viernes, 14 de julio de 2006

40 minutos de viaje

Queens es el condado más diverso de los Estados Unidos. Para percatarse de dicho hecho basta con montarse en el tren 7. Allí converge toda esa diversidad característica de Queens. Al subir al tren hoy me encontré con un vagón repleto de nacionalidades, algunas desconocidas y otras no tanto. Se escuchaba un coro de voces que no se entendían entre sí: inglés, mandarín, español, hebreo, árabe, entre otros que no llegué a distinguir. Los idiomas que me son conocidos -el español y el inglés- no siempre son totalmente comprensibles, el español por todas sus variantes y el inglés por los fuertes acentos con que se lo habla. Reparo en los periódicos que se leen en el 7, la mayoría de los titulares son totalmente ilegibles para mí, sin embargo, las fotos me dicen a a voces lo que las letras callan; al unísono recrean las atrocidades del bombardeo israelí en Beirut.

El tren serpenteaba sobre la avenida Roosevelt, y se acercaba a la estación de la calle 74. Ahora subió al tren un grupo de afroamericanos recién egresados de Rikers Island; se reconocen por sus inmaculados zapatos, los cuales pisan el suelo por primera vez, una bolsa plástica -su equipaje-, y un sobre manila con sus documentos o correspondencias. Eran seis o siete más o menos; a la vista saltaba la gran fraternidad que los unía -de esas que se desarrollan entre las personas que han compartido experiencias similares; los demás pasajeros los observaban con una mirada que reflejaba una mezca de miedo y desprecio. El primer grupo se bajó en la estación Grand Central, todos se dieron un abrazo y se desearon buena suerte - un gesto conmovedor, la verdad. Ahora sólo quedaban dos, sentandos juntos, aparentemente inmunes a las miradas persecutorias de los demás pasajeros, y felices de aspirar aires de libertad.

Mi colega y yo nos bajamos en la 5ta Avenida, al salir a la superfice, lo primero que vimos fue unos señores limpiabotas, bastante pintoresco el cuatro por cierto -siempre me llama la atención ver a adultos limpiando zapatos... Seguimos deambulando calle abajo, al doblar la esquina de la 42 y 5ta comenzamos a tropesarnos con los turistas. Esas reconocibles criaturas, que resaltan a la vista entre la multitud. Esos seres que con cámara en manos pululan las calles admirando la vista que se extende ante sus ojos.

Al margen de las majestuosas vitrinas y los rascacielos, nos encontramos a otro inquilino de esta babel de cementos: un desamparado. Iba vestido únicamente con una cobijita que lo enrredaba desde la mitad del muslo hasta las axilas, sostenida por dos sogas: una a la altura de las axilas y la otra por las caderas. Sus pies descalzos besaban el duro pavimento, al tiempo que arrastraba un carrito de compras lleno de cuanto pudo encontrar en la basura. Traía consigo cuanto poseía... Esta imagen contrastaba marcadamente con la limpieza y opulencia de la 5ta avenida. Nos pasó uno a uno por el lado, creo que fui la única que se voltió a verlo, a todos -me imagino- les pareció algo muy normal.

Observé detenidamente mi entorno y vi un sinnúmero de sueños que se confundían con el ruido, y la majestuosidad de la ciudad. Me detuve por unos minutos, aspiré el aire, miré hacia arriba, vi un cielo azul y brillante, contemplé el Empire State building -imponente y sobrio-, le di la espalda a la ciudad, abrí la puerta y me interné en otra babel, ésta de hojas blancas y renglones negros.

8 comentarios:

  1. 40 minutos de realidad... me gustó la narración.

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  2. mediante las palabras pudimos recorrer contigo, caminar de tu mano y subirnos al tren, el limpiabota viejo, los afroamericanos y la quinta, nos cruzan por la mente en desfile de carnaval. buena narracion como dice el yoyito, muy vivencial. muy realista y sin embargo, con algo de ficcion que no logro decifrar de donde viene.
    saludos amiguita,bye.
    p.s detras del viejo limpiabotas hay una historia.

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  3. el tren siete hasta gran central y de ahi el 6 para el bronx...claro no recomiendo este recorrido en horas pico y mas si es tiempo de clases aiiight :S

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  4. Me gustó mucho leer esta crónica. Eso de la multiculturalidad... y luego verla encarnada en donde se vive.

    Estados Unidos es un país de contrastes. No cabe duda. Ojala pronto sepamos convivir unos con otros en medio de nuestras diferencias.

    Agradezco que compartas con nosotros esto que viviste. Yo siempre pienso a las caras que entreveo en la calle como caras que como un sueño, se van diluyendo, porque quizá ya no las veré nunca.

    Somos muchos. Que impresión!

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  5. ¡El mundo de los contrastes! Lo que hoy te lleva al éxito, mañana te destruye.
    Interesante narrativa. Muy realista.
    ¡Me gustó tu post!

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  6. La narracion es estupenda gracias a esa magia que tu le aportas al escribir, senti el deseo de viajar en ese tren.
    Besos Sonia.
    Naty.

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  7. Excelente narración. Aunque he hecho el mismo recorrido cientos de veces no recuerdo haberme percatado de tantos detalles.

    Very good.

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  8. Yoyito, aunque es la realidad, muchos prefieren ignorarla, y vivir en las nubes. Saludos, y gracias por darme la vuelta

    Dirat,y ¿que es ficcion y que es realidad? A veces se yuxtaponen, haciendósenos imposible distinguir una de la otra. Me gusto mucho tu comentario, gracias.
    P.D. Oye me debes la explicación del limpiabotas viejo.
    Una brazo, mi pana

    Haz, gracias por la visita. Saludos

    El Search, Ojala y al gun dia podamos vivir en armonia, y celebrar nuestras diferencias. Eso sería lindo. Estoy de acuerdo contigo, me fascina eso de que vemos rostros que se desvanecen como si nunca los hubieramos visto, ya jamas los volveremos a ver.
    Una brazo mi querido Search

    Tirana69, gracias por comentar y por visitarme.
    Saludos

    Naty, pues estas invitada, vengate para aca cuando quiera, y dese su tourcito en el 7.
    Un abrazo

    Alex, asi es a veces no nos percatamos de los detalles porque estamos muy ocupados con nuestro diario vivir. Que bueno que te gusto.
    Un abrazo

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