miércoles, 20 de mayo de 2009

La tecnología una maravillosa arma de doble filo

Salí a dar una caminata por el vecindario -como tantas veces lo hago. La temperatura estaba increíblemente agradable, y tenía que echar una carta al correo.

Eran aproximadamente las seis y media de la tarde. El sol poniente dejaba su espacio a un fresco viento que alborotaba mi pelo, y me insitaba a respirar profundamente.

Al rato, me senté en un café con mi libreta en mano, y las orejas bien paradas. Me encanta reproducir los diálogos de los que ajenos a mi manía de escribir, se lanzan con todo en unas conversaciones súper interesantes. Son una verdadera maravilla.

No sé muy bien cómo ni por qué empecé a hacerlo, pero me gusta escribir los diálogos de los desconocidos. Creo que es porque me falta todo el contexto del mundo, y eso me da la oportunidad de inventarles circumstancias.

Estaba en el proceso de empezar a escribir, cuando un correro electrónico del trabajo me sacó de concentración; y así de simple, y sin darme cuenta, empecé a trabajar en mi tiempo libre.

De un lado quedó mi observación de las personas que estaban allí conmigo, para dar paso a asuntos laborales, que de no haber estado disponible debido a la tecnología -y a mi manía incurable de estar conectada todo el tiempo- habrían tenido que esperar a mañana.

lunes, 18 de mayo de 2009

Notificación

¿Qué hacer con una notificción de rechazo? Léela, y cuélgala en un lugar donde la veas.

Recuerda elegir un lugar donde haya espacio disponible para añadir las próximas a la colección... pues, con una no bastará para que te rindas.

viernes, 15 de mayo de 2009

Sweetie? I beg your pardon?

Hace unos años tenía una clase que era una verdadera pesadilla. De esa clase, he vuelto a ver varios de mis antiguos torturadores :). A unos les ha ido muy bien, a otros no tanto. A unos los he olvidado, pero, otros creo que siempre estarán en el salón de la fama de mis peores estudiantes.

Esta tarde, al salir del colegio, me detuve en una la gasolinera, y de repente, llegó un lujoso carro, que frenó precipitadamente. De adentro, surgió una voz: "hi sweetie, do you remember me?" I beg your pardon? Lo miré y lo reconocí, a pesar de que se ocultaba detrás de unas gafas, y su fisonomía no era la del adolescente que yo había conocido. ¡Cómo olvidar tremenda pesadilla andante!

En ese momento entablé dos diálogos: uno con él y el oro conmigo misma. ¡Cómo olvidarte, si eras de lo más majadero! Of course -me escuché decir! What's my name? Charlie*, le contesté.

Se salió del carro, y sin darme tiempo a reaccionar, me plantó un beso en la mejilla. Cualquiera que lo hubiera visto, habría pensado que éramos los más íntimos amigos.

How is life Charlie? Traducción, ¿fuiste a la universidad?¿Te graduaste?¿Qué has hecho con tu corta vida? Life is good. I am still hung over from last night. At two o'clock in the afternoon? Yeah!... Would you come with me next time? I normally throw parties at _________. You won't pay a penny. Oh, no, I don't party much -y, menos con carricitos como tú. Ya me imagino la clase de fiestas que has de dar...

Es obvio que el crecimiento emocional y mental ha sido mínimo en el tiempo que lo he dejado de ver... It was nice seeing you! It was nice seeing you too! Bye Charlie. Bye Sweetie. Me quedé con el ojo cuadrado al escucharle decir esto por segunda vez. Sweetie? I beg your pardon? ¿Cómo te atreves a dirigirte a mí con esa terminología? Para ti, siempre he de ser la Srta. Tejada, muchacho majadero.

Me sentí tan incomoda durante esa corta conversación con Charlie. Se me ocurrió entonces que para los profesores -al igual que los hijos para las madres- los estudiantes nunca crecen. En ese "sweetie" de Charlie, percibí la sombra de Edipo.

*Charlie es un nombre ficticio. No quise revelar su nombre verdadero.

Foto: James Dean vía Encyclopedia Britanica

"Rosa íntima" de JR Jiménez

Todas las rosas son la misma rosa,
amor, la única rosa.
y todo queda contenido en ella,
breve imagen del mundo,
¡amor!, la única rosa.

