lunes, 8 de julio de 2013

Una década sí es un siglo

Anoche estaba desvelada y se me ocurrió ponerme a leer entradas en mis antiguas "journals" -no uso la palabra diario, porque jamás he podido llevar uno, no tengo la constancia para hacerlo. Al revisar mis escritos de 2003, algo saltó a la vista: una década después me encuentro en otra encrucijada. La situación es similar, pero de naturaleza muy distinta.

En aquel entonces quería romper la relación de convivencia que había llevado por años con mi antiguo compañero. La verdad ha de ser dicha no era una mala relación, sin embargo, ya no llenaba mis necesidades emocionales. Me sentía sola en compañía, que es la peor de las soledades. Al leer las entradas de esos años, me veo atormentada, confundida, queriendo dar un paso, y sin saber cómo hacerlo sin dañar a mi ex pareja. Estaba segura de que el amor que nos unió, había acabado, pero no quería lastimarlo.

No fue hasta el 2005 cuando di el salto definitivo al vacío. Inicialmente mi recién adquirida libertad era todo lo que necesitba. Estaba feliz, radiante, viajé, conocí gente nueva, pero unos meses después, la realidad se impuso, y empecé a sentir el dolor de la pérdida emocional que había sufrido. Los que siguieron fueron años difíciles, y para empeorar la situación se le sumaron otras crisis inesperadas.

Esa separación inició un período de crecimiento inusitado. Fue una etapa de grandes desiluciones amorosas, de pérdidas de amigos, por mudanza, e inclusive por muerte. Esta década que definitivamente ha sido un siglo, me ha dejado grandes zanjas en el alma, me ha hecho madurar, y de algún modo me ha puesto más en contacto con mi ser, con lo que quiero, con lo que me hace feliz, y a saber hacia donde quiero encaminar mi vida.

Al mirar el camino andado no me arrepiento de haberlo dejado todo. Sin embargo, a veces, me pregunto qué habría sido de nosotros, si me hubiera quedado -estoy plenamente conciente de que "el hubiera no existe," pero creo que es algo inevitable pensar, a veces. La respuesta más segura es que habríamos llegado a odiarnos, y hacernos la vida imposible.  Lo importante es que sigo creyendo que tomé la decisión correcta, y estoy satisfecha con mi elección, aunque el camino haya sido espinoso.

En esta última década he vivido los momentos más difíciles de mi vida, y sin embargo, sigo de pie, los he superado. La vida me ha dado a beber tragos amargos, y me los he tomado, pero creo que ya es hora de una tregua. Por ahora me toca ser valiente de nuevo, y tomar la otra gran decisión de mi vida. Ojalá que en la próxima década, al mirar hacia el 2013, pueda tener la certeza de haber decidido bien.

3 comentarios:

  1. Me siento afortunado de haberte conocido precisamente en esta década de grandes retos y desafíos. He sido un testigo ocasional de cómo has superado algunas de esas situaciones difíciles y has sido motivo de orgullo, de inspiración y un ejemplo para ayudar a enfrentar los mios y los de los demás. ¡Qué venga la próxima década y larga vida para Sonia y su Planeta!

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  2. Tal vez parte de lo que has vivido se debe a que esta edad es cuando los proyectos y sueños de una época más tierna se encuentran de frente a lo que es posible (y a veces imposible) y uno tiene que decidir qué persona uno quiere (o puede) ser.



    Mi Libro abierto.

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  3. Fernando, gracias.

    Víctor, tienes razón. En mi caso, no era tanto la imposiblidad de los sueños, sino la inconformidad con algunos proyectos de vida, por eso, había que destruir lo construido para volver a empezar... y eso tiene su precio.

    Abrazos y gracias por leer,
    Sonia

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