domingo, 18 de octubre de 2009

Dualidad

A veces me sorprendo realizando cosas que creí nunca haría con tanta naturalidad como si llevara toda una vida haciéndolas. No puedo evitar preguntarme, ¿de cuántas otras sería capaz? No lo sé. Pero, hoy, quiero contarles de la más reciente.

Todo empezó hace un año cuando Coco -mi mascota- se vino a vivir conmigo. Ignoré la sugerencia de una querida amiga que me aconsejaba sacarle las uñas mientras estaba chiquito. Era menos doloroso -decía. Yo, idealista al fin, tenía la seguridad de que no sería necesario sacarle las uñas ya que mi Coco, nunca llegaría a destruir nada en la casa. Yo sabría entrenarlo, le compraría un poste de esos que recomiendan los veterinarios para que se lijara las uñas. Mi Coco obedecería, simplemente porque YO lo entrenaría.

El tiempo se encargaría de demostrarme que mi amiga tenía razón, de que me equivocaba, y de que había fracasado en entrenar a Coco de la manera que había previsto. Los desacatos de Coco no han llegado mayores -en honor a la verdad-, sin embargo, empezó a interferir con algo sumamente sagrado para mí: el sueño. Venero el sueño como sólo lo puede hacer alguien que ha sufrido largos períodos de insomnio. Sólo quien ha vivido este desorden en carne propia sabe de los estragos que éste tiene en nuestra vida diaria. Por suerte, hace unos diez meses que duermo bien. No sé cuánto tiempo durará mi buena ventura. A veces pasan años sin sufrir sus estragos, pero siempre está al acecho. Entra y sale de mi vida sin aviso previo, y sin haber causas aparentes.

Volviendo a Coco, su pecado capital fue agarrar el habito de lijarse las uñas en mi colchón, hasta lograr que yo despavorida me levantara de un profundo y delicioso sueño. Después de intentar varias soluciones, fallidas por supuesto, decidí hacer lo que hace un año era impensable: le sacaría las uñas. Yo, precisamente yo, que había hecho varias horas de investigación sobre el procedimiento, yo misma que lo había considerado cruel, yo que sé que es ilegal en muchísimos países. Y ahora por egoísmo, o necesidad de supervivencia me lanzaba a su encuentro.

No puedo negar que me dolió mucho hacerlo, a pesar de que el veterinario me aseguró que Coco no sufriría, y que se repondría en unos dos o tres días. Sin embargo, muy dentro de mí, sabía que el único que me podría darme un testimonio fidedigno de su estado era él mismo, y no podía hablar. A pesar de no poder expresarse con palabras, pude interpretar su falta de apetito y de actividad física para entender lo que sentía. Me entristecía verlo así.

Hace tres días de la cirugía, y ya ha empezado a comer bien, no ha sangrado en lo absoluto, y hoy, por primera vez, se subió al sofá. Parece que ya el verdadero Coco ha vuelto, y ahora sin sus garras delanteras que me privaban de valiosas horas de sueño.

8 comentarios:

  1. que mala ehhh !!!
    pobre gatito...
    en mi casa cuando me maltrataban a mi mascota yo, trataba de meterme en su cuerpo( como Eva esta dentro de su gato de Garcia M.) y sentir lo que el sentia o imaginarme si me hicieran eso a mi ...

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  2. Mala, ¡Qué va! Trato a Coquito como a un príncipe. Él es el niño de la casa... lo de la cirugía tuve que hacerlo, él me obligó :(. Él está muy bien, y yo, ya de por sí, duermo más tranquila, sin ningún tipo de interrupción.

    Saludos!

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  3. Ay Coco! Por lo menos queda el consuelo de que ya parece estar recuperandose. Me imagino por todos los pensamientos por los que has pasado y estas pasando, y los endoso completamente. A veces nos damos cuenta de que debimos haber hecho cuando ya es un poquito bastante demasiado tarde.
    Un abrazo desde mis sombras. Sabes que desde ellas y el silencio siempre se te recuerda.

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  4. Gracias Alexéi, sabes que el carino es mutuo. Un abrazo

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  5. Auch! era él o tu! =S
    yo tengo muchísimos problemas para dormir y cada noche me despierto dos o tres veces, así que si algo puede ayudarte a dormir de corrido, bienvenido sea, un besito a coco, que él se recuperará y volverá a ser el mismo, ya lo verás =D

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  6. Sandy, Te compadezco, se lo que pasas. Coquito ya corre por la casa igual que siempre. Está perfectamente bien :). Ahora lo quiero mucho más.


    Anónimo, No entendí el comentario. Lo siento.

    Abrazos!

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  7. Tu no queria gato?
    ya tu sabes quien soy! LOL

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