Esta noche he sentido un miedo atroz de descubrirme sepultada bajo las arrugas sin haber hecho lo que más me gusta... Fue uno de esos momentos de gran lucidez, si se quiere...
Dejé lo que hacía, me puse de pie, y me encaminé hacia donde había un espejo. Ya frente a él, me vi bella, radiante, joven, y sonreí aliviada, como quien despierta de una pesadilla. Pero, cuando creí que había llegado la calma, surgió una voz de mi interior que inquiría, y a ti, ¿qué es lo que más te gusta?... Bajé la mirada, porque no pude contestarle.
qué mirada tienen las diosas?
ResponderEliminarHola Gonzalo, no lo sé, ¿por qué no me lo dices? abrazos!
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