domingo, 27 de diciembre de 2009

Las críticas y los ataques personales

"Keep away from people who try to belittle your ambitions. Small people always do that, but the really great make you feel that you, too, can become great." Mark Twain

Todos estamos expuestos a las expectativas y las críticas de los demás. Somos "criticados" en el trabajo, por nuestros familiares y amigos, y por nuestra pareja. Además, en un contexto más sutil por las compañas publicitarias que cada vez que encendemos el televisor o la radio, navegamos por Internet o leemos una revista nos recuerdan nuestras imperfecciones: que si estamos gordos, muy bajos, pasados de moda, arrugados y así por el estilo. Todas estas críticas tienen un efecto negativo en nosotros.

Es cierto que muchas personas que nos critican no tienen la intención de hacernos daño, y muchas de ellas ni se dan cuenta de que lo hacen. Además, las críticas constructivas en una dosis moderada nos ayudan a crecer y ser mejores seres humanos. No es de los emisores de este tipo de críticas de quienes hablo, sino de aquellos que a plena consciencia usan todo lo que tienen a su disposición para atacarnos y hacernos sentir miserables constantemente.

Es inevitable que nos guste todo de los demás. Sin embargo, antes de criticar a la ligera, es bueno recordar que nosotros también tenemos "cosillas" que pueden irritar a los demás. Es una avenida de doble vía, no lo olvidemos.

Si la crítica es necesaria, hay maneras de comunicarla sin tener que hacer trizas al destinatario de ésta. Además, conviene establecer cierta distancia entre las acciones que nos molestan y la persona que las emite. Es bueno que la persona a la que criticamos le quede claro que lo que se critica es determinada conducta, y de ninguna madera la persona en sí. Esto puede hacer la gran diferencia, y puede incrementar la posibilidad de resolver el conflicto.

Cuando encontramos algo que nos desagrada en otra persona podemos conversarlo, evitando los ataques personales y sin tener que herir la sensibilidad del otro. Lo más recomendable es una conversación abierta y sincera, y no escudar nuestras verdaderas intenciones detrás de frases aparentemente "graciosas." Es mejor decir las cosas por lo claro que estar jugando jueguitos que no hacen más que enojar al otro y afectar su autoestima. No hay nada que moleste más que el uso del sarcasmo en estas circunstancias. El sarcasmo no debe ser el medio idóneo para decir que algo nos molesta.

Muchos piensan que al hacer sentir inferiores a los demás se engrandecen. Sin embargo, es lo contrario, sólo las personas pobres de espíritu necesitan destruir al otro para poder sentirse realizados. El empequeñecer al otro, tal vez, es una forma de evitar lidiar con sus propias miserias, sus propias heridas, limitaciones y frustraciones, que en muchos casos, prefiere no enfrentar.

Imagen El dedo acusador (jose_luisgd / Flickr), vía igooh

5 comentarios:

  1. Muy buen post Sonia, sobre la critica hay mucho que contar pero creo que me he entretenido en el post anterior y casi no tengo tiempo, intentaré seguir aquí otro día. Sobre los ataques personales y el poder de las palabras te dejo un texto del humorista Pierre Desprogres.

    "Una palabra a tiempo puede matar o humillar sin que uno se manche las manos. Una de de las grandes alegrías de la vida es humillar a nuestros semejantes."

    (Pierre Desprogres)

    ResponderEliminar
  2. Muy acertada la cita de Mark Twain que escogiste. Si nos ponemos a hacer encuesta antes de actuar se hace muy difícil emprender cualquier cosa.

    ResponderEliminar
  3. Siempre estamos expuestos a la crítica, no importa que sea positiva o negativa. La crítica nos da una cierta identidad, algo así como ponernos en un punto en el que nos decimos a nosotros mismos "yo no soy aquello" no soy lo que estoy criticando.

    Si la crítica es un elogio posiblemente el receptor va a querer mas crítica y también será prisionero de esa crítica.

    Unos y otros son prisioneros de las críticas, la gente está viviendo para el juicio de los demás perdiendo algo básico que es la libertad.

    Una vez me contaron que si quería conocer de verdad a alguién que le escuchara como habla de los demás y ahí está la clave, en escuchar y comprender que hay que dejar de juzgar.

    Yo soy una persona muy crítica pero baso mi crítica en la sinceridad. Como gran defensora del poder de las palabras y de que ese poder es inmenso suscribo la cita de Pierre Desprogres, una persona muy inteligente, que como persona inteligente su cita tiene una certeza absoluta por todo lo verdadero que se dice en ella: "una de las grandes alegrías del ser humano es humillar a sus semejantes".

    ResponderEliminar
  4. Gracias por sus comentarios y contribución al post. Lo agradezco infinitamente. Abrazos virtuales para ustedes!

    ResponderEliminar