¿Alguna vez has sentido que te llegan a la mente más pensamientos que los que puedes procesar? El tratar de detener estos pensamientos produce una gran ansiedad, y al final, se termina agobiado, nervioso, y por supuesto, sin éxito contra la excesiva hiperactividad de la mente.
Esa aglomeración de pensamientos produce una horrible sensación de vértigo. ¿Cómo poder hacerlos desaparecer para poder enfocarnos, y pensar claramente sobre el problema que nos preocupa? Es precisamente ese problema, sin duda, la causa subyacente detrás de la estampida mental.
Vertigo por Dan Fluet
miércoles, 30 de septiembre de 2009
lunes, 28 de septiembre de 2009
Todo y nada
En noches tristes, como ésta, me pierdo en el vacío de mi mínimo espacio. Las telarañas anidan en mi alma, y la muerte asoma en cada poro del cuerpo.
Y mañana, resucitaré, igual que siempre, me subiré a la rueda del tiempo, y empezaré otro ciclo, cuyas directrices han de traerme, justo, al lugar donde me encuentro. ¡Qué gran farsa es todo esto! Y yo, una muy mala actriz.
Tristeza vía Los cuentos de Nelly
Y mañana, resucitaré, igual que siempre, me subiré a la rueda del tiempo, y empezaré otro ciclo, cuyas directrices han de traerme, justo, al lugar donde me encuentro. ¡Qué gran farsa es todo esto! Y yo, una muy mala actriz.
Tristeza vía Los cuentos de Nelly
domingo, 27 de septiembre de 2009
La verdad no es simple ni pura
Siempre he pensado que es mejor saber la verdad por dolorosa que sea; sin embargo, esta semana mi creencia fue puesta a pruebas, y el resultado me ha dejado un poco confundida. La confusión no llega a tanto, como para reconsiderar lo que es una postura sólida, pero sí me he cuestionado, si saber siempre la verdad es algo con lo que verdaderamente podríamos lidiar los seres humanos.
He pensado que si no filtráramos nuestros pensamientos, y hasta nuestras acciones, el mundo podría convertirse en un lugar insoportable; o tal vez, no tanto, ya que todos sabríamos a que atenernos en cada situación. Por ejemplo, nadie tendría que imaginar posibles causas para los actos de desaparición inexplicables de personas a las que les entregamos nuestro corazón. Tampoco, tendríamos que preocuparnos de guardarnos la espalda de nadie.
Sé que habrán de estar pensando qué bicho raro me picó a mí con esta entrada. Pues, digamos que fui testigo presencial de las confesiones de una persona obligada a decirlo todo, sin limite alguno, -y sin reparo en las consecuencias que ésta podría tener para los demás. Ése era el pacto que había hecho consigo mismo.
Entiendo su postura, y hasta la encuentro honorable, sin embargo, no puedo dejar de pensar en ¿qué pasaría si todos dijéramos siempre la verdad? ¿Cómo afectaría este hecho nuestras relaciones personales y profesionales? ¿Podríamos soportar vivir en un mundo totalmente sincero? No lo sé. Lo que sí sé es que muchas veces la verdad no es simple, y casi nunca pura.
Escultura: La verdad revelada de Gian Lorenzo Bernini, 1598-1680
He pensado que si no filtráramos nuestros pensamientos, y hasta nuestras acciones, el mundo podría convertirse en un lugar insoportable; o tal vez, no tanto, ya que todos sabríamos a que atenernos en cada situación. Por ejemplo, nadie tendría que imaginar posibles causas para los actos de desaparición inexplicables de personas a las que les entregamos nuestro corazón. Tampoco, tendríamos que preocuparnos de guardarnos la espalda de nadie.
Sé que habrán de estar pensando qué bicho raro me picó a mí con esta entrada. Pues, digamos que fui testigo presencial de las confesiones de una persona obligada a decirlo todo, sin limite alguno, -y sin reparo en las consecuencias que ésta podría tener para los demás. Ése era el pacto que había hecho consigo mismo.
Entiendo su postura, y hasta la encuentro honorable, sin embargo, no puedo dejar de pensar en ¿qué pasaría si todos dijéramos siempre la verdad? ¿Cómo afectaría este hecho nuestras relaciones personales y profesionales? ¿Podríamos soportar vivir en un mundo totalmente sincero? No lo sé. Lo que sí sé es que muchas veces la verdad no es simple, y casi nunca pura.
Escultura: La verdad revelada de Gian Lorenzo Bernini, 1598-1680
Diario de un Libertino de Rubem Fonseca
Mientras estaba en la República Dominicana tropecé, literalmente con Diario de un libertino de Rubem Fonseca. Confieso que jamás había oído hablar de Rubem Fonseca y mucho menos de su obra.
