martes, 20 de febrero de 2007

Entrada numero uno: llegada a Sevilla

Hace seis días que ando de viaje con mis chiquitines. Salimos de New York con 3 horas de retraso debido a la tormenta de hielo del miércoles. De modo que cuando llegamos a Madrid, ya habíamos perdido el vuelo que nos llevaría a Sevilla. Lo que significo otra interminable espera. La verdad es que solo fue hora y media, pero a causa del cansancio nos pareció una eternidad.

El vuelo de Madrid a Sevilla fue placentero y corto, a diferencia del que nos trajo a Madrid que fue turbulento y más largo de lo usual. Los niños y mi compañera durmieron a ratos en ambos vuelos, y yo, zombi al fin, no pude pegar un ojo.

Ya en el aeropuerto de Sevilla no aparecía nuestro autobús por parte. Se nos iban los ojos buscando el chofer con el clásico cartoncito con el nombre de nuestro colegio. Pero todo esfuerzo fue en vano. Tratamos de llamar pero ninguna llamada entraba, y por lo tanto aumentó la desesperación y la impotencia de los chicos. Al ver que los celulares no funcionaban llamé de un teléfono público, y ¡Bingo! Nos dijeron que nos habían esperado por horas, pero que como no llegamos se fueron y que la agencia de viajes no les había avisado de nuestro retraso. Esperamos una buena hora y media, algunos de los chicos ya empezaban a extrañar el nido por la frustración de sentirse abandonados. Les aseguré que todo estaría bien y que yo estaba ahí para protegerlos.

Cuando volvió el autobús subimos de inmediato. Le dije a mi compañera que desde que se acomodaran que recogiera los pasaportes. El trayecto era corto, y para cuando terminó de recogerlos ya estábamos muy cerca del hotel. Todos entregaron sus pasaportes, excepto una que no sabía dónde lo había dejado -a pesar de que les había exigido hasta el cansancio que los metieran en su bolso para que me los entregaran después de pasar por inmigración. Venga empeño, no se acordaba de dónde lo había puesto. Llevé a los chicos al hotel y los dejé con mi compañera, luego de hacer varias llamadas infructuosas, se me ocurrió volver al aeropuerto. Me llevé a la olvidadiza conmigo. El numerito le costó unos 40 euros; sin embargo, emocionalmente no le costó nada, estaba como un roble, inmovible. Me llamó la atención su calma y su compostura. Le pregunté que por qué estaba tan tranquila, que si no se sentía mal por haber perdido el pasaporte y porque la había regañado. Y me contestó que tiene nervios de acero como su padre. Que si hubiera sido su madre habría hecho un drama. No pude evitar soltar una carcajada a pesar de que estaba extremadamente enojada con ella. ¡Así son los niños!

Por fin llegamos al aeropuerto, pero allí no había nadie que supiera las respuestas a mis preguntas. Seguí insistiendo, y a la primera oportunidad que tuve me metí en sentido contrario, por una puerta de salida. De frente venían dos policías de seguridad dispuestos a arrestarnos, y yo feliz porque tal vez así alguien nos ayudaba. Pero antes de que llegaran a nosotros tropezamos con un mostrador, en el que se encontraba un guapo andaluz. Cogió el auricular e hizo unas cuantas llamadas para ver si podía localizar el pasaporte. En ese momento la chiquita tuvo una epifanía, se le iluminó el cerebro, y recordó que lo había dejado en el bolsillo del asiento del avión. Pero, para ese entonces ya no importaba porque nuestro adorable andaluz, se había comunicado con una oficina que tenía el pasaporte en su poder. Luego de esperar, y de firmar un sinnúmero de formularios, nos devolvieron el pasaporte. ¡Qué alivio!

Mientras la chica y yo hacíamos magia por recuperar el pasaporte, mi compañera y los otros chicos recorrían las calles de Sevilla. Pensé que estarían extremadamente cansados, pero no, las que estábamos molidas éramos nosotras. El secreto era que ellos habían dormido, y por lo menos yo no había pegado un ojo desde las tres de la mañana del día anterior. Esa noche nos acostamos temprano y pasamos la noche durmiendo. Al otro día debíamos encontrarnos con nuestra guía, Conchita, para dar un recorrido por la bella Sevilla. En ese momento, no me imaginaba que no sólo Conchita llegaría con el nuevo día, sino otras crisis aún no previstas. O sea, nuevas oportunidades de resolver problemas y conflictos de adolescentes.



miércoles, 14 de febrero de 2007

Express Mode On

Le voy a dejar un cortitito porque no tengo tiempo.

Pasé el examen aquel, y no tuve que reunirme con los chamacones del comité, jajaja. Eso significa que salí muy bien.

Tengo juguete nuevo. Es pequeñita y me encanta. Con ella podré comunicarme con ustedes desde España.

Soy tía otra vez. Estoy loca por conocer a mi nuevo sobrino aunque no me gusta su nombre porque me marece apodo; pero ni modo soy la tía, no la madre.

