sábado, 22 de octubre de 2011

Pavor

Iba yo arrastrándome con la lentitud de un molusco, apoyada en un bastón. Llegué a la esquina con mucho esfuerzo. Esperé el cambio de luz. Nerviosa, miré en ambos sentidos. Era mi turno de cruzar la calle.

Estaba a mitad de camino cuando apareció un hombre, que aparentemente, llevaba muchísima prisa. Frenó su carro de golpe, muy cerca de mí. Me petrifiqué. Volví a escuchar el estruendo sordo, sentí las bolsas de aire desplegarse y estrujárseme entre la cara y el pulmón. Me asfixiaba. Me vi atrapada de nuevo, inmóvil, ensangrentada.

Las imágenes empezaron a desfilar ante mí sin control. Eran una gran vorágine que amenazaba con tragarme. Seguí mi camino. Alcancé la esquina. Sentí que la sangre volvía irrigarme el rostro. Estaba temblando profusamente, me descubrí con el rostro contraído en una mueca de pavor.

Volví a casa llorosa, y con un martillo repicándome en las sienes. Tomé un analgésico, y esperé a que esté, y las lágrimas me devolvieran la paz perdida.

5 comentarios:

  1. Ya quisiera que el relato fuera de la novela de Chica la tuerta. Pero no, es una triste experiencia.

    Qué lamentable que estes todavia en lenta recuperacion. Claro que el accidente no era para menos. Sin embargo, todos tus seguidores deseamos una pronta recuperacion. Pero el buen deseo no es suficiente.

    Espero que por menos de esta amarga pesadilla, haya servido para estar más cerca de tu santa madre. Aunque la brecha generacional entre ambas es muy grande, pero por encima de todo es tu querida madre. Ella muy de seguro debe estar sufriendo y sintiendo lo mismo que tú. De seguro que ella nunca pensó ver a su "niña bonita" tan limitada de movimiento y con un bastón en la mano. ¡Caray, quien lo diría!

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  2. Sonia, ya más en serio, seria bueno que no andes mucho a solas. Es que andan en las calles conductores imprudentes y medios locos que no respetan ni a los transeuntes con limitaciones que están cruzando las calles.

    Lo malo es que en este pais casi nadie tiene tiempo para ayudar. Todo están ocupados. Los que tienen el deseo y la voluntad de ayudar, no disponen de tiempo. Y los que pueden ayudar no tienen el deseo.

    La mayoria de la gente anda apurada, llevandose el mundo por delante, sin importar las circunstancias de los demás.

    Espero no volver a leer otra narrativa tan horrible como esta. La forma en que la narras da estupor y miedo.

    Casi a diario entro a tu planeta para ver si cuentas algo nuevo y positivo sobre tu salud y mira; casi otra desgracia.

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  3. Poco a poco, Sonia. A pesar de la mala experiencia, me alegra saber que andas sobre tus propios pies.

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  4. Hermosísima, que susto!
    Un abrazo grande, mil besos.

    Vas en camino de una recuperación total, felicidades =)

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  5. Majarete, aun estoy con mucho trauma. Estoy segura de que si no hubiera ocurrido el accidente, probablemente habría mirado mal al cristiano, y de ahí no habría pasado... Lo bueno es que todos los días estoy un poco mejor.

    Una cosa, yo adoro a mi madre a pesar que ha abismo generacional entre ella y yo :D. No hay nada que no haría por ella.

    Víctor,ya estoy mucho mejor, ya no soy aquella chica sobre una silla de ruedas que viste :D. Pronto estaré mucho mejor :).

    Sandy,te devuelvo el abrazo amiga. :D

    Saludos a todos.

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