domingo, 27 de enero de 2013

Las mujeres, las nuevas mercenarias del ejército

El Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon E. Panetta ha anunciado que las mujeres podrán pelear en combate. Muchos han sido los elogios a tal decisión, por considerarla como "señal de progreso" en la lucha por la igualdad entre los géneros.  Esta decisión parece emanar de un repentino y reciente descubrimiento: las mujeres son capaces de hacer las mismas cosas que los hombres. Sin embargo, esta epifanía del ejército no es nada innovadora, de hecho llega bastante tarde. 

Me pregunto cuáles son las verdaderas razones por las que las mujeres ahora son capaces de pelear en combate. ¿No será que con las interminables guerras el ejército se ve en necesidad de aumentar sus combatientes? Dudo muchísimo de que el verdadero motivo de tal decisión haya sido influido por un deseo genuino de cerrar la brecha que aún separa a los géneros en Estados Unidos. Si la igualdad fuera la razón, habríamos empezado por otro lugar, por ejemplo, la igualdad salarial. Ésa sí sería una señal de progreso, porque impactaría la vida de las mujeres, y no las arcas del Imperio.

Me parece que esta medida encaja perfectamente con la agenda de la administración actual: por un lado, mantener el status quo inalterado, y por el otro, crear la ilusión de que bajo su mandato el país avanza. Los liberales andan sumamente orgullosos de todos sus "logros" durante la presidencia de Obama. Sin embargo, tales logros no son más que ornamentales, porque los verdaderos problemas siguen intactos. Por ejemplo, el que ahora los homosexuales y las mujeres pueden asesinar en el ejército es objeto de celebración para los liberales, pero no para mí. 

Para mí, estos no son logros, sino distracciones. Celebramos que las minorías entren al orden establecido, pero nos distraen de los verdaderos problemas. Creo que en vez, de celebrar esta acciones manipulativas de los políticos, los liberales deberían preguntarse ¿por qué rayos todos los días necesitamos más mercenarios?¿Por qué hoy el ejército necesita de estos hombres y mujeres que ayer no eran aptos para pelear?

Los seguidores del presidente Obama han terminado por asquearme, por su ceguera partidaria -los acérrimos críticos de Bush, hoy justifican las mismas acciones a Obama. Se dejan manipular por medidas decorativas y hacen caso omiso a sus aberrantes acciones. Por ejemplo, sus devotos nada tienen que decir sobre las guerras, la lista negra del presidente, los asesinatos extrajudiciales, los criminales recortes a programas sociales, ni del aumento de la pobreza bajo Obama.

El hecho de que ahora las mujeres puedan asesinar no es progreso, sino una desgracia. No hay nada que celebrar en que las mujeres ahora pueden unirse a las filas de los mercenarios del ejército estadounidense en su afán de lograr la hegemonía del Imperio. Las feministas al celebrar tales acciones le ponen una estampa de aprobación al asesinato de hombres, mujeres y niños en países extranjeros, en vez de denunciarlo y luchar por su exterminio. El feminismo en el que yo creo lucha en contra de la opresión, no se hace parte de ella,  y mucho menos su instrumento.

viernes, 25 de enero de 2013

Shaharazad

Abrí la puerta y al encuentro me salió la soledad. Se me fue metiendo por los poros hasta transformarse en una serpiente enrollada en el estomago.

Es preciso convertirme en guerrillera,y luchar. Debo resistir este monstruo gigantesco que amenaza con devorarme... Sí. Me adentraré en las montañas de la imaginación, y haré que de mi fusil broten palabras... Entonces, las iré hilvanando, y con cada una de ellas, trenzaré una corona de laurel, que luciré orgullosa si logro dilatar mi muerte una noche más.

jueves, 24 de enero de 2013

El hombre ilustrado de Ray Bradbury

Empecé a leer otro libro de Ray Bradbury. Esta vez me acompaña The Ilustrated Man y las fantásticas figuras que habitan en su piel. Es un libro perfecto para leer antes de dormir, porque puedo perderme por mundos desconocidos, emprender aventuras increíbles y concluirlas, sin tener que esperar al otro día para saber cómo terminan.

Es grandioso presenciar el momento en que cada una de las historias tatuadas en el cuerpo del vagabundo se apodera del escenario, y estoy en primera fila, como su única espectadora. Cada noche me meto en la cama cuando aun no tengo sueño para poder regalarme ese placer.

