La noche terminó en la cama de aquel hombre que se había convertido en un extraño. La escena era siempre la misma: él roncaba, y ella sollozaba en silencio.
Al escuchar los primeros ronquidos, se puso de pies. Agarró la maleta que había preparado unos días antes, y se fue en busca del sol. Pretendía remendar lo que ya no tenía arreglo.
Por la mañana, se descubrió frente al mar, pero no experimentó la típica sensación de completud que éste le provocaba. Sintió una enorme nostalgia de sí misma... Entonces, se dispuso a seguir su camino.
Cuadro: Nostalgia de Magda Vacariu
Lo triste es que el tiempo se te pase, y un dia te des cuenta que ya no tienes fuerzas para cargar la maleta.
ResponderEliminarsospiro... ojalá que se encuentre de nuevo =(
ResponderEliminarsaludines =D
San Escrin, ¿Se vive aún el día que no somos capaces de cargar nuestra maleta...? :(.
ResponderEliminarSandy, ¿me divertí mucho con tu adicción a Twitter, jajajaja. A mí todavía no se me contagia :).
Ojalá que se encuentre... de eso se trata, ¿no?
Abrazos!
Excelente comienzo.
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