jueves, 3 de noviembre de 2011

Si del cielo te caen limones, exprímelos

A pesar de la profunda melancolía que me caracteriza, no soy derrotista. He desarrollado la habilidad de transformar cada situación adversa en una lección de vida, en una oportunidad. Así ha ocurrido con lo de mi accidente. Es cierto que tengo momentos de angustia y desesperación, pero tras permitirme sangrar por la herida, sigo adelante. Es la primera vez que no trabajo en toda mi vida de adulta. Y, he aprovechado el tiempo libre para hacer cosas que si estuviera trabajando y estudiando, tal vez, no podría.

Una de las cosas más interesante ha sido prologar un libro de poesía. El libro que lleva por nombre Muros que miran al mar es parte de una propuesta que busca establecer un puente entre la pintura y la literatura. La idea es infundirles vida al acero y al cemento en los barrios de Valparaíso y Viña del Mar a través del arte. Los artistas buscan hacer de los muros espejos o ventanas del alma, y convertir el entorno en un museo al aire libre. Volveré a escribir sobre esto cuando salga el libro.

Otro proyecto que me tiene ilusionada es la investigación y redacción de un ensayo sobre un texto narrativo latinoamericano del siglo XIX. Estoy trabajando en la propuesta que enviaré para ser considerada para la conferencia de estudiantes del departamento de estudios hispánicos y portugueses de la Universidad de Tulane. La conferencia se titula "Spaces Written in Violence/Violance Written in Spaces"; me interesa el tema, y si la propuesta es aceptada, daría una ponencia en New Orleans en marzo de 2012.

He vuelto a retomar la preparación para el examen comprensivo. Me paso estos días, tan largos, leyendo y estudiando. Leo varios libros por semana. Ya me terminé toda las novelas españolas del siglo XIX que estaban en la lista de lectura, y que jamás había leído completamente, o que había evadido por falta de tiempo o interés. También agoté mi lista de obras de teatro y poesía. Mañana comienzo con el siglo XX, y luego me espera la lista de lectura de América Latina: la era colonial hasta el siglo XX. 

Tras el examen tengo que presentar una propuesta de disertación. Esto es más difícil de lo que había imaginado. Por alguna razón, no logro elegir a un escritor. Esta semana estoy contemplando dos. Los amo a los dos, es sumamente difícil decidirme. Es posible que la próxima semana haya otros candidatos, y así me la paso. ¡Qué difícil! Tengo hasta el próximo 30 de enero para decidirme.

Y por supuesto, me divierto viendo películas, y divagando por Internet, especialmente en Twitter. A mí me encanta Twitter, porque aprendo mucho y comparto con gente que dedica su vida a causas que a mí me interesan. 

Y esas son las limonadas que he hecho de los limones que me cayeron. Por ahora, no hay de otra que seguir exprimiéndolos.

3 comentarios:

  1. Me alegro que estes haciendo limonada con los limones que te han tocado. ¡No hay de otra!

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  2. Hermosa un abrazo, me parece excelente que sigas con tus proyectos, un abrazo grande =D

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  3. Majarete, así es no me queda de otra :D.

    Sandy, si no lo hago me muero de aburrimiento e inercia.

    Saludos!

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