Abrí la puerta y al encuentro me salió la soledad. Se me fue metiendo por los poros hasta transformarse en una serpiente enrollada en el estomago.
Es preciso convertirme en guerrillera,y luchar. Debo resistir este monstruo gigantesco que amenaza con devorarme... Sí. Me adentraré en las montañas de la imaginación, y haré que de mi fusil broten palabras... Entonces, las iré hilvanando, y con cada una de ellas, trenzaré una corona de laurel, que luciré orgullosa si logro dilatar mi muerte una noche más.
De eso se trata siempre de vivir un día más, un día (con su noche) a la vez y otro y otro y otro.
ResponderEliminarY quién sabe si en uno de esos días abres la puerta y ta-da!!!!!
Ya no estás sola! :D