Hoy salgo para España (así mismo, bajo estas condiciones climatológicas). No vuelvo hasta marzo. Me llevo 14 de mis chiquitines. Ojalá que todo salga bien, y que todos volvamos sanos y salvos. La vez pasada eran 16 y no se me perdió ninguno, jajaja.

jueves, 8 de febrero de 2007

¿Por qué blogeo?

Mi blog se ha convertido en algo importantísimo para mí, a pesar de que tuve dudas al momento de decidirme a abrirlo. Sin embargo, ya casi a un año de la fundación de Planeta Atabex, el mundo sigue girando y yo aún respiro... No he tenido mayores contratiempos, por el contrario, mi experiencia ha sido grata; he hecho buenos amigos, y he explorado nuevos horizontes que me han enriquecido como ser humano. Esta refleción sobre el mundo blog viene a ser gracias a la invitación de Alvaro Ramírez Ospina, de Ojo al Texto, a participar a una auto entrevista. A continuación les dejo mis respuestas a las pregundas del meme.

1. ¿Por qué comenzaste a escribir un blog?

Me gusta escribir, y un amigo me convenció de que debía escribir un blog ya que me la pasaba escribiendo en libreta y no lo compartía más que con algunos amigos.

2. ¿Sobre qué temas escribes? ¿Por qué?

Sobre cualquier cosa que me preocupe o me motive. Para mí, la escritura es más que nada, un proceso interno, una reacción hacia hechos externos e internos; por eso mi blog es un reflejo de mi cosmovisión.

3. Si la gente dejara de leerte y comentar, ¿seguirías escribiendo?

Nunca dejaría de escribir, simplemente porque no puedo. El papel siempre me escucha pacientemente. En cuanto al blog, es difícil saberlo porque lo interesante del asunto es compartir con otros. Saber lo que piensan sobre lo que he escrito. Creo que es la gran diferencia con la escritura y lectura tradicionales. Creo que a pesar de que no se puede negar la relación que existe entre escritor y lector, me atrevo a afirmar que es inefectiva o por lo menos limitada, por ser unidireccional. A veces leo algo, y me dan ganas de contestarle o gritarle al escritor, pero no puedo, porque no tengo forma de comunicarle lo que pienso. Es precisamente, la constante interactuación entre bloguero y lector por lo que creo que el blog lleva a otra dimensión la relación escritor-lector.

Otra razón por la que, tal vez, nunca deje el blog es porque mantiene todos mis escritos en un mismo lugar. Tengo muchísimas cosas deperdigadas por ahí. A veces me encuentro con escritos que digo, y esto ¿lo escribí yo? El blog es ideal para una persona incapaz de mantener un archivo funcional como yo.

4. ¿Crees que al escribir un blog debe seguirse algún tipo de ética?

Sin duda. Los temas se deben tratar con mucho tacto, y tratar de dejar las emociones de un lado -aunque no es fácil. Creo que es importante, no envolverse en el argumento o la ideología, hasta el punto de insultar a los demás. Criticar no es insultar. En mi caso particular, soy muy criticona de todo: de los políticos, la abulia de los tiempos modernos, de los retrogados mentales, y mucho más. Sin embargo, creo que jamás he ofendido a nadie en lo personal y si lo he hecho, ha sido sin la menor intención -eso espero.

5. ¿Crees que formas parte de una comunidad? ¿Por qué?

Ojalá que sí. El mundo es un lugar muy solitario. Es decir aunque coexisto con más de 9 millones de personas, a veces, no siento su presencia. Sin embargo, en la blogósfera encuentro gente con mis propios intereses, y que a pesar de la distancia me hacen compañía. En cuanto a socializar, comparto con los blogueros dominicanos de New York. A veces nos reunidos para pasar un buen rato. Ellos se han convertido en mis nuevos amigos. Creo que ha sido en este aspecto, en el que he recibido la mayor lección de la blogósfera. Nunca creí en las amistades que se establecen a través del Internet. Sin embargo, hoy admito que estaba equivocada. Es increíble los amigos que he hecho a través de mi blog. Por ejemplo, el otro día andaba buscando un libro, que no aparecía por parte y pronto me llevé una gran sorpresa: Nacho escritor de En otra dirección, se ofreció para buscármelo –aunque la búsqueda fue infructuoso, me dio mucho gusto que alguien que sólo me conoce por mi blog estuviera dispuesto a recorrer las calles de Madrid en busca de un libro para mí.

6. ¿Tienes algún grupo cercano de blogueros con el que te podrías poner de acuerdo para lograr algo?

Me considero miembro del grupo de blogueros dominicanos de New York, no sé si el grupo algún día evolucione pero, por ahora es un círculo de amigos. Creo que sería muy interesante hacer algo en común. A mí personalmente me gustaría participar de un espacio en conjunto con una meta en común. Me haría mucha ilusión hacer algo que tenga que ver con literatura, por ejemplo.

7. ¿Crees que los blogs van a cambiar/están cambiando algo en la sociedad/mundo político/etc.?