El libro llamó mi atención, bueno siendo sincera, el título. Quería algo ligero, corto y divertido. No estaba como para enrollarme esos días. Había demasiados problemas reales como para traer los de un libro.Me lo llevé a casa. Lo abrí y me atrapó desde el principio. Es un libro que podría ser una narración en un blog: personal, "sincero" y con con cierto tono del narcisismo que permea en el mundo blog.
El narrador nos va contando sobre su vida a retazos desde del presente.En el momento en que escribe el diario, también está escribiendo un bildungsroman -es lo que le dice a su editor, la verdad es que el libro no va saliendo bien. Muchas veces no tiene idea de qué escribir, y confiesa que preferiría no hacerlo. Rufus es un escritor que tras conocer el éxito con su primer libro, jamás ha podido repetir la hazaña.
Nuestro libertino está involucrado sentimentalmente con Hariette, luego con Lucía, luego con las dos; más adelante, se liga a Clorinda, y también a Virna -un familiar cercano de ésta última.
Lo que había empezado como diario va adquiriendo características de una novela policial. Rufus emprende, por lo menos tres pesquisas, –dos bastantes absurdas-: ¿Quiénes son los padres de Clorinda?¿Dónde está el cuerpo de un hombre que fue muerto en un motel? ¿Cómo probar que él -Rufus- era inocente del delito de violación que se le imputaba?
Se descubre quienes son los padres de Clorinda, la circunstancias de su nacimiento, y el pasado oscuro de la supuesta víctima de violación. Al final, cuando Rufus cree que va a aclarar la acusación en su contra, ocurre un asesinato, que lo impide. Rufus descubre quién es la única persona que tenía motivos para matarlo. Sin embargo, en un brote de compasión por el prójimo, insospechado en un cínico como él, decide no denunciar al asesino. Sólo el lector se enterará de la verdad.
El libro hizo exactamente lo que yo deseaba: entretenerme. Me lo leí de una sentada una noche calurosa de agosto en la República Dominicana.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Kandinsky en el Guggenheim
Los amantes de la obra de Kandinsky podrán disfrutar de unas cien pinturas que están siendo exhibidas en el Guggenheim. La exposición durará hasta el trece de enero de 2010.
Yo, por supuesto, que iré a verla :). El observar una pintura de Kandinsky es una sensación abrumadora. En sus cuadros no intenta representar formas físicas, sino estados del alma.
Uno de los aspectos que más me llaman la atención de su obra es la sinestesia entre música y color. Kandinsky creía que a través del color podía afectar al espectador en la misma forma que lo hacía una pieza musical. ¡Genial!
La contribución de Kandinsky al arte abstracto, tanto a través de sus pinturas como de conceptos teóricos, es incalculable.
Haz clic aquí para ver una versión digital de la exhibición.
Cuadro: Composición VII, 1913
jueves, 24 de septiembre de 2009
Espejo roto
He estado releyendo El túnel de Ernesto Sábato. Esta vez -más que ninguna antes- he reparado en la escena del cuadro dentro del cuadro que pinta Juan Pablo Castel.
En este sentido he sido Maria Iribarne. Aunque no es la primera vez que me fijo en ello, esta vez lo sentí distinto. Quizá sea porque yo también he experimentado la sensación de Castel al verse desnudo frente a los ojos de un extraño, que en poco tiempo deja de serlo.
Los sucesos que desencadenan el descubrimiento de María -y la plena consciencia de ello por Castel- es un asesinato. Sin embargo, hay tantas formas de matar. Y tal vez, la más insoportable no sea la muerte física. ¿Es la desaparicion física de María Iribarne lo más terrible que ocurre en la trama? No lo creo.
No me queda claro si existe víctima o victimario en mi historia. Sólo sé que las apariencias suelen ser traicioneras.
domingo, 20 de septiembre de 2009
Un día como hoy
Un día 20 de septiembre de 1991 la vida que había llevado me cambió para siempre. Tuve que dejar mi escuela, mis amigos y mi lugar de nacimiento para hacer vida en un lugar desconocido.
Desde entonces, resido en Nueva York. El proceso de adaptación fue largo y arduo, pero con el pasar de los años, aquella ciudad abrumadora -de una primera impresión- poco a poco se fue convirtiendo en mi casa.Foto via The Arts Blog
sábado, 12 de septiembre de 2009
La belleza
We fly to beauty as an asylum from the terrors of finite nature.
~Emerson, Journals, 1836
Tomé esta foto ayer en en el memorial del 11 de septiembre. Cogí una, y la deposité en la fuente como tributo a las víctimas. El observar la gente al tirar las rosas fue un acto triste, y a la vez rebozante de belleza, ¿hay algo más sublime que ofrecer una rosa?
