Al margen de la violencia que siempre acapara los titulares sobre Gaza, existen también personas como Juliano Mer-Khamis que luchan por la liberación física y espiritual del pueblo palestino a través de la expresión artística. Para los que no lo conocen, Juliano Mer-Khamis fue un actor israelí que dedicó gran parte de su vida –inicialmente junto a su madre- a los niños palestinos, víctimas la de la violencia de la política expansionista de Israel y de la resistencia palestina. Su lucha se centró en ayudarlos a canalizar la violencia en que viven, a través del arte. La teoría de Juliano era que la tercera intifada palestina debía ser a través del arte y la cultura.
Juliano Mer-Khamis fue asesinado ayer enfrente de El Teatro de la Libertad que fundó en el 2006, después de que el pionero, fundado en 1988, fuera destruido por el ejército israelí en el 2003. En el momento del asesinato Juliano estaba en su carro con su bebé, y la niñera. Le dispararon a quemarropa, unos hombres encapuchados, propinándole cinco disparos en el pecho. El bebé y la niñera sobrevivieron. La esposa de Juliano está embarazada de gemelos.
Juliano Mer-Khamis se había resistido a abandonar a los niños de gaza al fatalismo, a pesar de haber recibido amenazas de muerte por años. Ayer las amenazas se cristalizaron, segándole la vida a un hombre que era un rayo de esperanza en lo que es la antesala del infierno. Juliano Mer-Khamis engendraba en sí mismo el conflicto y la tragedia del pueblo palestino: hijo de madre israelí (judía) y padre de origen árabe (cristiano). Un ciudadano israelí comprometido con la paz y la justicia, quien optó por luchar del lado de los oprimidos, cuando pudo haber vivido cómodamente en Israel, su país natal. Yo lo admiraba mucho. ¡Ojalá hubieran más seres humanos como él!
El asesinato de Juliano Mer-Khamis me ha tocado profundamente. Es un asesinato político. No sé quiénes fueron los responsables. Ni estoy en condición de identificar culpables, sin embargo, ambos bandos tenían motivos para eliminar a Juliano Mer-Khamis: uno porque el arte es un arma poderosa, capaz de persuadir, transformar y provocar cambios sociales y políticos, y otro porque se oponían a su misión liberadora a través del arte, por no estar alineada con el Corán –por ejemplo, el que en el teatro los niños no fueran segregados por sexo, o que un niño representara un cerdo en The Animal Farm y sobre todo la naturaleza secular del trabajo de Juliano Mer-Khamis. ¡Ojalá se haga justicia porque el mundo ha perdido uno de los hombres necesarios!
Para entender la importancia de El teatro de la libertad y el trabajo de Juliano Mer-Khamis, hay que ver El documental ARNA’s Children. Es una mirada panorámica a las causas y consecuencias de la violencia en Gaza, y cómo afecta a los palestinos desde la niñez. El documental empieza con una protesta, y luego nos muestra a la señora Arna –la madre de Juliano- luchando por darle una gota de normalidad a la vida de los niños desplazados por la contínua ocupación israelí. La cámara capta la destrucción física y psicológica del estado de sitio en que viven los niños de Gaza. ARNA’s children subraya la violencia, la resistencia del espíritu humano, el teatro como catarsis, la misión redentora del arte, y el inevitable y trágico destino de la juventud palestina.
El trabajo de Juliano logra captar el alma violada, y a la vez pura de los niños que han vivido sitiados por la violencia. En sus miradas vemos el dolor, en sus almas percibimos los surcos del horror, pero también, la esperanza y la inocencia. En un período de cinco años, varios de ellos mueren luchando contra el ejército israelí en entre 2002 y 2003, y otro dos cometen un ataque suicida en Israel. Recomiendo ver el documental a quien no lo haya visto: es la lucha del espíritu humano por sobrevivir en las más desesperadas condiciones. El verlo, no nos deja inmune, nos obliga a cuestionar el estatuo quo, y más importante aún, a ponernos en el lugar de los protagonistas, e inevitablemente, a preguntarnos ¿qué haríamos nosotros en el lugar de ellos?
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