Una palabra puede ser una daga. Nos traspasa de lado a lado y nos deja una herida sangrante. Puede encerrar el poder de echar a bajo la fundación de una relación que empezaba segmentarse, o sacudir los pilares de una bien establecida.
La intensidad de la palabra no la decide quien la pronuncia, sino a quien va dirigida. Una vez que la palabra ha entrado con el ímpetu de un dardo envenenado, y se ha posicionado en lo más profundo del corazón, es difícil deshacerse de ella.
No hay vuelta atrás al momento justo antes de que se pronunciara, aunque se quiera, y se ponga empeño. Se estable un antes y un después... algo se ha roto, lo sabemos aunque nos resistamos a creerlo, e intentemos retomar el curso que llevábamos.
Suele ser más fácil recuperarse de una herida física que de la que causa una palabra destructora. El corazón roto, al igual que un cristal, no logra reconstruirse sin dejar huellas de una ruptura.
Pues depende de cómo se le mire -creo yo-; fíjate que hay corazones -y no digo todos nomás porque todos los que conozco siendo muchos son pocos- que después de la herida se convierten en hermosas y sabias piezas... además -sigo creyendo yo- no todo cambio es malo, a veces es bueno pasar por la tormenta un poco -a veces-.
ResponderEliminarsaluos!!
(todo esté yendo bien. #abracito)
Estoy con @actvservidor.
ResponderEliminarAgrego que también depende el valor de la relación afectada por esa daga. Igual, vernos a nosotros mismos con la capacidad de lanzar dagas, y que seguro la hemos lanzada a veces sin darnos cuenta. Creo que esos nos ayuda a darle un lugar a la herida, que como dice servidor, a veces se convierte en una pieza importante.
Buenos días muchachones, ¿cómo los trata este domingo?
ResponderEliminarA ver, entiendo su punto de vista y hasta estoy de acuerdo, hasta cierto punto... A veces molestos, decimos cosas que verdaderamente no sentimos... y otras tantas discutimos, y salimos más fuerte de esos encontronazos... No es lo mismo estar en desacuerdo y deliberamente herir.... Si las palabras se usan para discutir "por algo" algo constructivo puede salir, pero si las palabras se usan destruir a alguien hay poco de bonanza en ello...
Me refiero es esos comentarios que nos dejan marcados... Porque nos nos denigran, nos atacan, y dejan heridas difíciles de curar... Ese es el caso de las personas que han sido abusadas -niños y adultos-, cuando los golpes ya han sanado aún quedan las lagunas emocionales que dejaron todas esas palabras hirientes a través de los años...
Hay comentarios que dañan a quien lo recibe... y muestran la pequeñez de quien los emite... :(
Saludos mis queridos amigos. ¡Qué pasen un lindo domingo!
Sonia: Eso son difíciles de curar
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