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domingo, 14 de abril de 2013

El sistema judicial de EE.UU. sigue siendo racista

Se equivoca quien crea que el racismo institucionalizado es cosa del pasado en EE.UU. Para constatar que el racismo aún permea en las instituciones del estado baste con asomarse al sistema judicial, en cualquiera de sus ramas. He escrito de esto antes, específicamente sobre la pena de muerte y su aplicación de forma injusta, y desigual entre reos pertenecientes a las minorías.

Esta mañana, antes de levantarme, leí una noticia que me enfureció, ya que evidencia el racismo inherente en los cuerpos policiales. Un policía de la Florida fue destituido por practicar tiro al blanco con una foto del asesinado adolescente, Trayvon Martin. Además de la repulsión que causa esta acción, el problema es mucho mayor. Es decir, lo verdaderamente grave es lo que implica el que un policía se sienta con la libertad de practicar tiro al blanco con un niño afroamericano, quien, además, fue victima de un crimen racial. ¿Qué creencias pueden llevarlo a cometer esta aberración? Esa es la pregunta fundamental.

Al analizar esa pregunta, uno entiende que el tiro al blanco con la foto de Trayvon Martin es un simple síntoma de una práctica que se extiende por todo el país, especialmente, en las ciudades con grandes poblaciones minoritarias. La acción del agente son el resultado de las practicas racistas en las que incurren las fuerzas policiales. Esto no es un secreto para nadie, excepto, para los racistas que se empeñan en negarlo. Es plenamente aceptado en las fuerzas policiales asesinar  a integrantes de la minoría con la mayor naturalidad del mundo. Las estadísticas están ahí para probarlo. 

La policía tiene la preconcebida noción de que pueden hostigar, perseguir y asesinar a miembros de las minorías, y hacer preguntas después. ¿Por qué? Sin duda porque cuentan con el apoyo de toda la institución, y la benevolencia de los jueces.

Uno de los ejemplos más claros del racismo en las fuerzas policiales de la nación lo ofrece la estrategia Stop and Frisk de la policía de Nueva York. Los negros y los latinos han sido asediados por años por la práctica de esta estrategia policial. Actualmente, hay una investigación en corte sobre Stop and Frisk, impulsada por organizaciones civiles. No hace mucho el jefe de la policía de Nueva York  dijo públicamente que la policía busca instaurar miedo en los grupos minoritarios, de modo que cada vez que salgan de la casa, estén consientes de que están bajo la mirilla de la policía (paráfrasis y traducción libre). ¿Diría lo mismo sobre los anglosajones? Jamás.

No hay que olvidar que la mayoría de las personas detenidas y hostigada por la policía y su Stop and Frisk no ha cometido ningún crimen, excepto tener fisionomías latina o afroamericana. Es lo que ocurrió con el asesinado de Trayvon Martín: fue asesinado por el "potencial criminal" que su piel negra le suponía al guardia de la comunidad George Zimmerman.  

La brutalidad policial, el continuo asesinato de integrantes de la minoría, la impunidad con que se manejan los policías, y la ligereza con la que las cortes tratan su abuso de poder son indicaciones del racismo que existe en el sistema judicial.  

sábado, 14 de abril de 2012

El prejuicio racial y la pena de muerte en EE.UU.

La pena de muerte es la mayor violación a los derechos humanos de un individuo. Añadamos a ello el hecho de que el castigo es aplicado mayormente a reos pertenecientes a minorías étnicas o raciales, cuyas víctima son de la raza blanca. Es aún evidente que el sistema judicial de EE.UU. aún perpetúa el racismo institucionalizado durante años de esclavitud negra y que privilegia a los blancos. ¿Cómo puede aplicarse un castigo irreversible en estas condiciones? ¿Cuántas personas inocentes han sido ejecutadas por el estado siendo inocentes?

Según las estadísticas, desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976, los acusados de asesinato han sido condenados a muerte en un 77% de los casos en los que las víctimas eran de raza blanca, 15% si eran negras, 6% si eran latinas, y  3% si eran de cualquier otra etnia. El 82% de los estudios muestran que la raza de la víctima influye en la posibilidad de que un reo sea condenado a muerte. Es decir, si la víctima es de raza blanca la posibilidad de ser condenado es mucho mayor que si ésta es negra o de cualquier otra minoría.

El año pasado se ejecutaron 43 personas en el país. El caso de mayor notoriedad, nacional e internacional, fue el de Troy Davis. Un caso plagado de irregularidades. Un hombre negro, acusado de asesinar a un policía blanco. La ejecución se fundamentó en la declaración de nueve "testigos", de los cuales siete cambiaron su declaración inicial. Sin embargo, el Estado se negó a considerar la nueva evidencia que, tal vez, pudo haber exonerado a Troy Davis.

El sistema se ensañó contra Troy Davis, y éste fue linchado por el Estado de Georgia, con la complicidad de la Corte Suprema. El caso de Troy Davis me tocó sobremanera porque lo seguí por muchos años, y albergaba la esperanza de que le conmutaran la sentencia, ya que no había pruebas físicas que lo incriminaran. Además, siete testigos se retractaron de su declaración inicial, y existe la declaración de un nuevo testigo que incrimina a OTRA persona.

La corte se negó a considerar la nueva evidencia en el caso de Troy Davis. Si Troy era inocente o no, nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que el Estado le negó la oportunidad de demostrar su inocencia en corte, al no examinar la evidencia que podría haberlo exonerado. Cabe la posibilidad de que Georgia haya matado a un hombre inocente mientras el verdadero asesino esté libre. ¿Habría ocurrido lo mismo si Troy hubieras sido blanco o si la víctima hubiera sido negra? Estoy casi segura que el desenlace habría sido otro.

El caso de Troy Davis puso en la palestra, una vez más, la desigualdad que aún prevalece en sistema judicial estadounidense, y como resultado ha energizado el movimiento abolicionista que se viene gestando en el país por años. Ya son diecisiete los estados que han abolido la pena capital. No es coincidencia que en los últimos cinco años, CINCO estados hayan optado por eliminarla de su código penal -New York ('07), New Jersey ('07), New Mexico ('09), Illinois ('11) y Connecticut ('12). Aunque el número es aún pequeño, es un cambio sumamente significativo ya que hace unos años el apoyo a la pena de muerte era bastante generalizado.

Espero ver el día en que la pena de muerte sea abolida en TODO el territorio nacional, y más que nada quisiera ver un sistema judicial saneado totalmente de las predisposiciones raciales del pasado.