Recostada en el espaldar de la cama, con una sonrisa en los labios, me dejo raptar por unos personajes que me llevan a descubrir sus mundos. Al final, cuando baja el telón, y el último de mis nuevos amigos, se repliega de vuelta al tatuaje, su historia, su magia se queda conmigo, y a veces me acompaña en mis sueños.

domingo, 13 de enero de 2013

La invisibilidad de la guerra ayuda a su perpetuación

Todos los días aviones no tripulados vuelan por los cielos en busca de los enemigos del gobierno estadounidense. Este tipo de ataques coordinados por la C.I.A. se lleva a acabo en varios países, como Somalia,Yemen, Pakistán, Afganistán, Irak, y quién sabe cuántos otros más se irán añadiendo. Este programa de guerra no convencional se ha triplicado durante la presidencia de Obama. Sin embargo, el 83% de la población estadounidense lo aprueba, y no repara en los problemas éticos -adicionales a una guerra tradicional- que éstos representan.

Por lo general, jamás he aceptado la versión de Washington sobre nada que tenga que ver con la eufemísticamente llamada "política extranjera" del país. Pues, los auto-creados problemas de Estados Unidos se solucionarían en el momento que los gobernantes dejen de manufacturarlos. Por mi postura escéptica ante el gobierno, me cuento entre el 17% que se opone a estas operaciones secretas de la C.I.A. He aquí sólo algunas:
  • Estos vehículos no tripulados entran en el espacio aéreo de naciones soberanas, sin prestar la menor importancia a ello. Estoy segura que Estados Unidos jamás toleraría tales acciones en su territorio.
  • El programa es parte de una guerra no declarada, que se hace infinita, pero siempre justificada por los ataques terroristas del 11 de septiembre. 
  • Todo el que muere en estos ataques es calificado de "militante" de Al-Qaeda, de inmediato, sin importar que se trate de niños, mujeres, huéspedes de una boda o lo que sea. Todos los muertos son siempre militantes, sin que la prensa ni los ciudadanos pidan prueba de ello.
  • Los soldados que van a la guerra saben que van a matar, pero pueden ser matados también. En el caso de estos ataques a control remoto los soldados estadounidenses matan desde la comodidad de un asiento a miles de millas de sus víctimas, y por lo tanto,no incurren ningún riesgo. Sólo deben apretar un botón, y hacer añicos a su blanco -cero vísceras, cero sangre que presenciar. Es como jugar a la guerra en un videojuego, y nada más.
  • Es un asesinato a sangre fría y de forma muy cobarde, sin dar a las víctimas la oportunidad de defenderse, pues no se dan cuenta que son blanco de guerra. Además, un gran número de ellos son personas inocentes que nada tienen que ver con el terrorismo.
  • Los acusados son asesinados sin ser condenados de nada. Esto es sencillamente irónico: un presidente con formación en derecho constitucional, prefiere asesinar a sus enemigos, a llevarlos a corte aun cuando tiene la oportunidad de hacerlo -como en el caso de Osama Bin Laden. 
El país más asediado por estos ataques invisibles es Pakistán.  Según un estudio de Bureau of Investigative Journalism entre junio de 2004 y la mitad de septiembre de 2012, entre 2562 y 3325 personas fueron asesinadas en ataques con aviones no tripulados. De estos entre 474 y 881 eran civiles, entre ellos 176 niños. Sin embargo, Washington vende estos ataques a sus ciudadanos como sumamente precisos. 

Algo que a mí me molesta mucho es que cada vez que Estados Unidos mata a alguien con uno de estos sofisticados aviones, la versión oficial es que se trataba de un "militante" de Al-Qaeda. La prensa tradicional, escrita y televisiva se hace eco de esta narrativa, aceptando la versión oficial de los hechos sin mayor dificultad. Sin embargo, poco a poco empieza a emerger una contra-narrativa que da otra versión de quiénes eran los asesinados, y el impacto que estos ataques tienen en la población civil.

Creo firmemente que una de las razones por las que los estadounidenses son tan tolerantes a las guerras es que éstas siempre son peleadas en tierras extranjeras, lejos de la realidad del ciudadano promedio, y cuyas noticias le llegan filtradas por una prensa que se hace eco de la narrativa del gobierno, en vez de cuestionarla. Los ataques con aviones no tripulados han venido a aumentar la visión sesgada de los estadounidenses sobre las guerras. La invisibilidad, y la falta de víctimas nacionales seguirá contribuyendo a que éstos acepten guerras interminables más fácilmente que si fueran sus propios hijos los que cayeran abatidos.

viernes, 11 de enero de 2013

Viajar ligero

La gente que se la pasa aferrándose al pasado, se pierde la maravilla de vivir en el presente. Suelo viajar ligero por la vida, dejando en cada puerto todo aquello que no me sirve, o se convierte en tóxico para mí tranquilidad  Ese constante ir botando el cuero como las serpientes, es la misma esencia de la vida. Nada es estático, todo se transforma, yo asumo esa verdad  y vivo de cara a ella.   

lunes, 7 de enero de 2013

Zero Dark Thirty o un acto de propaganda

No es un secreto para nadie la controversia que ha desatado la película Zero Dark Thirty. Para un gran número de espectadores, periodistas y críticos la película justifica la tortura, ya que puede llevar la audiencia a creer que el nombre del mensajero de Bin Laden fue obtenido tras haber torturado a un prisionero. Esto es problemático por varias razones: la tortura es injustificable, ninguna información obtenida a través de la tortura sirvió de nada, y el creerlo, o sugerirlo, es ser víctima, o peor, instrumento de la propaganda de la administración Bush. 

