Es mi edición de Nada una muy vieja; pero, me gustan los libros viejos, de hojas amarillas. A este en particular le tengo mucho cariño, me lo encontré tirado en la basura en una calle de New York, hace ya algún tiempo. No tuve corazón para dejarlo ahí condenado la desaparición. Lo rescaté y me lo llevé a mi casa, con la firme promesa de que algún día él y yo, conversaríamos en algún rincón de mi espacio. La hora de la conversación ha llegado. He abierto el libro:
NADA
(Fragmento)
A veces un gusto amargo,
Un olor malo, una rara
Luz, un tono desacorde,
Un contacto que desgana,
Como realidades fijas
Nuestros sentidos alcanzan
Y nos parecen que son
La verdad no sospechada...
J.R.J.
Volteé la página. Ésta será mi primera lectura de Nada. La emprendo en absoluta ignorancia. Me agrada leer en el vacío, y dejar que el libro se yerga, se forje antes mis ojos, verlo surgir de la nada, y crearse así mismo. Disfruto degustarlo así distantes, ajeno, desconocido, a sabiendas de que lo iré poseyendo página a página, hasta que sea mío, como fue antes de tantos que ya han hecho este viaje íntimo.
Imagen vía Randomhouse.com
Me lo prestas?
ResponderEliminarArgénida deberíamos tener un "Book Club" para compartir libros... Aunque vivimos en países distintos, la magia de la tecnología lo hace posible :). ¡Anímate!
ResponderEliminarYo me uniría al club, porque al igual que tú he rescatado algunos de la basura. Una vez escribí algo al respecto y sigo pensando, como Ruiz Zafón, que los libros tienen alma.
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