
Yo, no puedo. En la lejanía escucho sus voces, sus clamores; me acechan en cada paso que doy; y, por las noches, al buscar el refugio del sueño, sus ojos se asoman, y me doy vueltas, y pienso. Escabullo la mirada en la almohada, pero, ellos traspasan la tela y colcha, y cuando llego ya me esperan.
¿Debería yo cerrar los ojos ante tanta destrucción? ¡No! Simplemente no puedo, ni quiero... Me aterra la gente mecánica, la que no se vuelve a ver el caído por temor a sentir tristeza. ¡Cómo me apenan esos seres que se sitúan por encima del dolor propio y del ajeno!
Y, ¿qué decir de los que han conquistado la humanidad? Creo que lo mejor, tal vez, sea guardar silencio -aunque sea por esta entrada.
Imagen Solidaridad de Ben Heine, via, toonpool.com
Una oración, algún consuelo para los devastados.
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-silencio-
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ResponderEliminarNo es casualidad que el Amor sea el camino a la Verdad y la Vida...
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