¿Cuál sería mi castigo por haber cometido un crimen virtual?

Los humanos siempre andamos metiendo la pata; en ocasiones incurrimos en conducta ilegal sin tener la menor idea... Los manuales de leyes suelen estipular que el castigo debe ser de acuerdo a la falta -aunque bien es sabido que no siempre sucede así. Resulta que hoy, mejor dicho, en este preciso momento estoy cometiendo un delito: estoy usando el Wi-Fi de algunos de mis vecinos. No es algo que suelo hacer, de hecho tengo el mío propio, sin embargo, ahora me acabo de dar cuenta de que estoy conectada una red que no es la mía.

Este hurto es mi culpa sólo parcialmente ya que si mis vecinos aseguraran sus routers me evitarían el cometer este delito. Me he quedado pensando ¿cuál sería un buen castigo por mi mala acción si soy descubierta? La verdad no lo sé. Pero, ¿es tan malo usar el Wi-fi de mis vecinos? De hecho, ni siquiera se dará cuenta de que he usado su conexión; sin embargo, a pesar de ello, la piratería cibernética es un crimen; en mi caso fue un accidente, y no sé cuál sería un castigo justo. Me pregunto ¿cuántos en este momento estarán cometiendo el mismo crimen, consciente o inconscientemente? Ambos hurtos se pueden evitar con tan sólo una contraseña....

Ahora que lo pienso, tal vez, en mi caso de piratería cibernética involuntaria se podría llegar al acuerdo que llegaron un juez astuto y la víctima de un robo en un cuento que alguna vez leí -no recuerdo el título, hace demasiado tiempo de eso. El caso es que un hombre hambriento coloca su tortilla encima de una olla en la que se está cociendo un delicioso guiso; su esperanza era que el vapor impregnara su insípida tortilla con algo de sabor.... de repente aparece el dueño de la olla, sorprende al pobre infeliz infraganti. Éste en todo su derecho de dueño, le exige que le pague por haberse apoderado de algo que no le pertenecía: el vapor de su guiso. Por su parte, el acusado argumentaba que no había robado nada que el olor del guiso se evaporaría aunque él no hubiera puesto su tortilla sobre la olla. Ante tan difícil caso, el juez determinó que el acusado debía tomar unas cuantas monedas, colocárselas entre ambas manos, y sonárselas en los oídos al demandante en paga por haberse robado el vapor de la olla. De este modo el castigo conmesuraba la ofensa. En mi caso de hurto virtual por accidente, ¿qué dictaminaría el juez? ¿Se tomaría en cuenta precedente literario del cuento? No lo sé... ¿Qué creen ustedes? Aunque me imagino que mi castigo sería mucho más cruel, y muchísimo menos creativo que el del juez astuto.

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Imagen: CNN