En Zero Dark Thirty Ammar es torturado brutalmente. No se le da de comer, se le golpea, se le encadena, no se le deja dormir, se le mete en una caja mucho más pequeña que su cuerpo, y se le echa agua por boca y nariz hasta el punto de que se está ahogando. El mostrar estas escenas en sí, no me parece objetable, porque sabemos que se hizo esto y mucho más. Por el contrario, creo que es bueno que la gente vea lo que verdaderamente significa el eufemismo "técnicas de interrogación extremas." El problema es el uso que hace la directora de estas escenas, y cómo pueden sugerir la conexión entre la tortura y la captura de Osama Bin Laden.

Ammar llega a un punto en que da la información que se le pide porque la tortura es insoportable. Después de que dice algo, se le da una bebida anaranjada y algún tipo de golosinas. Unos años más tarde, lo vemos lleno de cicatrices, producto del abuso que ha sufrido, pero se nota que ya está cooperando con los agentes. Se le ve comiendo una comida más o menos decente, y el oficial hasta le ofrece un cigarrillo. Sin embargo, al pedirle información, éste  guarda silencio, pero acto seguido, el oficial lo amenaza con torturarlo, y  Ammar habla inmediatamente. Es obvio el efecto que ha tenido la tortura en él. La escena implica que la tortura ha dado resultados.

Ammar les dice que Abu Ahmed al-Kuwaiti llevaba mensajes entre Bin Laden y Abu Faraj al-Labbi. Es precisamente esta información la que los llevará a dar con el verdadero nombre del mensajero, y finalmente con el mismo Bin Laden. El espectador abusado entiende perfectamente que la resistencia de Ammar ha sido hecha trizas a través de la intensa tortura.Y es aquí, precisamente, donde radica el problema que surge con Zero Dark Thirty. Si Ammar no hubiera sido torturado, Maya no habría obtenido la pieza que resolverá el rompecabezas Bin Laden. 

Esa es la premisa en la que se basa Maya y sobre la que se construye la narrativa de Zero Dark Thirty. La audiencia puede deducir, entonces, que si no hubiera sido por la tortura que sufrió Ammar, no se habría obtenido tan importante información. Y sin esta información,  nunca se habría encontrado a Bin Laden. Sin embargo, esta premisa es falsa. Ninguna información obtenida mediante tortura llevó, en lo absoluto, al mensajero de Bin Laden, ni a nada. Esa  implicación es lo que hace de Zero Dark Thirty un repetidor de la propaganda de la administración Bush. 

Bigelow no refleja el hecho de que la tortura fracasó, sino que se hace eco de la propaganda usada en los años más negros de la Guerra contra el Terrorismo. Es sumamente perturbador que Zero Dark Thirty sugiera, siquiera, que la tortura fue eficaz en obtener información. Para cuando se filmó la película, ya se había demostrado en más de una ocasión que la tortura no arrojó información válida, como argüía la administración Bush. ¿Cómo pudo Bigelow cometer tamaño "error"? ¿Fue un error? Personalmente, lo dudo.

Bigelow se jacta de contar una historia basada en el recuento de los hechos de fuentes primarias, pero arma el argumento de la película sobre una premisa falsa. Bigelow hizo todo lo posible por crear en la audiencia la ilusión de que estábamos ante información fidedigna, la película tiene un aire quiere ser cuasi documental –usa audios reales de las torres gemelas, incorpora vídeos reales de ataques terroristas en Pakistán, Arabia Saudí, London y en una base militar en Afganistán. Es decir, Bigelow no se embarca a dar su versión de los hechos, sino una auto-definida versión fidedigna de ellos. Por lo tanto, al no establecer que la tortura no sirvió de nada -además de ser inmoral-, y mucho peor, al usar información que se ha demostrado es falsa, se posiciona entre los propagandistas de la tortura, lo haya tenido claro o no.  

domingo, 6 de enero de 2013

Exploraciones vitales

"Man cannot discover new oceans unless he has the courage to lose sight of the shore." – Andre Gide

Los que vivimos desafiando lo convencional, frecuentemente, nos encontramos en encrucijadas que nos empujan a ir más allá del entorno conocido. Es una experiencia que nos asusta mucho, sin embargo, desafiamos el miedo y nos alejamos de la orilla. 

Toda expedición conlleva la posibilidad del fracaso. En ocasiones alcanzamos la otra orilla soñada, y otras tantas navegamos a la deriva en alta mar. Sin embargo, la mera experiencia de buscar la posibilidad de lo que pudo haber sido vale la pena, aunque nuestra expedición termine en naufragio.