sábado, 19 de noviembre de 2011

La gran Ciudad de Nueva York

A pesar del brillante sol de noviembre, un opaco velo me cubre la frente... ¿Qué tengo? ¿Qué me pasa?  Tal vez, un ataque incontrolable de soledad física y cósmica. No hay nadie en esta enorme ciudad que pueda calmar esta sed de compañía. Somos más de ocho millones de almas pudriéndonos juntas, enclaustradas en cada una de las fortificadas celdas de esta sofisticada prisión. ¡Oh, Nueva York! Cuánta podredumbre! ¡Qué maravillosa cloaca!

5 comentarios:

  1. Yo también necesito compañía... y mira que este trópico si ofrece... pero aquí la lejanía es otra...

    ResponderEliminar
  2. Lejos y cerca pero aquí seguimos a tu lado querida Sonia.

    ResponderEliminar
  3. Benjamín te mando una abrazo de compañía desde mi planeta :D.

    Milton, gracias por la compañía y gracias por el inmerecido escrito del otro día. Me haces un gran honor. Muchas gracias.

    Abrazos

    ResponderEliminar