El verano es sinónimo de viajes, de aventuras, de sueños realizados.
Es mi época favorita del año, no sólo por los viajes sino porque puedo dedicarme a disfrutar la vida, sin las preocupaciones del trabajo.
Me encanta viajar.
Viajar es vivir, es crecer, es conectarnos con la esencia humana. Es deshacer la distancia física, y darnos cuenta que más allá de las diferencias superficiales, en el fondo somos muy similares.
¿A dónde iré este verano? Es una pregunta que, normalmente, circula por mi mente a principios de año.
Estaba segura iría a Argentina: a Córdoba y Buenos Aires, a la primera por razones de estudio, y a la segunda por puro placer.
Organizo mis vacaciones con tiempo, pero a veces, hay cambios de último momento. Es lo que ha ocurrido este año.
El viaje a Argentina tendrá que esperar.
No me apetece estar cerca de nada que se parezca al frío, después del bestial invierno al que sobrevivimos en el este de los Estados Unidos.
Me voy a Francia.
Es mi primera visita, y estoy muy emocionada. Siempre he querido ir, y a decir verdad no sé porqué no lo he hecho.
Allí tengo tanto que ver, tanto que hacer, tanto que vivir, tanto que soñar.
Iniciaré mi aventura en París, y luego me iré a la la Cosa Azul. Al sur, más que nada, me voy en busca de las aguas del Mediterráneo. Estaré en Niza, Cannes y Antibes.
Todo está listo: reservaciones, itinerario, ropa, libros, tarjetas de memoria, cámara, gafas. Todo.
Viajaré con equipaje de mano solamente. Me agrada la libertad que me proporciona viajar con poco equipaje.
Es todo una hazaña meter en dicha maletita todo lo que creo necesitar. No son solamente los objetos personajes, sino los libros. Me llevo el Kindle en la cartera, y unos tres libros impresos.
Mi lista de lectura incluye La hojarasca de Gabriel García Marquez, Por el camino del Swann de Proust, ¡Estafen! de Juan Filloy y Literatura argentina y realidad política de de David Viñas.
Los primeros dos libros los leeré por placer, pero los otros dos son parte de mi tesis. Intentaré dedicarle una o dos horas diarias a la tesis para poder cumplir con la próxima fecha de entrega.
Tengo la mejor intención de trabajar, pero lo más importante será el disfrute de mi estadía, y vivir el sueño de estar en Francia, especialmente en París.
Espero volver con las pilas recargadas, totalmente revitalizada, y con la fortaleza necesaria para enfrentar los retos que me esperan. Se vienen grandes cambios, y nada como la energía de un viaje de ensueño para echarlos a andar.
¡Estoy muy ilusionada!
Es mi época favorita del año, no sólo por los viajes sino porque puedo dedicarme a disfrutar la vida, sin las preocupaciones del trabajo.
Me encanta viajar.
Viajar es vivir, es crecer, es conectarnos con la esencia humana. Es deshacer la distancia física, y darnos cuenta que más allá de las diferencias superficiales, en el fondo somos muy similares.
¿A dónde iré este verano? Es una pregunta que, normalmente, circula por mi mente a principios de año.
Estaba segura iría a Argentina: a Córdoba y Buenos Aires, a la primera por razones de estudio, y a la segunda por puro placer.
Organizo mis vacaciones con tiempo, pero a veces, hay cambios de último momento. Es lo que ha ocurrido este año.
El viaje a Argentina tendrá que esperar.
No me apetece estar cerca de nada que se parezca al frío, después del bestial invierno al que sobrevivimos en el este de los Estados Unidos.
Me voy a Francia.
Es mi primera visita, y estoy muy emocionada. Siempre he querido ir, y a decir verdad no sé porqué no lo he hecho.
Allí tengo tanto que ver, tanto que hacer, tanto que vivir, tanto que soñar.
Iniciaré mi aventura en París, y luego me iré a la la Cosa Azul. Al sur, más que nada, me voy en busca de las aguas del Mediterráneo. Estaré en Niza, Cannes y Antibes.
Todo está listo: reservaciones, itinerario, ropa, libros, tarjetas de memoria, cámara, gafas. Todo.
Viajaré con equipaje de mano solamente. Me agrada la libertad que me proporciona viajar con poco equipaje.
Es todo una hazaña meter en dicha maletita todo lo que creo necesitar. No son solamente los objetos personajes, sino los libros. Me llevo el Kindle en la cartera, y unos tres libros impresos.
Mi lista de lectura incluye La hojarasca de Gabriel García Marquez, Por el camino del Swann de Proust, ¡Estafen! de Juan Filloy y Literatura argentina y realidad política de de David Viñas.
Los primeros dos libros los leeré por placer, pero los otros dos son parte de mi tesis. Intentaré dedicarle una o dos horas diarias a la tesis para poder cumplir con la próxima fecha de entrega.
Tengo la mejor intención de trabajar, pero lo más importante será el disfrute de mi estadía, y vivir el sueño de estar en Francia, especialmente en París.
Espero volver con las pilas recargadas, totalmente revitalizada, y con la fortaleza necesaria para enfrentar los retos que me esperan. Se vienen grandes cambios, y nada como la energía de un viaje de ensueño para echarlos a andar.
¡Estoy muy ilusionada!