Me qudé pensando que aun en los momentos más oscuro, en las situaciones más desesperadas se encuentran expresiones de belleza. La belleza coexiste con lo puramente pasajero. Es cuestión de poder experimentarla y sucumbir ante ella.
Ocho años después
Bajo un cielo gris y lluvioso asistí a mi primera conmemoración de los ataques terrorista del 11 de septiembre de 2001.
Asistí por motivos de trabajo, principalmente, acompañaba a los estudiantes españoles que visitan nuestro colegio en un programa de intercambio. Una de las familias que participa en el programa perdió a uno de los suyos en los atentados, y nos facilitó el acceso a los actos de conmemoración.
Asistí por motivos de trabajo, principalmente, acompañaba a los estudiantes españoles que visitan nuestro colegio en un programa de intercambio. Una de las familias que participa en el programa perdió a uno de los suyos en los atentados, y nos facilitó el acceso a los actos de conmemoración.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Compañía
Hay días en los que la ciudad es más grande de lo que suele ser... Hay días como hoy en los que estamos más solos de lo que se debería estar.
No malinterpreten mis palabras. No es que haga falta gente... sino que no es lo mismo presencia física que compañía...
Fotogragía Sin ti por Miguel Rodríguez
No malinterpreten mis palabras. No es que haga falta gente... sino que no es lo mismo presencia física que compañía...
Fotogragía Sin ti por Miguel Rodríguez
jueves, 3 de septiembre de 2009
Food for thought
“Things which matter most should never be at the mercy of things which matter least.” Goethe
Pause, and think about what really matters to you, then, try to be consistent with yourself, and live accordingly.
Pause, and think about what really matters to you, then, try to be consistent with yourself, and live accordingly.
martes, 1 de septiembre de 2009
Una foto hermosa que nunca será
Al doblar la avenida 34 con la calle 88 vi dos hombres sentados: uno en un andador y el otro en cuclillas, o tal vez, arrellanado en el suelo -no me queda claro.
Los vi, y mi mente registró la imagen. Tuve ganas de estacionarme, y volver a tomarles una foto, ¿pero y si se enojaban? ¡Mejor no! ¿Y si les pedía permiso? ¡No! Estarían consciente de mi presencia y toda la escena se echaría perder. Al final, decidí llevármela conmigo, y almacenarla en el rincón de la memoria donde guardo lo que me toca el alma.
Era una foto hermosa que sólo existe en mi memoria. El, un anciano reflexivo, de profundas arruga, y cara seca, el otro, un hombre jovial, de cutis terso aún, y la esperanza brillándole en los ojos. Genial el contraste.
Eso fue lo que vi, o creí haber visto. Todo lo que siguió después fue pura especulación. El joven era un amoroso nieto que daba una caminata con su abuelo, y se habían detenido a descansar, porque el abuelito ya no daba más. O, ¿era su silencio o pausa señal de fastidio por tener que llevar el abuelo a todas partes?¿Qué era lo que pensaba?¿cuánto tiempo tendría que soportar cargar el viejo imbécil? De todas maneras, prefiero imaginarme el primer escenario.
Me lamento de no haber captado ese momento fugaz que jamás volverá, y de haberme privado de una escena que contaría -tal vez- la ambigua historia de la caminata de la tarde de un nieto y un abuelito desconocidos.
Los vi, y mi mente registró la imagen. Tuve ganas de estacionarme, y volver a tomarles una foto, ¿pero y si se enojaban? ¡Mejor no! ¿Y si les pedía permiso? ¡No! Estarían consciente de mi presencia y toda la escena se echaría perder. Al final, decidí llevármela conmigo, y almacenarla en el rincón de la memoria donde guardo lo que me toca el alma.
Era una foto hermosa que sólo existe en mi memoria. El, un anciano reflexivo, de profundas arruga, y cara seca, el otro, un hombre jovial, de cutis terso aún, y la esperanza brillándole en los ojos. Genial el contraste.
Eso fue lo que vi, o creí haber visto. Todo lo que siguió después fue pura especulación. El joven era un amoroso nieto que daba una caminata con su abuelo, y se habían detenido a descansar, porque el abuelito ya no daba más. O, ¿era su silencio o pausa señal de fastidio por tener que llevar el abuelo a todas partes?¿Qué era lo que pensaba?¿cuánto tiempo tendría que soportar cargar el viejo imbécil? De todas maneras, prefiero imaginarme el primer escenario.
Me lamento de no haber captado ese momento fugaz que jamás volverá, y de haberme privado de una escena que contaría -tal vez- la ambigua historia de la caminata de la tarde de un nieto y un abuelito desconocidos.
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