
El estudio ha encontrado que los hijos de estos grupos inmigrantes tienen un nivel más alto de educación, mejores salarios, menos incidencias de criminalidad, mayor interés cívico, y activismo político y social que los afro americanos y puertorriqueños nacidos en la Ciudad de Nueva York.
Los participantes en el estudio -de 18-32 años de edad- indicaron que una de las cosas que más atesoran de su nuevo país es que la mujer tiene un papel más prominente en la sociedad que en el país de origen. De igual manera, las estadísticas indican que las mujeres aventajan a los hombres en los estudios, aunque desafortunadamente siguen ganando menos.
El estudio revela que esta generación está aquí para quedarse, aunque no ha roto los lazos con el país de origen; pero, se ha integrado a la sociedad dominante estadounidense (mainstream). Son bilingües, biculturales, y orgullosos de su doble herencia cultural. Un ejemplo, que llama la atención es el interés en la política local, que de ningún modo disminuye el interés por la del país de origen. Es una generación que vive entre dos mundos; dos mundos que considera legítimamente suyos.
Este estudio corrobora lo que muchos ya sabíamos: que los inmigrantes antes que ser carga, le dejan machísmos beneficios a la Ciudad de Nueva York. La xenofobia es un sentimiento fundado no en la realidad, sino en la miseria humana; de igual modo, queda sin fundamentos la insistencia de algunos políticos en hacer del inglés el idioma oficial de la nación, ya que los inmigrantes, por sí solos adoptan la lengua de Shakespeare.
Este estudio me toca muy de cerca, porque mi historia, la de muchos de mis amigos, y la de muchos otros que leen este blog corroboran los hallazgos que aquí les presento. ¡Enhorabuenas chicos! Keep up the good work!
Foto vía Jurisdynamic