y a defenderse, pero lo que ocurrió ayer no fue un acto de defensa, sino un acto de guerra en contra de civiles, y debería ser denunciado por ambos bandos del conflicto israelí-palestino. Por otra parte, es hora de que los estadounidenses comiencen a cuestionar la ayuda sin límites que le da nuestro gobierno a Israel.
No nos quedemos callados entonces y hablemos en voz alta. Denunciemos, manifestemos nuestra disconformidad de una forma u otra para que la paranoia no sea la que prevalezca y mucho menos tampoco sea una política aconsejable la justificación de la paranoia...
ResponderEliminarNo debemos olvidar que Estados Unidos es el padrino de los judíos. No importa quien gobierne, todos respetan al ahijado.
ResponderEliminarFerando, gracias por romper el silencio.
ResponderEliminarMajarete, pero el hecho e que haya sido así no significa que deba seguirlo siendo para siempre. Creo que todo cambia... Nada es para siempre :).