Murió el Dr. Jack Kevorkian. Su muerte me ha dejado reflexionando sobre la eutanasia, su papel en el destino final de cientos de pacientes con enfermedades terminales y sobre el nuestro como sociedad. Me han surgido varias preguntas:
Estoy a favor de la legalización de la eutanasia activa en los Estados Unidos. Para mí, la eutanasia no supone un problema moral, porque la moral es una cuestión intrínsica, que varía de individuo a individuo. Estoy de acuerdo con la declaración de Kant, "La moral no es un reflejo de unos valores existentes fuera del sujeto. Esa moral no está en dios, ni en la causa primera o sustancia universal. La moral es un acto que surge de la conciencia individual del ser humano." Por ello, si un paciente con una enfermedad terminal y su doctor están de acuerdo, y se sigue el protocolo establecido por la ley, la eutanasia es ética.
En el caso de la eutanasia, sería mejor hablar de ética antes que de moral. La ética es el proceso por el que determinados que es aceptable en una sociedad. Es una reflexión sobre lo que permitimos o prohibimos como sociedad. El debate debería ser ¿queremos o no practicar la eutanasia como sociedad? ¿Qué es más ético obligar a un ser humano a sufrir innecesariamente o dejarle la opción de liberarse de dicha carga si su conciencia se lo permite?
La moral es el conjunto de principios bajo los cuales guiamos nuestra vida. Es nuestra brújula interna. Por ello, habrá gente que considera la eutanasia inmoral, pero no por eso debe ser ilegal. Un individuo desahuciado y su médico -cuyos principios lo permitan- deben tener la opción de acelerar una muerte cercana bajo el amparo de la ley. Hoy por hoy, el Estado permite miles de acciones, por considerarlas éticas, que según mis principios son mucho más inmorales que la eutanasia.
- ¿Cómo juzgará la historia al doctor de la muerte? ¿cómo un criminal o como un pionero en la carrera por minimizar el dolor de los pacientes con enfermedades terminales?
- ¿Qué aceptará como ético el hombre en unos cincuenta años?
- ¿Cómo habrán evolucionado las conciencias en cuanto a que un médico, con la autorización de un paciente en la antesala de la muerte, le suministre una inyección letal?
- ¿Seguirá siendo "ético" la pena de muerte, mediante la cual un ser humano es asesinado por el Estado por ser considero indigna de la vida?
- ¿Seguirá esa misma sociedad que mata por venganza, negando el pedido de un enfermo terminal de acelerar una muerte cercana e inevitable ?
- ¿Llegará nuestra sociedad a la conclusión de que la pena de muerte es un asesinato a sangre fría y la eutanasia activa una especie de suicidio? ¿Seguirá la sociedad dictando que un criminal muera al tiempo que impide a un enfermo cercano a la muerte terminar su vida?
Estoy a favor de la legalización de la eutanasia activa en los Estados Unidos. Para mí, la eutanasia no supone un problema moral, porque la moral es una cuestión intrínsica, que varía de individuo a individuo. Estoy de acuerdo con la declaración de Kant, "La moral no es un reflejo de unos valores existentes fuera del sujeto. Esa moral no está en dios, ni en la causa primera o sustancia universal. La moral es un acto que surge de la conciencia individual del ser humano." Por ello, si un paciente con una enfermedad terminal y su doctor están de acuerdo, y se sigue el protocolo establecido por la ley, la eutanasia es ética.
En el caso de la eutanasia, sería mejor hablar de ética antes que de moral. La ética es el proceso por el que determinados que es aceptable en una sociedad. Es una reflexión sobre lo que permitimos o prohibimos como sociedad. El debate debería ser ¿queremos o no practicar la eutanasia como sociedad? ¿Qué es más ético obligar a un ser humano a sufrir innecesariamente o dejarle la opción de liberarse de dicha carga si su conciencia se lo permite?
La moral es el conjunto de principios bajo los cuales guiamos nuestra vida. Es nuestra brújula interna. Por ello, habrá gente que considera la eutanasia inmoral, pero no por eso debe ser ilegal. Un individuo desahuciado y su médico -cuyos principios lo permitan- deben tener la opción de acelerar una muerte cercana bajo el amparo de la ley. Hoy por hoy, el Estado permite miles de acciones, por considerarlas éticas, que según mis principios son mucho más inmorales que la eutanasia.
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