Para ti que me lees ...
Me escurro entre tus manos tiernas arropada en la leve luz de tu rincón íntimo, y lejano. Al leerme, reanimas mis palabras, mientras las musitas en la distancia.
Me escurro entre tus manos tiernas arropada en la leve luz de tu rincón íntimo, y lejano. Al leerme, reanimas mis palabras, mientras las musitas en la distancia.
Te sueño, con los ojos fijos en tu ser infinito. Un suave olor a poesía embriaga mi espacio: exhalo calma, musito unas palabras, levito en éxtasis a tus espaldas.
Deshojas mis palabras entre tus manos en la serenidad de esta tarde azul. La profundidad de tus ojos acaricia mis pensamientos en íntima comunión.
Al pensarte, se materializa el aroma de tu ser incorpóreo, embriagas la intimidad de mi hogar, y te tiendes a mi lado en una nube de algodón. Me susurras unas palabras que se deslizan ligeras, de tu mente a tus labios, hasta mi corazón.
Abrumados por el momento, lo perpetuamos al leernos... Un manto de imágenes nos abraza; y nos perdemos en un bosque encantado, cabalgando juntos, suspendidos de las palabras
Cuadro: The Reader, Ferdinand Heilbuth
Gracias por la dedicatoria. ;)
ResponderEliminarYou're welcome dear!
ResponderEliminarUfff... powerful. Hay tantas dimensiones en una sola lectura.
ResponderEliminarUn saludito.
Hola Themys, gracias por leer. Es un honor tenerte por aquí. A veces subestimamos el aporte del lector a un escrito. El lector es tan importante como el escritor en la construcción de un texto. No en vano se dice que cada lectura es un texto.
ResponderEliminarAbrazos!