Empecé a leer otro libro de Ray Bradbury. Esta vez me acompaña The Ilustrated Man y las fantásticas figuras que habitan en su piel. Es un libro perfecto para leer antes de dormir, porque puedo perderme por mundos desconocidos, emprender aventuras increíbles y concluirlas, sin tener que esperar al otro día para saber cómo terminan.
Es grandioso presenciar el momento en que cada una de las historias tatuadas en el cuerpo del vagabundo se apodera del escenario, y estoy en primera fila, como su única espectadora. Cada noche me meto en la cama cuando aun no tengo sueño para poder regalarme ese placer.
Recostada en el espaldar de la cama, con una sonrisa en los labios, me dejo raptar por unos personajes que me llevan a descubrir sus mundos. Al final, cuando baja el telón, y el último de mis nuevos amigos, se repliega de vuelta al tatuaje, su historia, su magia se queda conmigo, y a veces me acompaña en mis sueños.
Es grandioso presenciar el momento en que cada una de las historias tatuadas en el cuerpo del vagabundo se apodera del escenario, y estoy en primera fila, como su única espectadora. Cada noche me meto en la cama cuando aun no tengo sueño para poder regalarme ese placer.
Recostada en el espaldar de la cama, con una sonrisa en los labios, me dejo raptar por unos personajes que me llevan a descubrir sus mundos. Al final, cuando baja el telón, y el último de mis nuevos amigos, se repliega de vuelta al tatuaje, su historia, su magia se queda conmigo, y a veces me acompaña en mis sueños.
¡Qué bonito! Me pusiste a pensar y me dió nostalgia. Cómo en los tiempos de las humeadoras y las lámparas de gas y de tubo, cuando el mundo era inmenso, los libros eran escasos y los personajes que los habitaban eran tan reales como si fueran de carne y hueso.
ResponderEliminar