No sé si a otros les pasa, pero a mí me afecta ver que el valeverguismo de los jóvenes al respecto de lo que ocurre a su alrededor. Nuestro mundo hace rato que anda con las patas para arriba, pero pocos parecen enterarse. A juzgar por las conversaciones de los jóvenes a través de las redes sociales sólo hay un tema digno de discutir "YO." Tal vez, siempre haya sido así, y sea mi percepción la errada. Tal vez, soy demasiado sensible a los problemas sociales, y soy yo la que debo ajustarme a un mundo en el que todos piensan sólo en sí mismos. No es que responsabilice a las redes sociales por esta conducta evasiva; lo que ha sucedido es que éstas han venido a amplificarla, a hacernos a todos participes de lo vanos que en realidad somos.
Anoche entré a Twitter por primera vez en unos once días. Resulta que no tengo tanto que decir cada instante del día, o tal vez, no quiera. Tal vez, mi vida no sea lo suficientemente interesante, o tal vez, tenga un concepto distinto de las redes sociales. No me gusta ponerle reglas a nadie, y menos a un campo abierto como son las redes sociales; sin embargo, mentiría si no dijera que a veces siento vergüenza, y otras tristeza de lo que producen las neuronas de mi generación.
Esta vez la fuente de mi malaise fueron los acontecimientos recientes en Egipto. Mientras jóvenes eran acribillados y maltratados por la policía, la gran mayoría en Twitter hablaba de las más rotundas sandeces. Eran poquísimos los que parecía interesados en la suerte de los protestantes y el caos que reinaba en Egipto anoche. A mí se me hace muy irónico el que mientras había jóvenes usando el Internet para luchar por una causa que consideran justa y necesaria, los jóvenes en nuestro país lo estaban usando, simultáneamente, para hablar de las más increíbles banalidades.
El Internet es una herramienta poderosísima, tanto así que el gobierno egipcio decidió anoche bloquearlo por completo para evitar que la gente coordinara mejor las protestas. El bloqueo total del Internet fue un hecho sin precedentes en la era digital; se me hace increíble que ni siquiera ese hecho lograra que Egipto fuera anoche uno de los temas de los que hablaba la gente en Twitter. Me quedé observando, esperando que Egipto se hiciera trending topic, pero me quedé con las ganas.
Y entonces, recordé una cita de la novela de M. T. Anderson titulada Feed, en la que un personaje dice "No one with feeds thinks ... It's something that makes me angry, what people don't know about these days. Because of the feed, we're raising a nation of idiots. Ignorant, self-centered idiots." Nadie cuestiona nada, nadie protesta por nada en estos tiempos.
Anoche entré a Twitter por primera vez en unos once días. Resulta que no tengo tanto que decir cada instante del día, o tal vez, no quiera. Tal vez, mi vida no sea lo suficientemente interesante, o tal vez, tenga un concepto distinto de las redes sociales. No me gusta ponerle reglas a nadie, y menos a un campo abierto como son las redes sociales; sin embargo, mentiría si no dijera que a veces siento vergüenza, y otras tristeza de lo que producen las neuronas de mi generación.
Esta vez la fuente de mi malaise fueron los acontecimientos recientes en Egipto. Mientras jóvenes eran acribillados y maltratados por la policía, la gran mayoría en Twitter hablaba de las más rotundas sandeces. Eran poquísimos los que parecía interesados en la suerte de los protestantes y el caos que reinaba en Egipto anoche. A mí se me hace muy irónico el que mientras había jóvenes usando el Internet para luchar por una causa que consideran justa y necesaria, los jóvenes en nuestro país lo estaban usando, simultáneamente, para hablar de las más increíbles banalidades.
El Internet es una herramienta poderosísima, tanto así que el gobierno egipcio decidió anoche bloquearlo por completo para evitar que la gente coordinara mejor las protestas. El bloqueo total del Internet fue un hecho sin precedentes en la era digital; se me hace increíble que ni siquiera ese hecho lograra que Egipto fuera anoche uno de los temas de los que hablaba la gente en Twitter. Me quedé observando, esperando que Egipto se hiciera trending topic, pero me quedé con las ganas.
Y entonces, recordé una cita de la novela de M. T. Anderson titulada Feed, en la que un personaje dice "No one with feeds thinks ... It's something that makes me angry, what people don't know about these days. Because of the feed, we're raising a nation of idiots. Ignorant, self-centered idiots." Nadie cuestiona nada, nadie protesta por nada en estos tiempos.
Te entiendo, pero, ahora mismo, en este instante, antes de publicar mi comentario, antes de decidir si uso mi nombre o lo hago como anonimo, antes de revisar si escribi todo bien, y antes de cerciorarme que Argenida no haya escrito primero que yo... Han pasado 2 o 3 eventos cuales podriamos definir como problemas sociales... Pero me imagino que estoy muy envuelto en el dilema de este comentario. No es que no me importe lo de Egipto, pero deberia de peocuparme por algo que no esta pasando en mi proximidad geografica? O en mi pais? Sere muy egoista si todas las mañanas disfruto de mi vida despues que casi todos los dias en las noticias (que ya no veo) hay catastrofes de calidad social? Deberia de levantarme con un fusil y mi cara de quema-gomas?
ResponderEliminar:)
Saludos Sonia.
Estas celoso, Anónimo :)
ResponderEliminarBueno, es un asunto de prioridad, de cercanía como dice el anónimo.
Muy celoso :)
ResponderEliminarHola Argénida!