Extraño a Ila, mi abuela. Si no tuviera que trabajar, cogería el primer vuelo hacia la República Dominicana para pasar un rato con ella. Me duele no poder hacerlo porque sé que ella no siempre estará ahí para esperarme hasta que lleguen las vacaciones.
A ver cuando me escapo aunque sea por el fin de semana...
Mi abuela, desde que quedó viuda, se niega rotundamente a venir... y nadie puede ir a verla porque, al menos yo, trabajo como burro.
ResponderEliminarExcusas le sobran: que el frío, que el calor, que la contaminación, que los carros, que el viaje, que su pueblo...
En fin, no sé si te pasa pero, verla después de tanto me hace sentir que ella es un oasis para mi, un lugar para volver toda la vida y refrescar... aunque presiento que se ira antes que yo...
Por eso no me lamento más por la distancia, ya ella sabe que puede vivir donde quiera y como quiera, ya sabe que su vida dentro de la mía ha dado el fruto que hubiera querido... lo que ahora soy. Y es un orgullo para los dos.
Mi abuela... la adoro. Mi historia es un tanto más complicada. La mía está un tanto enfermita :(...
ResponderEliminarGracias por leerme. Abrazos!