viernes, 10 de julio de 2009

Sólo preguntas

¿Qué hacer cuando se ha perdido el interés por esa meta que había sido nuestra mayor ilusión?

¿Cómo reconciliar nuestros anhelos de hoy con los que teníamos hace unos años? ¿Se tira todo por la borda y se empieza de nuevo?

¿Cómo hacerle caso a nuestro yo interior si éste está constantemente en evolución?

5 comentarios:

  1. Parece que esa añorada ilusión pertenece a otra persona, aquélla que éramos, no la que somos hoy.
    Es evidencia de que nuestras necesidades han cambiado y lo que antes nos hubiera satisfecho en la actualidad probablemente no lo haría.
    El que "El mar" en un tiempo nos diera esa sensación de plenitud no significa que siempre va a ser así.
    Talvez si de manera más frecuente nos reevaluemos, realineamos nuestros deseos y necesidades podamos eliminar muchas de las fricciones entre lo que deseábamos en el pasado y lo que deseamos hoy.
    En todo caso siempre seremos nosotros mismos...

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  2. ¿Será que en el fondo somos como las culebras que cambiamos de piel -excepto que a veces nosotros preferimos no enterarnos-? Sin embargo, muchas veces el cambio es tan profundo que alteraría todo nuestro entorno, no solo "la piel"como en el caso de la culebra.

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  3. Creo que hay que estar abierto a evolucionar y ahí también cabe la evolución de las metas. Como dices, no solamente la piel, también nuestra esencia central (nuestro “kernel” ―el núcleo moral y psicológico―) puede cambiar. Lo ideal es que evolucione hacia algo mejor, pero no siempre sucede.

    Conciliar metas nuevas con las viejas no siempre será posible, algunas simplemente se descartan ―borrón y cuenta nueva―, lo cual me parece que requiere valor y honestidad. Pero si las metas cambian constantemente y/o son de naturaleza tan disímiles, creo que habría que auto examinarse y buscar y entender el por qué de la inconsistencia e incongruencia.

    Algo más peligroso creo que es la falta de metas, pasar por la vida sin metas o sin poder encontrar metas. También metas engavetadas por allí olvidadas, enterradas bajo el peso de las rutinas diarias. Terrible. Pero eso lo saben casi todos, confrontarlo de frente, ya eso creo que es mucho más difícil.

    Abrazos Sonia.

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  4. Hola YEL, Gracias por esas palabras.

    A veces nos lleva más de lo debido completar un proyecto, y un día despertamos preguntándonos, ¿pero de verdad yo quiero esto? No se trata de cambiar de meta a cada rato, sino de haber empezado a cuestionar algo que hasta hace muy poco era una gran ilusión :(. Hay tantas energías invertidas... que da pena dejarlo de un lado, pero tampoco se tiene la certeza de que valga la pena concluirlo. Lo pensaré más... y entonces decidiré que hacer.

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  5. Creo que se vale cambiar ¿no? se vale aceptar que ya no se quiere eso que se quería lograr antes, somos humanos, somos cambio, se vale cambiar de metas siempre y cuando sigas adelante =D

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