martes, 16 de junio de 2009

Nuestros ancianos y la demencia

Ayer tarde entré a un café. Pedí algo de comer, y empecé a hojear un libro. A mi lado se sentó un señor mayor, y empezó a hablarme. La verdad soy bastante simpática con loa abuelitos, pero no quería hablar, prefería leer; pero, no pude evitarlo, tuve que hablarle, porque el no paraba de hacerlo, y me acordé de mis abuelitos, y le sonreí.

"¿Vos vas a la playa?'' Y, pienso, ¿y éste adónde va con esto? Sí, suelo ir a veces, tal vez vaya mañana. "Tenés mucho cuidado", ¿cómo? ¿Por qué? "Pues, parece ser que hay una bacteria, un hombre perdió la pierna y otro esta enfermo," ¿qué? "Sí, pero no lo quieren decir en las noticias. Lo que me preocupa es que Irán haya creado una bacteria, y haya envenenado el agua. "Si te digo son capaces de eso y más...." Ah, sí, ya veo.

En ese justo momento, entró una mujer un poco más joven que él, quien al verlo, mostró una mezcla de alivio y fastidio. Se disculpó conmigo, y regaño al abuelito de una forma que era más una muestra de afecto, y de miedo a perderlo que nada más. Sentí una gran tristeza, por él, por la mujer, por mí, por todos nosotros: criaturas indefensas ante tales monstruos.

Entonces pensé en mi abuela paterna que hace poco me dijo que tenía mucho tiempo sin verme, y que yo no la había pasado a visitarla cuando estuve en la República Dominicana -el pasado diciembre. Esto me partió el corazón, porque yo pasé más de una semana con ella :(. La razón del los frecuentes lapsus, y su constantes riñas con la mujer que la cuida, es -según la doctora- que mi abuelita ha empezado a mostrar síntomas de la etapa inicial de la enfermedad de Alzeimer.

Para mí es una carrera contra el tiempo. Quisiera poder encapsular todos nuestros momentos, para que no se me desvanezcan con su memoria. Ojalá hubiera empezado antes, tal vez, ahora sea ya tarde. Añoro sus cuentos, sus chistes, porque ya ha empezado a perder la chispa y el buen humor que la caracterizaba.

7 comentarios:

  1. De veras que es muy triste. Sin embargo, existen formas de combatirlo poco a poco, con tal de ganar más tiempo antes de que empeore.

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  2. El abuelo de una persona cercana sufrió de Alzeimer, y es una enfermedad muy dolorosa, no tanto física, sino emocionalmente. Hay que aprovechar esos momentos al máximo.

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  3. Preciosa el Alzheimer es una enfermedad que poco padece el enfermo, los que mas la sufrimos somos los que estamos alrededor, mucha fuerza y mucho valor para ti. un gran abrazo

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  4. No pierdas el tiempo. Mi abuela ya descansa en paz y se fue este año y diste en el clavo, tengo un padre que empieza el camino a lo desconocido.

    Muy personal para compartirlo, pero con ese post me has inspirado. Gracias.

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  5. Gracias a todos por leer.

    Milton te mandaré una notita al respecto de tu comentario.

    Abrazos!

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  6. Hola Sonia.

    Ojalá que puedas seguir disfrutando por un buen tiempo la compañía, la alegría y la lucidez de tu abuelita.

    Una vez quise persuadir a mi padre a que escribiera sus memorias. Mi deseo era que se quedara algo para que sus nietos lo puedan conocer mejor en el futuro (en ese entonces era solamente una nieta y ahora son dos, ambas hijas de mi hermano mayor). Mi padre llegó a escribir un poco y grabar algo sobre su infancia en una cinta, pero lamentablemente nunca lo pudo completar.

    Creo que el haber conocido y haber podido disfrutar por un buen tiempo la compañía de los abuelitos es de por sí una dicha. Muchos, como yo y mis posibles futuros hijos, no tienen esa dicha.

    Saludos.

    P.D.: Años más tarde, leí este interesante concepto: “A fresh definition of inheritance comes into vogue”, Christian Science Monitor, 7 de julio de 2004, http://www.csmonitor.com/2004/0707/p11s02-lifp.html, que es quizás lo que quería lograr con las memorias de mi padre.

    Te quería dejar este comentario desde que leí tu entrada hace ya un tiempo, pero me he tardado bastante. (Mejor tarde que nunca).

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