Rosa, la rosa… Pero aquella rosa…
La primavera vuelve
con la rosa
grana, rosa amarilla, blanca, grana;
y todos se embriagan con la rosa,
la rosa igual a la otra rosa.
¿Igual es una rosa que otra rosa?
¿Todas las rosas son la misma rosa?
Sí. Pero aquella rosa…

La rosa que se aísla en una mano,
que se huele hasta el fondo de ella y uno,
la rosa para el seno del amor,
para la boca del amor y el alma,
…Y para el alma era aquella rosa
que se escondía, dulce entre las rosas,
y que una tarde ya no se vio más.
¿De qué amarillo aquella fresca rosa?

Todo, de rosa en rosa, loco vive,
la luz, el ala, el aire,
la honda y la mujer,
y el hombre, y la mujer y el hombre.
La rosa pende, bella
y delicada, para todos,
su cuerpo sin penumbra y sin secreto,
a un tiempo lleno y suave,
íntimo y evidente, ardiente y dulce.
Esta rosa, esa rosa, la otra rosa…
Sí. Pero aquella rosa…

miércoles, 13 de mayo de 2009

Una teoría infalible

¡Qué divino sería poder creer que nuestro destino está escrito! Creer que todo será cómo debe ser.

Ésa es una teoría fantástica ya que no hay forma de que nada salga mal nunca. Todo lo que nos sucede, sea como sea, siempre será lo mejor para nosotros. Cada acción o falta de está no es más que un movimiento en un plan creado exclusivamente para nosotros. ¡Qué conveniente!

Pero, para algunos no es tan simple la cuestión. Yo, por ejemplo, prefiero creer en causa y efecto, hasta en el azar que en una rígida teoría que no deja margen al menor error/cambio/crecimiento porque nuestros caminos ya han sido trazados sobre piedras.

Cuadro: La mariposa de Sylvia Savala

jueves, 7 de mayo de 2009

En nuestra sociedad hasta los gatos son engreídos

Vivimos en una sociedad en la que sus miembros se creen que se lo merecen todo. Eso no es noticia, lo sé. Pero, no pude dejar de pensar en ello, al llegar a casa anoche. Había almorzado lo que pude encontrar en la cafetería de la escuela. No tuve tiempo de salir a comer. No tenía otra opción.

Al llegar a casa, cansada, agotadísima, y porque no hasta malhumorada, mi adorado gato me esperaba en la puerta para hacerme un berrinche. Se pasó el día entero sin comer, simplemente porque no le dio la gana de comer ninguna de los dos tipos de comida que le había dejado. ¡No me lo podía creer! ¡Habrase visto semejante escena!

Empezó a correr como si fuera un caballo, por todo el apartamento. Me imagino que la vecina del cuarto piso, estaba preguntándose que rayos pasaba en mi casa. Hizo todo lo que pudo para llamar la atención. Y yo, al igual que a un niño malcriado lo ignoré mientras pude.

No hubo forma de que se le pasara el berrinche a don Coco, así es que lo castigué: lo encerré en un clóset, hasta que se calmó un poco. Antes de dormirme lo saqué, esta vez comió un poco, pero pronto volvió a hacer travesuras. Era su forma de decirme que le hacía falta su comida favorita.

De niña en la Republica Dominicana, y aún hoy cuando visito, jamás he visto un gato rechazar comida. ¿Será la gran cantidad de opciones que vuelve hasta los gatos engreídos?

cuadro: Ragdoll Cat, vía yourpetartist.com

miércoles, 6 de mayo de 2009

Paseo

Al perderme entre la muchedumbre colorida de mi barrio cada paso que daba me llevaba de frente a un nuevo contraste: el barrio que fue, el que era, el que está dejando de ser, el que empieza a ser, y el que es un poquito de todos esos estados pasados, actuales y venideros.

Iba con ojos curiosos, más propios de una niña que de una mujer, asombrándome de las travesuras del niño, de la torpeza del anciano, de la prisa del ejecutivo, del descuido de los distraídos, de la ensoñación de los enamorados, de la tragedia milenaria de los indígenas heredada a sus descendientes.

A ratos un sonrisa dibujaba mi asombro, y en otros, un piquete helado se me anclaba en el pecho.

Los colores de los nombres y números de las calles hablan de un antes y de un después. A veces, sólo una calle divide el ayer del mañana. Sólo una calle separa los sueños de hombres y mujeres que viven de la esperanza. Tan sólo una calle separa una clase media cada vez más limitada de otros menos afortunados que cada día pueden aspirar menos a dejar de serlo.

Post relacionado: La avenida Roosevelt

Foto vía Idealist in New York City