Divagaciones

Los extraño, que es lo mismo decir que me extraño; es decir, me hace falta escribir. Hay tanto que decir de las elecciones, de la vida, de alegrías, de pérdidas, de gente sin modales, y de hombres infantiles.  Pero en fin, es también bueno callar -aunque se me hace difícil.

Estoy de vuelta a la universidad. Estoy cogiendo mis dos últimos seminarios -que me llevan como caña para el ingenio -pero que me encantan.  Estoy feliz porque en diciembre habré terminado todos los cursos del doctorado. Es el principio del fin...

No me había dado cuenta de cuánta falta me hacía el ambiente universitario, y estar rodeada de gente rara como yo. Fue un gran placer ver a mis compañeros y profesores. Estuve fuera sólo un semestre pero se me hizo mucho tiempo.

A pesar de la resucitación artificial que le dio Sarah Palin a la candidatura de McCain sigo pensando que fue una pésima e irresponsable elección. Es prueba de que los años no garantizan crecimiento ni madurez.

¿Vieron a Piper Palin peinando a su hermanito con saliva? ¡Qué linda! Mientras su madre hacía de demagoga al podium, ella le daba cariño a su hermanito, totalmente de espalda a la comedia que recién empezaba. ¡Qué suerte que aún nos queda la ternura de los niños! 

Vi la película Elegy; otra genial actuación de Penélope Cruz. Esta vez me hizo llorar, primera vez que lloro en un cine. Salí como una magdalena, porque el tema me tocó muy de cerca. Me hizo recordar a mi amiga muerta.  Me quedé pensando en que inadvertidamente proyectamos las experiencias vividas en las obras de arte...