No lo sé. La política es una cuestión muy complicada, y me parece que la gente escasamente cambia de orientación política. Me parece que desafortunadamente tendemos a congregarnos en los blogs que más o menos reflejan nuestro punto de vista; eso está bien pero sería más productivo si entráramos en contacto con gente que piensa distinto. En cuanto a la información, creo que en el momento que se unen más voces, y crece la pluralidad de opiniones todos nos beneficiamos. Ya no tenemos que adquirir la información exclusivamente de una fuente. Además, debido a mi desencanto con la gran mayoría de la prensa escrita y televisada, los blogs pueden ser una opción aunque por supuesto con mucha limitación.

8. ¿Qué te gustaría poder hacer dentro de la red para profundizar lo que haces con el blog y por qué? ¿Podcast/videocast, comunidades, wikis, redes sociales, etc.?

En este momento no lo sé. A penas puedo mantener el blog más o menos activo por cuestiones de tiempo, pero ya veremos, siempre estoy dispuesta a evolucionar con los tiempos.

Si lo desean, sería interesante saber lo que piensan todos ustedes. A continuación les dejo una pequeña lista, pero que conste que no es obligatoria.

Blógico, Kragos, Dirat, En otra direccion, Platanos Baratos, Dr. Lacxo, Matias Zibell, Alguien, Gavingo y CabritO.

Más tarde los vínculos (ahora no tengo tiempo)

miércoles, 7 de febrero de 2007

"Un abrazo eterno"


Sin duda que hay algo mágico en un abrazo. Por mi parte, podría pasar una eternida atada a unos brazos; pero, el tiempo y la vida se encargan de recordarme que todo es sólo cambio, y movimiento, y por lo tanto nada debe perdurar para siempre.... Pero a pesar de ello, estos dos tortolitos se las han ingeniado para desafiar esa ley natural, y permanecer en este dulce estado por los últimos 5000 años.

sábado, 3 de febrero de 2007

¿Cómo es posible sentirse tan sola entre tanta gente?

Sobre la mesa un llamativo bizcocho, galletitas, frutas, gaseosa, palomitas de maíz. A mi lado, unos cuantos de mis colegas se esmeran en subrayar los poderes mágicos de la consola de videojuegos Wii. Los observo atentamente -al tiempo que disfruto de un pedazo de bizcocho y un delicioso café-; aseguran que no hay mejor manera de pasar el tiempo libre, Wii: es divertido, versátil, y más importante aún es un buen ejercicio. Tan sólo por esto vale la pena pagar cientos de dólares por esta maravilla.

Estoy ahí, a sólo unas pulgadas de ellos, y sin embargo nos separa un océano. A pesar de que compartimos a diario, nuestros mundos son diametralmente opuestos… Por eso, aunque soy bastante sociable y parlanchina, pronto me siento como un pez fuera del agua. Estoy a su lado y una barrera invisible me separa de ellos; estoy ahí y tal vez ni me vean... Me limito a observar, no tengo nada que aportar a la conversación... Sin embargo, me es inevitable ignorar la profundidad de sus observaciones, y la convicción con la que las emiten -como si se tratara de algo vital; pero no, sólo hablan de la consola de juegos Wii. Me pierdo en mis cavilaciones, y sin proponérmelo me asomo a su pequeño mundo. En su guarida no existen ni guerras, ni calentamiento global, ni escuelas disfuncionales, ni medios de prensa politizados, ni políticos demagogos y corruptos, ni enfermos sin cuidado médico, ni niños con hambre. Nada de cosas deprimentes... y así de espalda al mundo, se entretienen con la televisión y se ejercitan con Wii.

Tal vez, su abulia tenga que ver con la falta de un gen que los ligue al resto de la humanidad; y que los hace una especie única, distinta, seres condenados a vivir en una burbuja, en un mundo que le ha sido legado, y que ellos creen que es la realidad. En su mundo, Irak, es sólo un país en el que sus civiles se matan entre sí, y que inexplicablemente, sus "gobernates" no pueden hacer nada para proteger a sus ciudadanos. No entienden cómo es que no pueden sacar su país adelante después de que Bush con todo el sacrificio del mundo le ha devuelto la libertad. Una y otra vez se preguntan ¿qué les pasa a esos salvajes que no saben vivir en libertad? Exigen que los iraquíes tomen el control de su país pronto, ya basta de que sus soldados sigan muriendo por enseñarlos a vivir en democracia. Ah, y aunque el genocido en Darful ha cobrado más de medio millón de vidas, ellos aún están por enterarse. El calentamiento del planeta y el desperdicio de los recursos naturales, nunca los afectará, eso es algo del o que hablan algunos pesimistas y deprimidos. Y que decir de Latinoamérica, ésa no es más que una región prolífera para dictadores, y los latinoamericanos mano de obra barata, inmigrantes que ponen en peligro la hegemonía nacional.

Han pasado unos escasos minutos de que los observo, y siento que me falta el aire. Ya la taza del café y el plato del bizcocho están vacíos, y sin embargo, en el lugar de mi estómago ha quedado un abismo sin fondo; tengo vértigos, floto como un agente foráneo en un organismo al que no pertenezco; me resigno a que la soledad de su compañía me reduzca a una anomalía, a una variación que se pierde en la aplastante colectividad.

Blindfoled por Darim Kim