domingo, 31 de diciembre de 2006

Feliz 2007

En este nuevo año, deseo paz y justicia para el mundo, y para cada uno de ustedes que sus deseos se hagan realidad. ¡Salud, Dinero y Amor!

¡Felicidades!

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Especie en vía de extinción

A veces siento que soy un dinosaurio o algo así como una especie extinta. Por lo menos así me veo cuando hablo con algunos de mis amigos sobre cuestiones financieras. Aunque me sorprende el desorden financiero de varios de mis contemporáneos, no debería en lo absoluto. La falta de ahorros y las altas deudas parecen ser una epidemia nacional. Algunos estudios muestran que los jóvenes estadounidenses ahorran menos que los europeos y los asiáticos. Se les esfuma el dinero antes de cobrarlo. Tengo que confesar que yo también soy culpable. De hecho, he pecado varias veces, incluyendo el pecado capital de todos los jóvenes estadounidenses: obtener la primera tarjeta de crédito tan pronto como pisamos la universidad.

Aunque me endeudé al igual que todos mis compañeros, por lo menos fui responsable y no arruiné mi crédito del todo -aunque le cause algunas mellas. De más está decirles que al graduarme de la universidad debía muchísimo dinero en préstamos estudiantiles, y por supuesto, en mi tarjeta de crédito.

No sé cuando pero un día me propuse pagar lo que debía y mejorar mi crédito. Pagaba todo lo que podía, dejé de gastar en cosas innecesarias, y nunca dejé de ahorrar por poquito que fuera. No importaba si eran 20 dólares.

Poco tiempo después de graduarme, obtuve mi primer trabajo. Me quedaba a 50 millas de mi casa. Tamaño empeño, ni manejaba ni tenía carro. Mi adorado novio -que es más bueno que el pan- sacó tiempo y me enseñó a manejar. También me ayudó a comprar mi primer carro: un toyota corolla 1986 (era el verano de 1998). En otras palabras era un dinosaurio último modelo, pero que funcionaba como nuevo.

Poco a poco fui arreglando mi crédito y pagando mis préstamos estudiantiles, y nunca dejé de ahorrar por poco que fuera. Un día me llegó una oferta de una tarjeta de crédito, ofreciéndome 0% de interés si transfería algún balance. Transferí lo que debía, y pude terminar de pagarlo más rápido. Cuando terminé de pagar ese balance, use otra oferta para consolidar mis préstamos estudiantiles. Esto me ayudó muchísimo. Esto puede ser riesgoso, si te atrasas un día el interés se dispara a un nivel altísimo. No se lo recomiendo a nadie que no sea extremadamente cuidadoso como yo.

Cuando habia mejorado mi credito y pagado mucho de lo que debía, empecé a pensar en comprarme un apartamento. Comparé los precios del alquiler con los del pago mensual de un préstamo hipotecario, y me di cuenta que el costo era casi el mismo. Ya más segura de lo que quería e informada, me decidí a comprar.

Hoy se que tomé la decisión correcta: aquel apartamentito vale más del doble de lo que yo pagué por él hace cuatro años. Además si lo vendiera recuperaría el dinero que he pagado por el préstamo hipotecario, no así con el dinero que habría pagado en renta. En ese entonces pagaba unos 700 dólares de renta, lo que se traduciría en unos 33,600.00 dólares en los cuatro años que han pasado (700x12= 8400.00 x 4= 33,600.00).

Aquí les dejo los hábitos que me han ayudado a mí. Espero que entre sus resoluciones de fin de año esté organizar sus finanzas. A diario sabemos de los efectos debastadores que las deudas y las restricciones económicas tienen en nuestro diario vivir, así es que a tomar control de las finanzas y a vivir una vida más plena.

1. Creen un buen historial de crédito.
2. Distribuya su dinero en varias cuentas: ahorro, cheques, inversiones, fondo de emergencia
3. Inviertan a largo plazo. No busquen hacerse ricos de la noche a la mañana.
4. Compren su casa. Los condominios y las cooperativa son una buena opción, especialmente ara los que están empezando.
5. Planifiquen con tiempo sus vacaciones, así como compras grandes. Esto le permitirá horrar el dinero de antemanos.
6. Dejen de consumir innecesariamente.
7. Ahorren regularmente aunque sea una pequeña suma. Dediquen una cuenta para ese propósito. Les recomiendo Ing Direct & EmigratanDirect porque ofrecen entre 4.50% y 5.05% de interés respectivamente. Además, son bancos virtuales, sin acceso al cajero automático (mi abuelo siempre decía que lo que está a la mano se necesita).

¡les deseo un feliz y próspero año 2007!

sábado, 23 de diciembre de 2006

¡Mis deseos de buena voluntad!

Ojalá que el espíritu que reina en esta época del año permanezca en nuestros corazones, y se esparza por todos los rincones del mundo para siempre.

Ojalá que aprendamos a disfrutar todo lo que tenemos, y nos angustiemos menos por lo que nos hace falta.

Ojalá que nos regocijemos porque vivimos en paz, y porque NO vivimos en áreas donde el hambre y la muerte son el plato fuerte de cada día.

Ojalá que recordemos lo afortunado que somos, y no olvidemos que en otros rincones del mundo hay gente que ni en esta época, ni en ninguna otra tiene nada que celebrar.

