
Me parece que los adultos son responsables de su propia sexualidad. No veo la conexión entre tener relaciones con una prostituta y ser un buen ciudadano y un buen político. Entiendo que Spitzer actuó de forma muy hipócrita, porque él había librado una cruzada por la ética en Albany y todo el estado de Nueva York, y ahora resulta que él es culpable del mismo crimen que combatía. Estoy de acuerdo que Spitzer debe renunciar, porque ya no podría continuar siendo el Spitzer que todos conocíamos. El nuevo Spitzer no tendría autoridad moral para perseguir a los corruptos, ni a los ofensores sexuales, por ejemplo. Sin embargo, ¿debe ser ilegal que un adulto use su propio dinero y su tiempo para comprarse placer sexual? Yo no lo creo. Para mí, eso debe ser algo privado e individual. Si no le importó a él humillar a su esposa y a sus hijas ante los millones de personas que satisfacen su morbo con este escándalo, ¿por qué ha de molestarme a mí? Siempre he pensado que la prostitución debe ser regulada, y la única forma de hacerlo es bajo el amparo de la ley, no al margen de ésta.
No hay duda en mí de que Spitzer es un buen hombre aunque no ha sido un gobernador muy efectivo. También creo que muchos de los que hoy lo crucifican no son blancas palomitas tampoco. En lo personal, Spitzer me decepcionó cuando por arte de magia, y amparado por políticos de la talla de la hoy pre-candidata a la presidencia del país la senadora Hillary Clinton, desistió de su proyecto de darles licencia a los indocumentados. Yo estaba de acuerdo con él, era una cuestión de seguridad. Sin embargo, los intereses políticos pudieron más que la seguridad de los ciudadanos y el sentido común. Eso si fue un golpe bajo, no lo que él haya hecho con su vida privada, eso me tiene sin cuidado -siempre y cuando, claro está, no haya malversado fondos del estado para sus caprichitos...¿?
Foto, vía AP