sábado, 28 de agosto de 2010

Aguas profundas

Me dejé llevar de la mano hasta aguas profundas, y sin poner ninguna resistencia... Desestimé  mi falta de destrezas en el agua. De pronto, y sin advertencia, la mano amiga se escabulló, se disolvió en el agua... Me quedé sola en medio del vasto océano, y entonces, por primera vez, sentí miedo de ahogarme.

Debo confesar que lo que acabo de contar no ocurrió... excepto la sensación de abandono y mi miedo a no poder nadar, a solas, en aguas tan profundas.

Drowining, Nancy Wait

2 comentarios:

  1. Exacto. Como dijo Victor, aqui no le queda más que aprender a nadar. O, en un mundo de fantasía, convertirse en sirena o en mar.

    saluos!!
    (tiempo hace que ya no publicas, eh... que sea porque tu vida real está mucho más entretenida que ésta parte virtual. dos abrazos). =)

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