Ojalá que el espíritud de buena voluntad que caracteriza estas fiestas se transforme en algo tangible, especialmente para los más necesitados.

Ojalá que en medio de nuestras celebraciones familiares dediquemos un instante a pensar en esos que son menos afortunados que nosotros. Ojalá que hagamos el compromiso de contribuir en algo a mejorar su situación.

Ojalá que cada uno de nosotros haya decifrado el verdadero significado de la época, y pueda ponerlo en práctica aquí y ahora entre nuestros semejantes, sin tener que transportarnos a las alturas.

Ojalá que hayan comprado menos y dado más. Lo verdaderamente esencial no se compra en las tiendas. Se encuentra en nosotros mismos. Es inagotable y contagioso: se multiplica a medida que lo compartimos.

¡Felicidades hoy y siempre! ¡Mil gracias por su amistad!

lunes, 18 de diciembre de 2006

The Sad Clown

¡Qué familiar me resulta tu mirada! Esta mañana la he visto reflejada en el espejo... Ya no supe si te miraba o eras sólo mi reflejo que se plasmaba en tus ojos... Entonces, te compadecí a ti a mí por igual por ser esclavos de una representación que debe continuar; cada día ocultamos nuestra tristeza, y cumplimos nuestra función. Payasos tanto tú como yo: simplemente criaturas tristes sepultadas detrás de una máscara.

martes, 12 de diciembre de 2006

De la era digital y otros demonios

Hubo una época en la que los seres humanos tenían privacidad; si lo deseaban podían disluirse en la muchedumbre, en el anonimato. Nada de eso es ya posible. La vigilancia es a todos niveles, aunque algunas más grave que otras, pero en fin intromisión en nuestro espacio privado. A quien le preocupe mucho su apariencia física debería siempre ir listo para el vídeo o para la foto; pareciera que nos encontramos actuando sobre un escenario o desfilando por una pasarela sin saber quien nos está filmando o sacandos fotografías. Ya no es de sorprenderse si al ojear las fotos de un desconocido encuentra una cara familiar o tal vez la suya misma.

Este post no trata de la violación a la privacidad por motivos políticos tan de actualidad en nuestra sociedad ¡No! ... Les voy a contar algo personal de lo que me acabo de enterar, algo que me causó risa y terror a la vez. Resulta que en junio fui a ver un partido de béisbol en compañía de un grupo de amigos, o mejor dicho amigos de un amigo mío. Como podrán imaginarse también había allí otros 30 mil fanáticos -no lo sé a ciencia cierta, pero eran muchos. Han pasado ya 6 meses de aquel paseo, yo ni siquiera me acordaba de haber asistido a aquel evento. No tengo que decirles que tampoco recuerdo quien ganó el partido ni con que equipo jugaba el equipo local. sin embargo, eso cambiría esta noche cuando recibí una llamada de un amigo para preguntarme si había ido al estadio en junio. Se me hizo extraña la pregunta, y le pregunté qué por qué: "Es que hoy te vi en unas fotos que tomó un compañero de clase en el estadio en junio" -me contestó. Su respuesta me dejó pasmada. Es que no tengo la menor idea de quién sea el fulano que tomó las fotos; salí en ella simplemente porque estaba ahí cerca de donde se hacía las fotos esos personajes que no conozco. El tipo ni siquiera era parte del grupo con que estaba. Me pregunto en cuántas otras fotos, vídeos y base de datos estaré, y yo ni siquiera me he enterado de ello.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Otro berrinche del Cardenal Lopez Rodríguez

¿Qué no grite? ¿Mordaza hay preparada?
Venid: amordazad mi pensamiento.
Grito no es vibración de ondas al viento:
grito es conciencia de hombre sublevada.
(La libertad, Dámaso Alonso)


El Cardenal López Rodríguez añadió una nueva marca a su vergonzoso expediente. Esta vez no se trató de sermones politizados ni discriminatorios, tampoco de mediaciones parcializadas. En esta ocasión López Rodríguez fue mucho más lejos: usó su influencia para silenciar al periodista Adolfo Salomón.

El berrinche del Cardenal fue desatado por una pregunta que le hizo el periodista. Al parecer tocó el punto débil del Cardenal: los homosexuales. El ilustre prelado se acaloró y en vez de echarse una ducha fría, buscó a un militar que le hiciera el favor de intimidar al periodista. Como resultado de las gestiones del Cadenal el peridista fue cancelado.

Debo decir que me importa muy poco el Cardenal y su iglesia podrida; lo que me alarma es la facilidad con la que el Cardenal logró neutralizar a un periodista que le resulto inconveniente. No sabía que era suficiente con que López Rodríguez llamara a un Juan de los Palotes con uniforme para que se cancelara un periodista. También ignoraba la servitud de medios de comunicación como Color Visión que ni siquiera fue capaz de investigar las alegaciones del Cardenal antes de despedir al periodista.

Este atentado en contra de la libertad de prensa no puede ser tolerado; me parece que debería haber algún tipo de sanción en contra de los implicados en este caso. Es decir Color Vision, el Cardenal y el militar -o quien sea- que lo haya solapado. La República Dominicana -ni ningún país- puede darse el lujo de renegar de la libertad de prensa en favor de ninguno de sus ciudadanos -y mucho menos de uno tan poco honorable como lo es el Cardenal López Rodríguez.

Gagged by Martina Hoffman