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martes, 17 de abril de 2007

Irresponsabilidad e incompentencia en activar plan de emergencia en Virginia Tech

Me siento consternada por la masacre Virginia Tech; pero además de consternada, estoy asqueada por la reacción de las autoridades ante el primer tiroteo. La violencia es impredecible, y por lo tanto hay que estar preparados para saber cómo actuar cuando se trata de salvar vidas bajo una situación de imprevista. La ley requiere que las instituciones educativas tengan planes de emergencias, y que las personas que trabajan en escuelas sepan que hacer en caso de emergencia. Todos los años se hacemos entrenamiento, de que hacer si hay un pistolero dentro o fuera del recinto escolar. Depende de donde se encuentre el peligro. Por ejemplo, si hay un acto violento en el vecindario, y los responsables aún andan sueltos la policía notifica a las escuelas del vecindario para que mantengan las puertas cerradas, y nadie pueda salir ni entrar del edificio. Si el pistolero está adentro, se deben mantener a los chicos en silencio en un rincón del aula, bajar las venecianas, apagar la luz para minimizar la visibilidad y mantener silencio. Se trata de proteger a los estudiantes, al profesorado y a todos los que allí trabajan. Es imposible evitar un tiroteo imprevisto, por ejemplo ayer a las 7:15 de la mañana nadie sabía lo que iba a ocurrir –aunque si había habido amenazas de bomba contra la universidad- y por lo tanto, era imposible que hubieran previsto lo que pasaría. Pero en el momento que ocurrió el tiroteo, las autoridades debieron tomar cartas en el asunto y tomar las medidas de lugar, pero desafortunadamente, eso no sucedió. No entiendo, ¿qué demonios estaban pensando tanto la administración de la universidad como la policía ayer en Virginia? Las autoridades han dicho que pensaban que el pistolero había escapado, y que era una disputa doméstica, ¿y eso que quiere decir? El pistolero aún no había sido apresado, y eso era razón suficiente para mantener la escuela bajo alerta, y no tratar de ocultar el sol con un dedo.

Las explicaciones de las autoridades, en vez de consuelo, lo que produce es rabia. Estoy segura que si hubieran hecho su trabajo, las víctimas hubieran sido menos, y por lo menos quedaría la satisfacción de que se hizo todo lo que se pudo. A nadie le importa, lo que ellos creyeron o no, lo que importa es que no hicieron su trabajo, y como consecuencia 33 personas murieron. Hubo más o menos dos horas entre los dos tiroteos, tiempo más que suficiente para que las autoridades alertaran al estudiantado, al profesorado y tomaran las medidas de lugar. En casos así no se escatima, era preciso que se mandaran emails, hicieran llamadas telefónicas, se usaran altoparlantes y se tirara la policía por todo el campo. Parece ser que lo que hicieron fue investigar, y mientras lo hacían no tomaron medidas de seguridad. Se pudieron haber hecho las dos cosas, investigar y perseguir al pistolero. ¿Cómo puede una institución educativa darse el lujo de asumir que nada iba a pasar después del un tiroteo en uno de sus dormitorios, después de incidentes como los de Columbine High School? Ese tipo de conducta además de incompetente es irresponsable, y creo que las autoridades locales, como las de la universidad, tendrán gran dificultad en convencernos de que hicieron todo cuanto pudieron para prevenir el segundo tiroteo.

Foto: Alan Kim/The Roanoke Times, via Associated Press