Es curioso nunca haya escrito un Post sobre Saramago. No lo haré hoy, tampoco. Este post es más sobre mí que sobre José Saramago. Me enteré de su muerte a través de un amigo, a quien tuve el placer de presentárselo, claro no en persona, sino a través de sus libros. Me agradeció el habérselo presentado.
Mi primera reacción ante la noticia fue de sorpresa, luego estuve en paz, y me alegré por haber tenido el privilegio leerlo. Entendí que Saramago no ha muerto, sólo ha dejado el escenario. Los grandes escritores nunca mueren. Seguirá con nosotros cada vez que sucumbamos al encanto de sus palabras. Y,cuando nosotros no estemos, aún seguirá viviendo en la sonrisa complacida de quienes lo lean.
Lo que dices tiene mucho sentido. Hay varios tipos de muerte. Una es la física, aquélla de la persona cuando deja de respirar y la otra es cuando ella ya no existe en nosotros, cuando la dejamos de sentir, por olvido o porque no nos hace falta... En el caso de Saramago, parece que va a tener una larga vida mucho más allá de esa presencia que muchos tuvieron la suerte de disfrutar de más de una forma.
ResponderEliminarLa única eternidad está en la memoria que, de los que se han ido, permanecen en los que aún no han partido.
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